Este artículo se publicó originalmente en Tonic, nuestra plataforma dedicada a la salud.Para los que buscamos mantener la chispa en nuestra relación, podría haber una solución con la que todos estaremos de acuerdo, según un nuevo estudio publicado el lunes en Psychological Science. Todo lo que necesitas hacer es posar con un lindo cachorrito.En el experimento de ocho semanas, los investigadores del estudio reclutaron a más de un centenar de parejas casadas, todas menores de 40 años y casadas por menos de cinco años.Después las parejas realizaron una "tarea de vigilancia" en una computadora cada tres días durante seis semanas. En cada sesión, escogieron imágenes y palabras relevantes para el tema de las relaciones. También evaluaron qué tan satisfechos estaban con su relación y tomaron una prueba que reveló cómo se sentían con su pareja sin preguntarles explícitamente: lo que se conoce como la prueba de asociación implícita, comúnmente utilizada por los psicólogos.
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Sin embargo, los voluntarios se dividieron en dos grupos sin que supieran. Durante la tarea, a un grupo se le mostraron fotos de sus parejas sonriendo junto a algo positivo, como un cachorro o la palabra "maravilloso", mientras que al grupo controlado le enseñaron fotos de sus parejas junto a algo neutro como una papa al horno.Independientemente del grupo en el que se encontraban, las parejas generalmente sintieron vibraciones más positivas hacia su pareja al final de la prueba. Pero los del grupo experimental tuvieron mejoras notablemente mayores, y estos cambios de actitud predijeron un mayor aumento en la satisfacción conyugal. No sólo eso, sino que los cambios parecían durar una vez que las sesiones habían terminado –hasta dos semanas después.A primera vista, los hallazgos parecen obvios: las cosas más buenas o las experiencias que asociamos mentalmente con nuestros seres queridos, entre más cálidos nos sentimos con ellos, mejor nos sentimos con la relación. Esa es la lógica de sonido detrás del consejo que puede obtener de un terapeuta para empezar a tomar aficiones e intereses compartidos con su pareja.Pero de acuerdo con el autor James McNulty, profesor de psicología de la Universidad de Florida, hay más que eso. "Lo interesante de este estudio", dice, "es que sugiere que casi podemos engañar a nuestras mentes para que hagamos tales asociaciones de manera artificial".Incluso las mejores relaciones pierden su resplandor después de un tiempo, y los cambios en la manera en que las personas se comportan o tratan a sus parejas puede ser una gran razón. Sin embargo, el equipo de McNulty, tiene la teoría de que podría haber algo más importante en el trabajo: argumentan que a veces, podemos pensar de manera inconsciente en nuestra pareja de una manera menos positiva, sin darnos cuenta de que lo estamos haciendo, muchas veces esto sucede debido a los problemas como el estrés laboral o el cuidado de los niños.
Si eso es cierto, las técnicas de asociación positiva como las utilizadas en el estudio podrían ayudar a reparar o fortalecer las relaciones que no están perdidas. También podría ayudar a mantener relaciones que corren mayor riesgo de deshilacharse –como las parejas de militares, que suelen estar separadas por meses.
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"El estudio es en realidad una prueba piloto de un procedimiento que nos gustaría usar para ayudar a los militares a permanecer más satisfechos mientras están separados por hacer el servicio militar", dice McNulty. (Vale la pena señalar que el estudio fue financiado por el Departamento de Defensa). La técnica también podría ser utilizada como un complemento a la relación más tradicional de asesoramiento.Sin embargo, por ahora, el estudio sigue siendo sólo una prueba de concepto. El equipo de McNulty espera obtener más fondos del Departamento de Defensa para ampliar aún más su investigación y cuantificar exactamente la eficacia de este truco mental. Mientras tanto, considéralo una buena excusa para seguir mandándole a tu amado tantos memes de perritos como puedas.
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Sin embargo, los voluntarios se dividieron en dos grupos sin que supieran. Durante la tarea, a un grupo se le mostraron fotos de sus parejas sonriendo junto a algo positivo, como un cachorro o la palabra "maravilloso", mientras que al grupo controlado le enseñaron fotos de sus parejas junto a algo neutro como una papa al horno.Independientemente del grupo en el que se encontraban, las parejas generalmente sintieron vibraciones más positivas hacia su pareja al final de la prueba. Pero los del grupo experimental tuvieron mejoras notablemente mayores, y estos cambios de actitud predijeron un mayor aumento en la satisfacción conyugal. No sólo eso, sino que los cambios parecían durar una vez que las sesiones habían terminado –hasta dos semanas después.A primera vista, los hallazgos parecen obvios: las cosas más buenas o las experiencias que asociamos mentalmente con nuestros seres queridos, entre más cálidos nos sentimos con ellos, mejor nos sentimos con la relación. Esa es la lógica de sonido detrás del consejo que puede obtener de un terapeuta para empezar a tomar aficiones e intereses compartidos con su pareja.
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