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Este satélite usa un pegamento especial para recoger escombros

Los escombros espaciales (fragmentos de viejos satélites y cohetes que permanecen en el espacio) son una gran amenaza para los satélites y astronaves que se encuentran actualmente en órbita. Las propuestas para eliminar estos escombros hasta ahora han incluido opciones que van desde arpones hasta lásers.

Astroscale, una startup con base de operaciones en Singapur, tiene una idea distinta. Reconocen que podrían usar un satélite equipado con un adhesivo especialmente configurado –cuya estructura química es un secreto de la compañía– para atrapar y destruir los amenazantes pedazos de desperdicio espacial. El artefacto podría funcionar como una trampa para moscas. Además de trabajar en recuperar escombros espaciales, la startup también está trabajando en darle seguimiento al desperdicio espacial.

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“En marzo, tras una serie de pruebas, finalmente hicimos un pegamento que logra atrapar pedazos de restos espaciales mientras resiste los duros ambientes del espacio” dijo Miki Ito, ingeniera y presidenta de la oficina en Japón de Astroscale, dentro de una sala de juntas que está arriba del laboratorio de investigación y desarrollo.

¿Podría un pegamento secreto ser la clave para limpiar enormes bultos de escombros espaciales en el futuro? Imagen: Emiko Jozuka

Astroscale ha estado probando su pegamento secreto al exponerlo a radiación y a fluctuaciones extremas de temperatura en ambientes espaciales simulados. Está pensado para el nuevo satélite de la compañía, ADRAS 1, cuyo peso es de unos 120 kg y cuyo lanzamiento se está preparando para el 2018. El satélite incluye dos componentes: el diseño de su base, llamada “Madre”, que está inspirado en los satélites Hodoyoshi-3 y 4 que fueron lanzados por la Agencia Espacial Japonesa en 2014, mientras una parte llamada “Hijo” descansa en la parte superior del componente Madre y está diseñado para separarse una vez que llega al espacio. Hijo contiene la superficie recubierta con el pegamento especial que le permitirá adherir piezas de basura espacial de más de 10 centímetros, casi de la misma forma que una araña se abalanza sobre un insecto y lo inmoviliza.

El ADRAS 1 posee tres funciones clave según Ito. Primero, sus sensores a bordo le permiten detectar autónomamente una pieza de escombro y abrirse paso hacia ella. El proceso de captura deja a Hijo separarse de Madre, sacar su superficie adhesiva, y recuperar la pieza de chatarra. Finalmente, Hijo abandona su órbita y reingresa a la atmósfera terrestre con el objetivo de destruirse a sí mismo y destruir los escombros. La intensa resistencia del aire y las altas temperaturas al penetrar la atmósfera de la Tierra causan que tanto el satélite como los escombros que contiene se quemen, explicó Ait-Mohammed Nori, ingeniero en Astroscale.

El espacio es un ambiente notablemente hostil, con astronaves y satélites sujetos a la radiación cósmica, la luz solar sin filtrar y severas fluctuaciones de temperatura. De acuerdo con Ito, tomó una buena cantidad de meses de pruebas para lograr un pegamento suficientemente resistente como para combatir estos típicos desafíos espaciales.

El subterraneo donde los satélites de Astroscale son diseñados. Imagen: Emiko Jozuka

La construcción del satélite se lleva a cabo en el sótano de la oficina de Japón y su acceso está restringido a los visitantes. Las pruebas se realizan en colaboración con nueve universidades.

Astroscale aseguró una ronda de inversión de35 millones de dólares en marzo de 2016, pero la compañía tendría que hacer un ejército de satélites si es que planean combatir la chatarra espacial en masa, pues cada Hijo puede solamente tomar una pieza de basura a la vez (se enfocarán en atacar piezas particularmente peligrosas).

Madre saldrá de órbita por su cuenta tras un lapso de 25 años y durante ese periodo observará nuestro planeta para enviar datos relacionados con su sistema de propulsión, por ejemplo. Por el momento, Astroscale sigue en la fase de pruebas e Ito señaló que su misión espacial de 2018 tiene la intención de probar que el concepto puede funcionar y expandirse en el futuro.

Mientras tanto el equipo también trabaja en el lanzamiento de IDEA OSG 1, un satélite más pequeño de 380 x 600 mm con un peso de 20 kg, hecho para recolectar datos sobre cuántas partículas pequeñas de escombros pueden estar en el espacio. Será lanzado a inicios de 2017 y pasará cerca de dos años en órbita.

“No hay datos de cuántos escombros espaciales que miden entre 0.1 mm y 10 cm pueden estar en el espacio, porque no podemos verlos desde la Tierra” dijo Ito. “IDEA OSG 1 será usado para recolectar información sobre estas partículas de escombros espaciales que no pueden ser monitoreadas desde la Tierra“.

Las afueras de las oficinas de Astroscale en Tokio. Imagen: Emiko Jozuka

IDEA OSG 1 tiene placas delgadas de poliamida con líneas conductoras repletas de pequeñas señales de energía. Una vez que los restos tocan la hoja, se rompen las líneas conductoras, produciendo un cambio de señal que es seguido por el equipo en la Tierra. El objetivo de la misión es permitir a Astroscale recolectar una muestra de las minúsculas partículas de restos espaciales en un periodo de dos años y lograr un estimado de cuántos de estos pequeños fragmentos están en la órbita inferior del planeta.

Finalmente, la misión de Astroscale tiene una doble intención. La compañía asegura que quieren atacar el problema provocado por los humanos y su basura espacial con el fin de mitigar los riesgos de las misiones espaciales, así como promover un mayor interés en el espacio entre las generaciones más jóvenes de Asia.

“Las compañías que están invirtiendo con nosotros en Japón no lo están haciendo realmente en busca de ganancias” explicó Ito. “Quieren ser parte de algo que beneficiará al mundo y deshacerse de escombros generados por humanos garantizará la seguridad de misiones espaciales en el futuro.”

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