Ver tanto mundo tan seguido te deja los ojos cruzados. No se apuren. Con tres, cuatro horas de sueño en los últimos días y con un pasaporte sellado de ambos lados del meridiano de Greenwich en el último mes, Skone se ataja la vista del sol total de La Habana y busca un cigarrillo. “Tú como individuo debes tener la libertad de no ser una maldita esponja. Claro que es evidente que como músicos somos influencia, pero entre una cosa y otra hay una distancia enorme”, va decir en un rato, ya más tranquilo, fumando antes de proseguir la jornada en los estudios de La Fábrica de Arte. Estamos en un hito de la cultura joven cubana y Red Bull Batalla de los Gallos lo abrió para que sus gallos se vuelquen en sus tres salas de grabación.
Aquí, junto a la primera línea de MCs en habla hispana, en días que transcurren entre charlas con leyendas del hip hop latino como Breakbeat Lou y Cenzi y noches de viento caliente contra el Malecón, Skone y sus colegas se plantearán para donde perfilar esto que muy generalmente hemos dado en llamar ritmos urbanos. Menuda tarea, pero alguien tiene que hacerlo. Y para hacerlo, hay que empezar a pensar y a pensarse. Y eso, justamente, es lo que dejó ver el campeón de la Internacional 2016 mientras le hacía unas preguntas al maestro del breakbeat: ¿hacia dónde va todo este rollo en el que todos estamos subidos?
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Con algunos años ya en el ruedo y también con el título de la God Level bajo el brazo, José Miguel Manzano y Skone van buscando su precious con lucidez, arrojo y no muchas horas de sueño. Pero, como se demostrará a continuación, si este chaval es lúcido cuando está cansado, lo que debe ser cuando está full activo.
NOISEY: ¿Qué te desconcierta de este momento mundial de los ritmos urbanos?
Skone: Me desconcierta todo lo que no conozco y es mucho. No sé si es por edad, o porque llevo mucho tiempo en el rollo que hay cosas que empiezo a ver venir. Antes cuando llegaba una tendencia me sorprendía. Ahora es súper cíclico, temporal y fugaz. Y de cada tendencia, hay ciertos picos de lanza que se quedan por siempre. El resto vive un buen momento, vive ese furor y luego se quedan. Duki, por ejemplo, seguirá. Pero los que son como él, no lo sé. La gente deja de ser joven pronto. Cada cinco años hay una generación nueva y una tendencia nueva y eso está bien. El error está en intentar ser la tendencia siempre. Digo, si eres Enriques Iglesias está bien, pero si te vuelcas emocionalmente en tu sonido que te sale del alma no puedes ser tendencia siempre. Tendrás tu momento pero no estarás siempre. Mientras antes aceptemos esto serás más sano para todos. Las batallas de gallos llenan hoy, pero quizás en cinco años…no lo sabemos.
¿Crees entonces que debería haber relación entre tu arte y tu forma de vivir?
No voy a negar categóricamente que yo lo haga, pero creo que no debería haber una relación directa entre el arte y el comportamiento de la gente. Tal y como yo veo el mundo, el arte es sagrado y está por encima de las cosas. Yo escucho artistas con los que no estoy de acuerdo, pero los escucho. Porque soy consciente de que no tengo que emular eso, pero me gusta tal frase o cómo suenan. Porque si no, corremos el riesgo de que el arte sea vivido como algo unilateral. O que pretenda una “belleza” unilateral. Por ejemplo, Joaquín Sabina siempre ha sido sórdido. Siempre le ha cantado a la destrucción. Y él es una de las grandes leyendas del mundo de las Letras. Y si hay un rapero que no lo haya escuchado tiene que hacerlo porque va a encontrar una manera impresionante de acercarse a lo sórdido. Sostengo que se puede encontrar belleza en lo sórdido e incluso en alguien que está dando un mal mensaje.
¿Y cómo se da eso en tu caso?
Bueno, primero hay que distinguir que pongo en juego dos personalidades. La que hace freestyle, que tiene su modelo de competición. Ser más chulo que su rival, destruirlo. Mi forma de freestyle puede ser agresivo, puede decir palabrotas, pero mi discurso final es que nos damos un abrazo cuando acaba todo. Es un discurso sano de verdad. Se trata de celebrar eso que te dice, aunque si te dijera eso fuera en otro contexto, le partirías la cara. Eso mucha gente no lo entiende, pero creo que hay una generación que se da cuenta de que estamos en un núcleo sano. Siempre recuerdo una batalla en la que vi a un chaval que había venido con su padre… ¡a la siguiente batalla vino su padre solo! Eso es genial. Aquí todo el rato se pide respeto y también planteamos nuestros conceptos. Por ejemplo, yo puedo decirle de todo a Arkano durante la batalla y cuando terminamos puedo besarlo y demostrarles a todos que no pasa nada, que estoy besando a un hombre y está perfecto. Al mismo tiempo, hay una parte de mi personalidad que es más sórdida y sigo sosteniendo que puede haber belleza en el comentario desacertado de un amigo.
