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Vice Blog

La estética de los youtubers españoles

¿Qué se esconde detrás de que todos los youtubers sean exactamente iguales?

Planos medios de personas frente a un escritorio, miradas a cámara que rompen la cuarta pared del lenguaje audiovisual, peinados casuales pero moldeados a la perfección, sillas del futuro, camisetas sencillas con mensajes divertidos, habitaciones con expedits repletas de muñequitos y pósteres de videojuegos, series o mangas colgados en las paredes. Todos estos elementos son algunos de los que conforman y moldean lo que podríamos entender como un "youtuber". Evidentemente existen muchos tipos de youtubers y no es lo mismo uno que te enseña truquitos para maquillarte de puta madre que otro que se dedica a hablar sobre videojuegos. Son de estos segundos de los que estamos hablando, de gente como elrubiusOMG, VEGETA777, Sarinha, Wismichu o Thewillyrex, youtubers que no solamente reseñan, juegan y hablan sobre videojuegos sino que también generan contenido de opinión sobre temas irrelevantes de actualidad desde un ángulo absolutamente personalista.

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Cada vez que reproducimos un vídeo de uno de estos canales, vivimos una especie de déjà vu, una sensación de familiaridad, de estar pisando terreno conocido. Es por esto que debemos aceptar que existe un lenguaje y una estética que los define.

Todos ellos juegan con elementos juveniles y actúan de forma despreocupada. Detrás de ellos siempre se alza un altar hecho con mobiliario sencillo e inundado de merchandising de series y videojuegos: figuritas, peluches, cómics, etcétera. Es más, las coincidencias van más allá de lo meramente decorativo, todos tienen una forma de expresarse muy similar —falsamente energética e impostada— que resulta poco realista, quizás heredera del lenguaje radiofónico, con una impostación casi cómica. De la misma forma existen coincidencias a la hora de escoger las posiciones de cámara y de editar los vídeos.

Podríamos intentar englobar todos estos usuarios de YouTube dentro del conjunto de los gamers, categoría que quizás podríamos relacionar con ese otro gran fenómeno que desde hace ya años está cada vez más presente en la sociedad española, los frikis.

Para hablar sobre este tema contacté con Cristina Martínez, profesora universitaria de sociología en la ESCUNI

, y autora de la tesis "La búsqueda de nuevos valores, referentes y modelos en un mundo líquido: el refugio de la cultura friki en España"

.

Le preguntamos a Cristina qué es exactamente un friki y si los gamers pueden incluirse dentro de esta categoría. "Un friki es aquella persona que presenta un interés profundo y un conocimiento extenso por uno o varios temas minoritarios o subculturales y que deja traslucir su interés por ése o esos temas a través de su comportamiento, su forma de hablar y/o su imagen externa". Con temas "minoritarios" o "subculturales" Cristina se refiere a aficiones como la literatura fantástica, la ciencia ficción, los cómics, los videojuegos, los juegos de mesa o los de rol.

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Es muy habitual que la gente utilice el término "friki" de forma incorrecta, ya sea a la hora de describir a ciertos personajes televisivos extravagantes o ciertas aficiones que nada tienen que ver con la fantasía. Cada día escuchamos frases como "ese tipo es un friki de los deportes" o "joder, Carlos se pasa el día en el Mercadona comprando productos Hacendado, es un puto friki del Mercadona" pero según la socióloga "no existe el friki del fútbol, ni de la cerveza o similar, esas personas no tendrían nada en común con un apasionado de Firefly, no jugarían a rol, no acudirían a una tienda de cómics, ni postearían en un foro dedicado a Asimov".

Es entonces la pasión por estos temas fantásticos lo que define al friki, pero una pasión y una dedicación reales pues "tampoco sería friki el que cultivara las aficiones apropiadas, pero solo superficialmente: no es friki todo el que ve Juego de Tronos, ni el que tiene una camiseta de Superman (son cosas normales en el siglo XXI). Para ser friki hace falta amar y comprender bien estos temas, y participar de la subcultura friki (hablar habitualmente con otras personas sobre esos temas, cara a cara, en eventos frikis o mediante internet)", comenta Cristina.

