Artículo publicado por VICE México .
En México, cerca de 45 millones de personas nunca han visto una película en el cine. Por eso, hace cinco años nació una iniciativa que lleva, a bordo de una camioneta, estas proyecciones hasta lugares escondidos del país, en donde sólo se necesita de voluntad y fuerza en las piernas para reunir a todo un pueblo en torno a una pantalla grande. Se trata de Cine Móvil ToTo.
Videos by VICE
El proyecto consiste en la improvisación de cines al aire libre en absolutamente cualquier lugar —un lote baldío, una explanada municipal, una cancha de futbol—, a partir de la energía eléctrica generada por cuatro bicicletas que pedalean los espectadores a lo largo de la función, así como de un conjunto de celdas solares que aprovechan la luz del día para hacer magia por la noche.
Relacionado: Del Piporro a Diego Luna: series y películas grabadas en Ciudad Neza.
Aunque el equipo que lo hace posible consta sólo de 15 miembros, al día de hoy esta iniciativa ha hecho más de 250 presentaciones en 25 estados de la república, y ha recorrido por tierra más de 50 mil kilómetros para presentar cientos de películas mexicanas contemporáneas.
Seis horas de terracería
Según Roberto Serrano, quien junto con Diego Torres es fundador del proyecto, una de las cosas más impresionantes que han visto durante su tiempo de funcionamiento es la cara de las personas cuando se enfrentan con algo completamente nuevo. De ahí también la idea del nombre, que es una conjunción de la frase: toda la gente, todos los lugares.
“Quienes generalmente se impresionan más son los niños. Ellos tienen una capacidad de asombro inigualable, así como una gran disposición para ser los primeros en pedalear con tal de que todos los miembros de sus comunidades puedan disfrutar de un filme”, asegura Serrano.
Relacionado: Entramos a Cazucá, la favela más violenta del centro de Colombia.
Por eso mismo dice que no les ha importado haber sido detenidos por miembros de autodefensas en Michoacán, o por retenes magisteriales en Chiapas, o por cualquier capricho climatológico. Según él —quien ahora se encuentra al frente de un ciclo de proyecciones en lugares lejanos del sureste del país— todo vale la pena una vez que los ven asomarse y entregarse a un mundo que no conocían.
Serrano se acuerda perfectamente del día que más le ha gustado en este trabajo. Fue en medio de las montañas más altas de Jalisco, en un pueblo llamado San Andrés Cohamiata, entre árboles y los sonidos autóctonos de la lengua de los wixárikas.
“Fue muy emocionante ver cómo les brillaban los ojos desde los primeros haces de luz que percibieron sobre la superficie blanca. Ni nos dimos cuenta de en qué momento ya todos querían subirse a una bicicleta para contribuir a que la función continuara. Fue muy, muy bonito. Las seis horas de terracería, desde la ciudad de Zacatecas hasta allá, valieron la pena”, recuerda.
Un nuevo mundo
La recepción de esta iniciativa cultural itinerante ha sido buena desde que inició. Por eso mismo, asegura Serrano, es que fundaciones, estímulos fiscales de programas de gobierno, el Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), así como marcas de productos, han financiado el Cine ToTo a pesar de ser una plataforma relativamente pequeña y nueva.
Lo que busca este equipo de predicadores audiovisuales es llevarle películas y cortometrajes nacionales de calidad —producidos a partir del 2015— a personas que difícilmente hubieran podido acceder al cine en otras condiciones. Justo por el gran esfuerzo que muchas veces implica llegar a donde se lo proponen, las temáticas de los materiales que exhiben son variadas y siempre alientan a la reflexión.
Relacionado: Una pintura de Banksy fue ‘autodestruida’ después de subastarse.
“Sin duda, el objetivo es fomentar la cultura. Cuando acercas estas historias al público, les ayudas a echar a volar la imaginación; los acompañas a abrir puertas”, concluye Roberto. “Si, por ejemplo, con el tiempo lográramos hacer bajar los índices delictivos en una zona específica sólo gracias al cine, estaríamos cumpliendo un gran sueño: el de corroborar que el arte sí puede cambiar el mundo”.