¿Y cómo viene manifestándose esa dualidad en tú música últimamente?
Bueno, el disco que estoy preparando es positivo porque el panorama del arte urbano es gris. Gris porque las formas mainstream son “vamos a bailar, estoy con mujeres” y ya. O porque la parte más emocional suele ser jodida. Y yo estoy sintiendo que la vida mola en verdad y estoy intentando ser natural. Intento ser coherente con lo que siento. A mí me gustaría mirar hacia atrás cuando yo tengo 70 años y pensar que en ese momento eso que decía era de verdad. Poder mirar para atrás y tener una galería fotográfica auditiva.
¿Una que te ayude a entender mejor le tiempo que te toca vivir?
Me gustaría vivir en un mundo en que las personas tengan la madurez de escuchar una canción violenta y que su vida normal no maten ni una mosca. Me he criado jugando videojuegos violentos y viendo películas violentas y lo más malo que hecho es estacionar en doble fila. Tú como individuo debes tener la libertad de no ser una maldita esponja. Claro que es evidente que como músicos somos influencia, pero entre una cosa y otra hay una distancia enorme. La base de todo es que la gente tenga pensamiento crítico y es algo que se debe poner ya desde la escuela. Si en la escuela sólo te acercan la lectura mediante la obligación, leer te va a generar asco. A mí la lectura me ha dado pensamiento crítico dentro de la ignorancia: que como mínimo puedas cuestionarte todo lo que te llega. De tu escuela, de tu familia, de donde sea. No podemos caer en que un artista, un pintor o un rapero, sea el responsable de la educación de alguien porque si no sería desvirtuar el arte y la educación.
¿Y por qué te parece que se genera esa confusión?
Dos cosas: evidentemente al ser una música con arraigo en gente muy joven ya de primera hay un choque de generación, un choque de slang, de manera de ver la vida. El hombre que está trabajando 200 horas difícilmente vea la vida igual que el chaval que se pasa la tarde con el teléfono en un sillón Después, creo que hay algo innato en el ser humano que es la polarización. Si esto es “A”, todo lo demás es “B”. Necesitamos tanto pensamiento crítico cómo empatía. Que alguien no esté de acuerdo con alguna convicción mía no significa que esa persona se haya situado en el plano malo de la vida. Con el tema de las redes sociales, fíjate que es súper contradictorio.
Es la “era de la información”, pero ¿somos lo suficientemente críticos como para atrevernos a acceder a toda la información? ¿Incluso a lo que no nos dé la razón? Dibujamos un mundo en base a las cosas con las que estamos de acuerdo. Yo sigo a raperos y partidos políticos con los que estoy de acuerdo y comparto aquello con lo que estoy de acuerdo. Y si no está, te borro. Hace falta empatía crítica. Poder ver algo que no te gusta, poder estar al tanto de ideas que no sean las tuyas. Hace falta, por ejemplo, que alguien que no entienda el marco en el que se desarrolla el trap diga: “voy a tratar de entender, voy a ir a un show o voy a ver cómo ha sido la vida de estos chavales”. Partir de una base moral frente al mundo me parece un error, incluso esto que hacemos puede ser un error. Nada de lo que me llega es verdad de por sí y nada de lo que digo es verdad de por sí. “El trap es violento y ya está. Porque dice culo y teta”. Está mal que un chaval promueva una violencia, pero ¿es un fracaso musical? ¿O él expresa un fracaso social? ¿Un chico que se cría en un barrio y vende droga y hace música lo hace mal o está viviendo algo de verdad que tampoco es enteramente su culpa? Negándolos a ellos también te niegas a una parte de ti mismo.
Y te preocupa que se señale eso antes de otras cosas graves que sucedan todos los días en nuestros ámbitos.
Claro. Para empezar me da miedo vivir en un mundo en que se niegue la posibilidad de expresarse o se tenga miedo de expresarse. Por ejemplo, hay raperos que no me gustan. Tienen trillones de visitas y no lo entiendo. Lo intenté y no me gusta. Pero no me creo superior a eso o el más listo de la tribu. Hay una frase de Ozelot que dice: “no somos tan especiales como nos creemos / cuando crees que dejes huella en el mundo, el conjunto crece y lo absorbe y desaparece”. Aquí en España surgió un partido de derecha que me da mucho miedo que es Vox. Su programa parece broma, pero ha sacado un montón de votantes, ¿porque todas esas personas son malas personas o deliberadamente se han puesto ahí? No. Lo que sucede con Vox es que es fácil habilitara a los malos cuando tu actúas discursivamente de la misma manera. Aunque te ampares en una ideología que “está bien”. El absolutismo no entiende ideologías. Es y punto .Si ganara Vox en España me parecería el fracaso social que no es culpa sólo de los que están de acuerdo con Vox. Es culpa de todos como sociedad.
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