Comienzo esta nota citando a Feli Dávalos, conocedor excelso del hip hop (y un grandioso amigo): “El mejor rap es sucio, marciano, callejero, nihilista. Políticamente incorrecto. Inconsciente. No queda bien. Las posibilidades son infinitas. Básicamente no ser regañón, ni tomarse en serio a uno mismo o a un discurso. Darle la vuelta a la expectativa. Sorprender”.
Luego de todas estas verdades, no me queda mucho por escribir para describir de una forma más clara y precisa lo que es Como Nunca, de Akapellah. El de Tumero, completa la trilogía que nació con Como Antes, siguió viviendo con Como Siempre, y dejó su última huella en estos caminos torcidos con Como Nunca.
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Es muy peligroso cuando un artista deja atrás sus comienzos y empieza a darse cuenta del impacto que tiene su obra. Akapellah con este disco sube un escalón, mirando de reojo y sonriendo desde la cima de la escalera a los haters que dicen que se vendió; probablemente fumándose un buen habano. Akapellah está en el camino divino para convertirse en una referencia no solo del rap en español, sino también mundial.
¿Qué diablos necesita un rapero que cante en español para poder ir a Brooklyn y hacer lo mismo que hacen los gringos? Pues la respuesta parece estar en esos nueve tracks del Como Nunca. O como el mismo Pedro Elías Aquino canta en “Milki”:
¿Por qué Dr. Dre sí puede? ¿Por qué Jay-Z sí puede?
¿Por qué Dj Khaled sí puede? ¿Por qué Birdman y Kanye sí pueden?
Piensen y respondan a estas preguntas escuchando Como Nunca, el nuevo disco de Akapellah acá:
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