Artículo publicado originalmente por VICE en árabe.
La Tierra Santa ha sido el hogar de una pequeña comunidad armenia durante más de 1.700 años. En el siglo IV, fieles y monjes cristianos de esa nación se establecieron en Jerusalén después de realizar peregrinaciones a la ciudad. Con el tiempo formaron su propio barrio, conocido actualmente como el Barrio Armenio. La comunidad palestino-armenia en Jerusalén creció a raíz del genocidio a manos del Imperio Otomano, que exterminó a aproximadamente 1,5 millones de armenios entre 1915 y 1923.
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En la década de 1940, el fotógrafo radicado en Jerusalén Kegham Djeghalian —quien había huido de Armenia durante el genocidio— se mudó a Gaza, que entonces era simplemente una ciudad palestina en la costa mediterránea. Ochenta años y numerosas guerras después, Gaza y sus alrededores se han convertido en uno de los lugares más inhóspitos del mundo. La mayoría de sus habitantes están desempleados y enfrentan un acceso limitado al agua, la electricidad, los alimentos y los medicamentos. Además, por supuesto, no pueden salir del territorio.
Pero antes de que un bloqueo de siete años pusiera de rodillas a Gaza, antes de que Hamas asumiera el poder, la ciudad tenía una identidad cultural totalmente distinta, capturada a través del lente de la cámara de Djeghalian. Su nieto de 36 años, Kegham Djeghalian Jr, un director de arte, artista visual y estilista de moda que vive en Francia, encontró recientemente tres cajas que contienen algunos de los negativos y fotografías antiguas de su abuelo.
Cuarenta años después de su muerte, la obra de Djeghalian se exhibe ahora en el Access Art Space en El Cairo, la ciudad donde parte de su familia huyó durante la Guerra de los Seis Días en 1967. Sin embargo, Djeghalian decidió quedarse en su amada ciudad. Sus fotografías ofrecen una raro vistazo de la vida relativamente despreocupada de los residentes de Gaza desde la década de 1940 hasta la de 1970. Todas las fechas de las fotografías se eliminaron para representar una versión de Gaza “suspendida en el tiempo”, como dice Kegham Jr.
VICE se reunió con Kegham Jr en la exposición para hablar sobre la compleja relación de su familia con Gaza, la migración y la identidad.
VICE: ¿Qué significa esta exposición para ti a nivel personal?
Kegham Djeghalian Jr: Es muy especial, casi terapéutica. Cuando encontré estos archivos en la casa de mi padre, me sentí como un arqueólogo que descubre un artefacto histórico importante. No me quedó claro de inmediato cuán importantes eran estas imágenes, pero sabía que había algo especial en ellas.
Tenía muchas ganas de conocer a mi abuelo. De él heredé mi pasión por la fotografía. Por eso seguí adelante con las “excavaciones” y, como pueden ver, sus fotografías son un gran descubrimiento. Documentó un aspecto de Gaza que es totalmente diferente al que vemos hoy.
Encontré las cajas en 2018. Desde entonces me he enfrentado a muchos desafíos, incluida mi falta de experiencia en la conservación de fotografías. Ahora mismo estoy tratando de recuperar los archivos de mi abuelo, en Gaza, para poder combinarlos con lo que encontré en El Cairo. Realmente espero poder lograrlo.
¿Cómo era tu relación con tu abuelo?
Nunca lo conocí. Se quedó a vivir en Gaza y falleció a principios de la década de 1980. Además de nuestra pasión compartida por las artes visuales, también desearía haberlo conocido por cómo reacciona la gente de Gaza cuando les digo que soy su nieto. Mi abuelo fundó el primer estudio de fotografía de la ciudad y la mención de su nombre aún despierta emociones poderosas en la memoria de las personas que vivían allí en aquella época.
Mi padre nunca le contó a nadie sobre las cajas, se había olvidado por completo de ellas. Encontrarlas cambió mi vida: me volví más consciente de la herencia de mi familia y adquirí una comprensión más profunda de mi propia identidad. Estas fotos son, sobre todo, una forma de retribución para Gaza: la ciudad merece que su historia se cuente de otra manera.
¿Qué has aprendido de tu abuelo a través de estas imágenes?
Estas fotos plantean más preguntas que respuestas. Las veo y cuestiono por qué un migrante armenio decidió vivir en Gaza y no en Jerusalén. Me pregunto cómo un hombre que apenas hablaba árabe se ganó un nivel tan alto de confianza y amor de la gente.
Mi abuelo inscribió a sus hijos en escuelas árabes donde también aprendieron sobre la religión islámica y el Corán. Nunca tuvo problemas con eso, a pesar de ser cristiano. Incluso siguió la tradición islámica de la aqiqah [sacrificar un animal] cuando nació su hijo. Mi abuelo amaba y pertenecía a Gaza y a su gente. Documentó los detalles de sus vidas tanto dentro como fuera de su estudio.
¿Crees que tu padre había olvidado realmente las cajas? ¿O las estaba evitando?
Creo que hay un poco de trauma detrás. Mi familia suele evitar este tipo de recuerdos. No ha sido fácil para mi padre. [A pesar de vivir en Egipto durante más de 50 años], todavía tiene documentos de viaje palestinos. [Millones de palestinos son apátridas. No tienen pasaportes, pero sí un laissez-passer que les otorga derechos limitados].
Mi abuelo fue un superviviente del genocidio. Según las historias de la familia, huyó de Armenia disfrazado de niña, ya que los otomanos mataban primero a los niños. En su juventud se mudó a Gaza para abrir un estudio después de que otro fotógrafo armenio lo capacitara en Jerusalén. Logró documentar la Nakba [o “catástrofe”, el éxodo de más de 700.000 palestinos después de la Guerra de Palestina de 1948], la Guerra de los Seis Días, los campos de refugiados y todas las tragedias que padeció el pueblo de Gaza.
Mi familia tiene recuerdos amargos de la Guerra de los Seis Días. Mi abuela estaba en El Cairo [cuando estalló la guerra] visitando a mi padre y mi tío, que estudiaban allí. No pudieron volver a Gaza para ver a mi abuelo durante tres años después de eso y las visitas se hicieron menos frecuentes a partir de ese momento.
A principios de la década de 1980, mi padre fue acosado cuando regresaba a Egipto después de un viaje a Gaza. Un soldado israelí lo trató tan mal que juró nunca volver a Gaza, y así fue. Parece ser que este episodio selló su distanciamiento emocional de Gaza. Quizás por eso olvidó las tres cajas.
¿Qué piensa la gente de esta exposición?
Gaza siempre ha despertado la curiosidad de la gente, especialmente de los extranjeros, incluidos muchos diplomáticos en Egipto. A menudo se sorprenden de que Gaza solía verse así. A través de las redes sociales, muchas personas de Gaza se han reconocido a sí mismas o a sus familiares en las fotos de mi abuelo. Se pusieron en contacto conmigo y me contaron más sobre el contexto de las fotografías y quiénes eran las personas en las imágenes. Fue casi como un reencuentro.
¿Qué fotografía es la más cercana y la más querida para ti?
Esta [Vean la foto a continuación].
Esta es la sombra de mi abuelo en la arena y esta es mi tía con un brazo alrededor del hombro de mi padre. Están paseando tranquilamente por la playa, descalzos, mientras el mar roza sus pies.
A continuación presentamos más fotos: