En el mismo fin de semana en que en un hotel de Guadalajara se casó la primera pareja del mismo sexo sin necesidad de un proceso judicial de por medio, alrededor de tres mil 500 simpatizantes de la organización Jalisco es uno por los niños (según Protección Civil y Bomberos) se manifestaron en el centro de la ciudad para exigir que los legisladores del estado hagan caso omiso al mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para modificar el Código Civil y permitir que cualquier persona —sin importar si se considera gay, lesbiana, bisexual, trans, asexual, intersexual, heteroflexible, bicuriosa, pansexual o todas o ninguna de las anteriores— pueda casarse con su pareja.
En el evento, que debió resultar decepcionante para los entusiastas organizadores que esperaban la asistencia de 100 mil personas, encontré a gente como monjas, seminaristas, skinheads y “familias naturales” cuyos motivos para manifestarse iban desde el “imperialismo” que representa “el lobby gay”, la amenaza que supone “la ideología de género que se está imponiendo en las escuelas”, la necesidad de detener la oleada de suicidios infantiles que, aseguran, se desataría ante tanta boda o la necesidad de expresarle a las instituciones del Estado que sólo deben “defender a aquellos que generen un bien social”.
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Ante la inminente modificación del Código Civil, descubrí que, al menos en el discurso —quizás algunos sin darse cuenta—, quienes se oponen al matrimonio igualitario ya apoyan las uniones civiles; que comprenden que los hijos adoptados por familias homoparentales no serán violados, como con anterioridad habían afirmado y que algunos muy progres hasta son partidarios de las relaciones poliamorosas.
Esta aparente apertura, sin embargo, no impidió que las personas que respondieron con una contramanifestación reivindicando a todos los modelos de familia se vieran expuestos a algunos empujones por parte de quienes se niegan a que se los consideren homofóbicos o se les encasille como religiosos conservadores, ni que policías municipales y estatales trataran infructuosamente de impedir esta otra manifestación por considerarla “una provocación”.
En general esas fueron mis impresiones, pero a diferencia de la primera marcha organizada por Jalisco es uno por los niños en julio de 2015, esta vez no fui a buscar a cuántos hombres ubicaba de las redes de sexo gay sino que decidí recoger algunas frases de los manifestantes para ver qué joyas nos dejaban para la posteridad. Acá están algunas:
LUIS ANTONIO MARTÍNEZ GUZMÁN
“Reconocemos todos los derechos de las personas con atracción homosexual, todos, pero consideramos que una preferencia pertenece al orden privado y nadie les impide ni nadie se molestará si entre ellos tienen parejas, si entre ellos viven juntos, si entre ellos se aman, tienen derecho a vivir, pero el matrimonio no pertenece al ámbito de las preferencias, de los intereses personales o particulares”.
“Cualquier matrimonio tiene que ver con niños, con hijos. Siempre, sin excepción, cualquier relación protegida por el derecho, es decir matrimonio, tiene que ver con terceros llamados hijos; al definir matrimonio como la vida entre personas del mismo sexo estamos incluyendo a los niños en esa relación matrimonial jurídica. No estamos afirmando que esos niños en esos matrimonios, entre comillas, pudieran ser violados, no es así; no estamos afirmando que las personas con atracción homosexual no puedan cuidar a sus niños, no es así, lo que estamos afirmando es que jurídicamente es un experimento sin garantías y sin antecedentes, y cuando lo que está en juego son los niños no podemos experimentar”.
ALDO RIVERA
“Votamos a favor de que los niños tengan un papá y una mamá, eso es todo, las sociedades de convivencia adelante, pero el niño debe tener un hombre papá y una mujer mamá, esa es la esencia, lo demás adelante. Él es mi hijo y tiene un papá y una mamá, la naturaleza dice hombre y mujer”.
RUBÉN RUIZ
“En primer lugar decidieron fuera de la opinión del pueblo, fueron nada más opiniones de algunas voces, respetamos toda petición que se haga por la gente, o la gente misma que lo haga, pero lo que es natural es natural y no podemos nosotros verlo con buenos ojos porque eso no se puede llamar un matrimonio, se puede llamar una unión de libertades en la cual ellos pueden seguir viviendo dos, o tres, o cuatro, o cinco, o seis. Lo natural, desde la creación del mundo, es el matrimonio entre un hombre y una mujer y ahí no podemos cambiar nosotros lo que es divino, ¿verdad?”
ANÓNIMO
“Chinga tu madre”.
RODRIGO
“Nosotros venimos a manifestarnos como cualquier mexicano, como cualquier persona jalisciense, como cualquier persona nacionalista, nosotros estamos aquí para expresar nuestro apoyo a este movimiento, nosotros no pertenecemos a Jalisco uno por los niños, lo hacemos de manera independiente. Venimos nada más a expresar nuestro apoyo a las familias tapatías.
No estamos en contra de nadie, solamente tratamos de defender lo que es la tradición de la familia. No somos ni homofóbicos, no somos ni racistas, ni nada; lo único que queremos es resaltar los valores que existen aquí, que están muy inculcados desde la historia. Este estado siempre ha estado arraigado en valores enfocados a la familia.
Apoyamos al catolicismo, somos católicos, pero como católicos vemos algunas deficiencias, cosas que no apoyamos, como la pederastia y todo eso, nosotros obviamente no lo apoyamos, no pertenecemos a alguna organización católica”.
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Pero para nada se trataba de discursos de odio que pudieran tener afectaciones en otras personas, ¿cómo se les ocurre?