En cuanto a los gamers, Cristina nos aclara que "no es difícil serlo: el único requisito es, simplemente, pasar muchas horas jugando a videojuegos y, para redondear, informarse sobre ellos y comentarlos". Pero ser gamer no implica ser friki, "hoy en día se puede ser gamer sin ser friki (cosa no tan frecuente hace unos años). El ejemplo más típico sería el de alguien que pasa muchas horas de su vida jugando sólo a juegos tipo FIFA, Call of Duty o GTA, juegos deliberadamente no-fantásticos, sin elementos mágicos, épicos, míticos, ni de ciencia ficción. Estas personas serían gamers pero no frikis".

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En el caso de estos youtubers, como ya hemos dicho, vemos que muchos de ellos se decantan por decorar sus habitaciones con figuritas o pósteres que sí que se pueden relacionar con esos videojuegos que flirtean con lo fantástico, por lo que podríamos considerar que forman parte de la cultura friki.

"Quien tiene un canal de videojuegos es porque suele jugar a muchos diferentes, conocer sus trasfondos e historias, las referencias de dónde vienen y entrar en ese mundo es entrar en el fandom por una de sus muchas puertas. Si, empezando por los videojuegos, te adentras en un mundo de literatura fantástica, ciencia ficción, cómics y cine de género, es muy fácil que todo esto te apasione y termines entrando en la subcultura friki". Pese a que a algunos de estos youtubers se les puede considerar frikis resulta curioso ver como, según Cristina, la mayoría de frikis españoles nos dirían que gente como Vegeta, Willyrex o sobre todo ElRubius, no pertenecen a su mundo: "da igual que hablen de videojuegos, no se van a identificar con ellos porque no hablan su mismo idioma ni tienen el mismo tipo de vida. Este tipo de youtubers son vistos desde el fandom como un fenómeno juvenil, para adolescentes, que no tiene poco o nada que ver con la cultura friki".

Existe pues una especie de dislocación. Por un lado todos estos youtubers juegan en cierta medida con la estética friki pero ni realmente se consideran frikis ni los frikis los consideran sus iguales. El panorama parece suponer que existe una estética concreta de los youtubers disociada totalmente del fandom más radical, pese a que coinciden con estos en la relación escaparatista que tienen con el merchandising. "Los youtubers son en sí mismos un fenómeno social y una comunidad y como tal es normal que se parezcan entre ellos en algunas cosas. Tenemos que darnos cuenta que ante una cámara (incluso una webcam) las personas se convierten en actores representando un papel. Su papel es el de "youtuber de videojuegos" y en consecuencia deben adoptar "el disfraz" o la estética que les define". Según Cristina su estética intenta comunicar que son "gente 'del ahora', que podrían ser tus colegas del instituto o la universidad, esa gente que se hace en seguida líder de la pandilla porque es muy divertida y muy guay, pero que tampoco van alardeando de ello".

No es casual que también existan coincidencias en su forma de expresarse: "es un estilo de comunicación que busca sorprender y enganchar, mantener la atención del espectador en todo momento y resultar divertida. Además muchos youtubers se siguen y se ven unos a otros por lo que es fácil que se creen modas y estilos de comunicación uniformes" nos comenta la socióloga.

Y todas estas actitudes responden a las necesidades de un público adolescente que se siente más interesado por el personaje que por el contenido. Para entendernos, hay otros canales de YouTube que tratan sobre videojuegos pero en los que el papel del gamer pasa casi inadvertido, donde lo que importa es el contenido, no la forma. Son estos canales, hechos por personas adultas, los que los frikis realmente siguen y aprecian. Los youtubers como Willyrex responden a otra necesidad, a la de la consagración de figuras populares famosas; figuras que antes se generaban en la radio o la televisión y que ahora, evidentemente, lo hacen a través de internet.

"Puede que los juegos se hayan ya popularizado al máximo pero hay elementos del fandom que nunca se popularizarán hasta ese extremo, como puede ser el rol o el terror cósmico" asegura Cristina. En todo momento debemos tener claro qué tenemos delante de nuestros ojos, estos tipos no son frikis y no se dirigen a un público friki, su contenido es superficial y comprensible para todos los públicos, es un pequeño flirteo con la subcultura, en ningún caso se trata de una profundización en el tema. Como concluye Cristina: "películas como El Despertar de la Fuerza pueden considerarse cultura mayoritaria ya que millones de personas acudieron a verla en su estreno, pero ir a verla tres veces en la misma semana o debatir incansablemente sobre si el planeta destruido es o no Coruscant no es popular ni parece que vaya a serlo en un futuro cercano. Por cierto, no es Coruscant, sino Hosnian Prime"