Todos adoramos el puré de papa cremoso y repleto de mantequilla. Pero nunca nos detenemos a pensar cómo cambiar un poco la receta o hacerla aún más deliciosa.
Nuestra relación con el puré de papa tiene su origen en el comedor ochentero de nuestra casa cuando éramos niños y a la hora de la comida nos sentaban ilusionados frente a un plato de milanesa (carne rebosada en huevo y pan molido y frita) con una porción de puré y un poco de catsup. Más tarde —debemos aceptarlo— visitamos KFC sólo por hundir la cuchara en su pure mega esponjoso bañado con un gravy de dudosa procedencia… placeres culposos.
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Desde ese entonces —y desde siempre— el puré es un gran placer. ¿Quién no disfruta comer a cucharadas un rico puré, incluso frío?
Para reivindicar este delicioso platillo que siempre sirve como guarnición, pero disfrutamos como el mejor de los platos fuertes, recurrimos a Sandy Ho, quien nos enseño tres distintas y nuevas formas de hacer puré de papa: uno crujiente con romero, otro con garbanzos, similar a una gloriosa combinación entre el hummus y el puré tradicional, y uno más con nueces y la verdura de la temporada: la calabaza.
Después de hacer estas tres recetas quizás estés cansado de machacar, pero te lo aseguramos: valdrá la pena por cada cremoso bocado.
