Diferentes objetivos en distintos países: el desafío de detener a Estado Islámico continúa

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Los últimos cuatro ataques mortales de Estado Islámico han puesto al descubierto las limitaciones de la coalición liderada por Estados Unidos para desmantelar la presencia de la organización terrorista en Siria e Irak. Ahora mismo el desafío no solo consiste en atajar una serie de ataques coordinados, que no solo se han desplegado a escala global, sino que lo han hecho con objetivos muy distintos. Así se han expresado algunos miembros actuales y retirados de la administración estadounidense para referirse a los cuatro atentados yihadistas cometidos la semana pasada.

“Bombardear masivamente la ciudad de Raqqa (la capital de hecho de la organización yihadista, enclavada en el norte de Siria) no va a detener esta locura”, opina el veterano analista de la CIA Paul Pillar, quien hoy imparte clases en la universidad de Georgetown.

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En los últimos meses, las autoridades del ejecutivo de Obama han insistido repetidamente en que los atentados orquestados por los yihadistas por todo el mundo son una reacción directa al éxito de la implacable ofensiva de la coalición dirigida por Estados Unidos. Las fuerzas lideradas por Obama han desterrado a los terroristas de extensas franjas de su Califato, el territorio que controlan entre Irak y Siria.

Si bien tal es un argumento que podría considerarse cierto en parte, miembros actuales y retirados de la administración Obama consideran que tal es una conclusión extremadamente simplista. De hecho, pensar de tal manera, explican, es subestimar hasta qué punto la influencia de Estado Islámico se ha extendido mucho más allá de las fronteras del territorio que controla.

La organización radical terrorista de ascendencia suní y musulmana lleva tiempo potenciando sus reclutamientos y su propaganda en el extranjero. Claro que según los expertos de la administración estadounidense, tal sería un trabajo que ya se habría estado desplegando mucho antes de que los terroristas hayan empezado a perder terreno en su autoproclamado Califato. La semana pasada los combatientes yihadistas perdieron el control de la ciudad de Faluya, uno de los bastiones de su ultraviolenta resistencia en Irak. El siguiente objetivo del ejecutivo iraquí y de las fuerzas de la coalición sería reconquistar Mosul, la segunda ciudad más grande de Irak.

‘Al-Qaeda (…) ha preferido apostar por los atentados a gran escala y sacrificar su intención original de seguir ganando territorio’.

“Lo que parece incuestionable, algo que, de hecho, hace tiempo que lleva sucediendo, es que Estado Islámico estaría fortaleciendo y diversificando su capacidad de reclutamiento y de propaganda, tanto online como con la ayuda de emisarios. Un miembro del ejecutivo de Estados Unidos que lleva tiempo vigilando de cerca de grupos islamistas asegura que “los líderes de la organización cada vez tienen más claro que hay que recortar los costes económicos y militares de mantener el Califato, cuya superficie se está encogiendo a marchas forzadas.

Son muchos los que ya comparan el nuevo aspecto de la organización terrorista con el de Al-Qaeda, que ha preferido apostar por los atentados a gran escala y sacrificar su intención original de seguir ganando territorio.

Construir y mantener un Califato se habrá convertido muy posiblemente en una labor mucho más cara y complicada de lo que los combatientes yihadistas habrían previsto inicialmente, ha señalado el funcionario estadounidense.

Las autoridades de Estados Unidos aseguran estar todavía analizando cuál sería la implicación de Estado Islámico en los atentados del pasado 28 de junio en el aeropuerto de Estambul en el que murieron 45 personas; en la matanza orquestada en una café de Daca, la capital de Bangladesh, el viernes pasado, en que perdieron la vida 20 personas; en la masacre acontecida el sábado pasado en Bagdad, cuando un camión frigorífico explosionó en un distrito comercial de la capital iraquí y segó la vida de, al menos, 175 personas; y en los atentados perpetrados al día siguiente en Arabia Saudí, dirigidos presuntamente contra diplomáticos estadounidenses, feligreses chiíes y contra una comisaría enclavada en la mezquita de la ciudad sagrada de Medina.

La historia sugiere que Estado Islámico podría convencer a EEUU de que su existencia sea legitimada. Leer más aquí.

Todos los atentados han sido perpetrados coincidiendo con la celebración del Ramadán, que concluye esta semana con el festival de clausura habitual, el Eid al-Fitr.

Un miembro del ejecutivo estadounidense ha comentado que los atentados en Turquía, Irak y Arabia Saudí parecen estar directamente vinculados a Estado Islámico. Y ha sugerido, igualmente, que el atentado cometido en Bangladesh podría haber sido inspirado en las ejecuciones yihadistas, aunque también parece claro que habría sido orquestado a nivel local.

Los mensajes que se han podido interceptar de la comunicación de la organización yihadista por parte de la administración estadounidense, sugieren que los próximos objetivos serían lugares de concentración para no musulmanes y para musulmanes chiíes afincados en zonas predominantemente suníes, además de edificios gubernamentales. Así lo ha concluido el funcionario estadounidense.

“Existe una considerable cantidad de ataques planeados que parecen orquestados a medio camino entre la inspiración y la intención de ir en la dirección adecuada”, dice el funcionario estadounidense. “Llámalo sugestión”.

‘La campaña militar no es suficiente para terminar con Daesh’.

Los expertos en antiterrorismo aseguran que no existe ninguna fórmula mágica para contener los atentados contra la población civil. Especialmente, habida cuenta de que estos están sucediendo a escala global y de que sus métodos incluyen formas de ataque que van desde la inmolación de terroristas suicidas, a explosionar camiones o, incluso, a optar por ataques con toma de rehenes.

“El auténtico desafío al que nos enfrentamos es que los ataques y su planeamiento se están produciendo en muchos lugares distintos”, opina el profesor Pillar.

Una mayor cooperación diplomática, el intercambio de inteligencia y el rastreo de la procedencia del dinero serán elementos clave para avanzar en la lucha contra el terrorismo yihadista.

“Siempre hemos dejado claro que la campaña militar no es suficiente para terminar con Daesh [el acrónimo árabe para designar a Estado Islámico], o para fulminar la amenaza que representa”, ha señalado el portavoz del departamento de Estado del ejecutivo de Obama John Kirby este martes. “Llevar a cabo una campaña en profundidad que combata de raíz las causas del extremismo será la única manera de derrotar al adversario de manera sostenida”.

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