El fin de semana pasado se llevó a cabo la sexta edición de uno de los festivales más relajantes de México, digo esto no porque me la haya pasado comiendo y bebiendo más de 24hrs, lo digo porque la organización del evento fue impecable, desde la llegada de la CDMX a Acapulco, hasta los horarios de las bandas sobre los escenarios.
He asistido a todo tipo de eventos desde muy chico y aunque éste contaba con nombres grandes como Giorgio Moroder, De La Soul o el legendario Shintaro Sakamoto, la música pasó a segundo plano para convertirse en una fiesta que bien pudo ser amenizada con una playlist de Spotify (ya sé, suena a que me acabo de contradecir). Y está bien, y fue bonito, se respiraba paz en el ambiente, podías pasar libremente entre la gente sin que esta te viera con recelo como ocurre en otros lugares y lo mejor de todo, es que había actividades que si no veías en el horario, no te enterabas que existían (obvio, ¿no?) como el Boiler Room de Nicola Cruz en el techo de unas villas y que además era barra libre (!!!), hasta un cuarto de hotel acondicionado para perrear al ritmo de Rosa Pistola.
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La fiesta inició el viernes y fue un tren que no se detuvo hasta la madrugada del lunes. ¡Más de 72 horas de fiesta! Definitivamente regresaría el próximo año. Si te puedo dar un tip para la próxima edición, quédate en el hotel donde se realiza esto, hay buffet, puedes usar todas las instalaciones y si no estás en las mejores condiciones, llegar a tu cuarto no es una odisea.
Acá abajo te dejamos fotos de lo que vivimos en Trópico. Ahora sí #MeUrgeTrópico2019.
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