Maykel
Foto: archivo personal de Maykel González Vivero.
Identidad

Maykel González Vivero | Periodista | Cuba

“El orgullo es una gran exhibición de fuerza, es decir que estamos aquí, que no vamos a aceptar la invisibilidad a la que la homofobia institucional nos ha confinado”.

Desde hace unas semanas, el periodista y activista gay cubano Maykel González Vivero tomó la decisión de no dormir siempre en el mismo lugar.

—Ando medio nómada por La Habana para no señalar o marcar a personas que me han ofrecido ayuda. A lo mejor es un poco exagerado, pero es que el acoso y las amenazas en este tiempo de epidemia se han incrementado muchísimo.

Acoso y amenazas: su vida profesional, como la de muchos periodistas independientes en Cuba —el país más hostil para la libertad de prensa de América Latina y el Caribe— puede leerse en clave de ellas. Hay tres episodios que nunca olvida:

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1) En 2012 fue sancionado y luego despedido de la emisora estatal Radio Sagua cuando reveló en su blog El Nictálope, que abrió en 2007 en medio del boom de la blogosfera cubana, cómo la Oficina Nacional de Estadística e Información había excluido las uniones entre personas del mismo sexo de los cuestionarios del Censo de Población y Viviendas de ese año “por razones que solo justifican la homofobia y una flagrante mala fe”.

2) En 2016 fue uno de los nueve periodistas detenidos en Baracoa por cubrir los desastres del huracán Matthew y pasó tres días en un calabozo, que relató en una crónica publicada en el portal El Estornudo.

3) En 2017 fue retenido e interrogado cuando cubría la expulsión de la estudiante opositora Karla Pérez González de la Universidad Central de Las Villas, donde estudió Periodismo, y unos meses después fue “arrestado, desnudado y revisado físicamente” en una estación de policía de Sagua la Grande, su ciudad natal, durante su cubrimiento del avance del huracán Irma.

Aun asediado por la vigilancia y las intimidaciones, en diciembre de ese año, junto a un grupo de periodistas de diferentes lugares de la isla, fundó el proyecto al que ahora dedica sus días: Tremenda Nota, “la primera revista digital cubana que cubre exclusivamente historias de mujeres, comunidad LGBTI+, afrodescendientes, migrantes y discriminación”. Desde ahí ha desafiado el silencio del ecosistema mediático oficialista frente a la vulneración de los derechos de sujetos históricamente marginados, con un énfasis especial en temas de diversidad sexual.

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—La comunidad LGBTI+ en Cuba es muy sensible a la historia que tenemos de homofobia de Estado. Yo creo que Cuba es el único país del hemisferio occidental en el que hubo campos de trabajo forzado para personas LGBTI+, como ocurrió en los sesenta, y por muchísimas décadas hemos sido ciudadanos de segunda, forzados al exilio. En los ochenta se habló mucho de “sexilio”. Cargamos con toda esa historia por la que aún no ha habido ni un acto de perdón oficial ni justicia.

Maykel, como otros homosexuales cubanos, también ha tenido que irse. En 2019 se exilió a Estados Unidos por los hostigamientos que vivió tras el cubrimiento de la histórica marcha independiente del 11 de mayo de 2019, un momento de clímax del activismo LGBTIQ+ cubano.

—En muchos años no se había hecho una marcha independiente LGBTI+ tan grande: reunió a trescientas personas, que acá es decir mucho. Pero acabó violentamente, fue disuelta por la policía. Estuve cubriéndola en vivo para Tremenda Nota y escribí una crónica que se llama “Así fue el Stonewall de La Habana”. Después de eso sufrí un acoso tremendo.

Desde que volvió a la isla vive bajo un fuego doble: el de la homofobia institucional y el de las mordazas gubernamentales a libertad de prensa. Como detalla en los más recientes editoriales de Tremenda Nota, entre 2019 y comienzos de 2020 el gobierno bloqueó su página y varios periodistas han recibido citaciones y han sido interrogados sobre el trabajo de la revista. “Censurar una agenda editorial de contenido LGBTI+, feminista y antirracista es un acto forzosamente misógino, transfóbico y racista. El acoso contra quienes gestionan y publican Tremenda Nota lo asumimos como un gesto homofóbico y lesbofóbico”, escribió el mes pasado cuando anunció que, para proteger al equipo, de ahora en adelante los artículos no llevarán firmas personales.

—Hemos sufrido todo tipo de persecuciones. Hasta mi vida privada y sexual ha sido expuesta por el Estado. Pero mi posición es que no hay modo de que con mi propio cuerpo me puedan avergonzar. Si uno se deja imponer la etiqueta de víctima, uno no puede seguir haciendo periodismo. Por eso para mí, este mes de Orgullo es una gran exhibición de fuerza. Uno de los últimos recursos y remanentes de la homofobia es cuando dicen que eso ya pasó, que no hablemos más de eso, cuando sabemos que la desigualdad y discriminación siguen estando vivas. El Orgullo es decir que estamos aquí, que no vamos a aceptar la invisibilidad a la que la homofobia institucional nos ha confinado.

Maykel es uno de lxs cincuenta líderes en disidencia sexual y de género cuya vida celebramos en nuestra quinta edición, ORGULLO.

ORGULLO VICE

A Felipe lo encuentras en Instagram y Twitter como @estimadofelipe.