La guanábana durio es conocida como “la reina de la fruta” en el sudoeste de Asia. Pero fuera de su ambiente natural su reputación no es tan de la realeza. Gracias a su muy distinguible olor, los supermercados occidentales desde siempre han odiado vender esta adorada, pero maloliente fruta.
Para ser exactos, algunas variedades de guanábana asiática son conocidas por emitir un aroma a cebolla podrida y a calcetines de gimnasio, pero hay otras variedades que huelen a mango, piña y coco todo mezclado en uno. Desafortunadamente, solo la primer variedad, la guanábana durio tiene permiso para ser importada a muchos países de América. Sin embargo, la popularidad de esta fruta ha perdurado por más de 400 años y me niego a creer que la gente sea tan masoquista. Sin importar su olor, este tipo de guanábana es un alimento y sabe como ninguna otra cosa que exista en el planeta.
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Aún así, siempre creí que era un poco exagerado.
El alcance de la guanábana durio se está expandiendo. Gracias a los chefs que lo agregan a escondidas en pasteles ingeniosamente construidos, la gente está lentamente, pero de forma segura adoptando a este rey apestoso en números crecientes – y que su reputación hedionda se vaya al diablo.
Primero visité a Vicki Leung de la tienda de pasteles Premier Dessert Arts. Aunque se inspiran en los postres de guanábana al estilo de Hong Kong de su provincia natal de Guangdong, sus recetas son totalmente originales.
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