Artículo publicado por VICE Colombia.
Seamos honestos, una de las partes más importantes de nuestra infancia, más allá de los juegos y los amigos y toda esa cursilería, fue la televisión y las caricaturas para niños. Nada reemplaza la dicha de pasar horas enteras frente a la pantalla engullendo todo lo que Cartoon Network y Nickelodeon nos arrojaban a la cara.
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Pero nuestra pasión por consumir todo tipo de dibujos animados a veces era tanta que nos llevaba a ver cosas que, pues, eran una mierda. Todos vimos al menos un par de episodios de programas que sabíamos que eran malos pero por alguna razón veíamos. Y existían en abundancia.
A continuación le recordamos unas cuantas de esas porquerías que ocupaban horas sagradas de transmisión televisiva para que recuerde lo que estábamos dispuestos a ver cuando niños con tal de no despegarnos del televisor.
Mi padre el rockero
Ya empezando por la intro, es fácil saber que el resto del programa era una porquería. La historia, como es evidente en el título y la intro, era sobre un niño “normal” que sufría por tener una familia excéntrica de glameros y tener que crecer con ellos. Cada capítulo es exactamente igual a la intro: un niño estresado y un papá medio infantil y retrasado. Lo peor es que esta desgracia salió de la cabeza de Gene Simmons, probablemente eso explica por qué era tan terrible.
El Capitán Planeta
Todo bien con las intenciones ecoambientalistas de este programa, nunca es demasiado temprano para empezar a pensar en el medio ambiente y el reciclaje y la naturaleza. Pero tener un “buen mensaje” no es suficiente para que el programa sea bueno, y El Capitán Planeta es la mejor prueba de eso. Todo era malo: las historias, los protagonistas y, claro, el hecho de que mientras los otros continentes representaban aire, fuego, tierra y agua, Latinoamérica representaba “corazón”. ¿Corazón? ¿Qué es corazón?
Mucha lucha
No era el peor programa de todos, pero definitivamente sí era raro y medio malo. La idea era interesante, al menos, hacer toda una caricatura con luchadores enmascarados en la que los niños iban al colegio a aprender lucha libre y tenían nombres de luchadores: La Pulga, Buena Niña, Frijolito. Pero a la hora de la verdad, el programa no hacía mucho con esos elementos. Los capítulos eran aburridos e incómodos. Y el colmo era que el personaje principal era el peor de todos los personajes.
Martin Mystery
Martin Mystery era la oveja negra de Nickelodeon, un canal que por demás nos trajo inmensas alegrías con programas de calidad como Bob Esponja y Oye, Arnold. Martin Mystery era la excepción a la calidad: se trataba de un tipo insoportable que junto a su medio hermana, también insoportable, y a un cavernícola que no hacía nada investigaban fenómenos paranormales y extraterrestres. En cada capítulo había que soportar esa mediocridad de personajes lidiando siempre con babas verdes mocosas. Era un programa muy extraño.
Pucca
Solo los 30 segundos que dura el intro de esta basura de cosa ya son insoportables. Todo, todo, todo de esto era una porquería: los dibujos, el hecho de que la seudo niña esa solo viviera por perseguir a un seudo niño, que no hablaran, que en realidad todo fuera una estrategia de mercadeo disfrazada de caricatura para vender bolsos y cuadernos y más pendejadas con la cara de Pucca. Esta era la peor mierda de todas. Esto nunca debió existir, solo recordarlo ya da cáncer. Perdónenme.