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¿Qué tan asqueroso es no limpiarse el culo después de ir al baño?

La inevitable pregunta que nos asalta cuando se acaba el papel higiénico.
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traducido por Elvira Rosales
MA
traducido por Mario Abad
Image Source/Getty Images

Artículo originalmente publicado por Tonic Estados Unidos. Leer en inglés.

Estás en ese festival que cierra calles enteras durante todo un día cada junio. El sol brilla, una banda de reggae acaba de envolver a la multitud en un ritmo suave y justo regresas del puesto de cerveza abrazando algunos vasos de plástico llenos de chela barata. Parece que nada podría salir mal en este momento. Entonces sientes un retortijón en tus intestinos.

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Esa combinación de tacos de bistec, papas a la francesa con salsa y el latte que mezclaste como almuerzo hace tres horas quiere salir. Soportas una larga espera de cuatro minutos en los cubículos de fibra de vidrio. Tan pronto se cierra la puerta de plástico, te dejas caer sentado y descargas. Disfrutas del momento, un fugaz alivio, pero entonces notas que el rollo de papel higiénico está vacío. Ay, mierda… literal.

Sin más opción, te levantas los pantalones y vas con tus amigos, sabiendo en tu avergonzado corazón que no llevaste a cabo un elemento básico del protocolo de entrenamiento para ir al baño que aprendiste a los cuatro años. Aquí está el problema que puedes —o no— enfrentar.

¿Qué tan malo es no limpiarse?

Un gramo de heces puede contener 10 millones de virus, un millón de formas bacterianas, mil quistes parásitos y un centenar de huevos con gusanos, según el Departamento de Asuntos Sociales y Económicos de las Naciones Unidas. Así que ahora estás caminando con todas esas posibles amenazas, separadas del resto del mundo por una capa de mezclilla y una más de calzones delgados.

La materia fecal en tu ropa y cuerpo puede, a veces de manera desapercibida, propagar partículas a las manos y luego a tu entorno e incluso al cuerpo, ya que la transferencia de gérmenes de mano a boca es común a través de actos simples como comer y beber.

"En términos de higiene, es absolutamente inaceptable" no limpiar, dice Aaron Glatt, presidente de medicina en South Nassau Communities Hospital y portavoz de la Sociedad de Enfermedades Infecciosas de Estados Unidos. "Encuentra algo para limpiarte", dice suplicante. "Usa agua u hojas de árboles. Haz todo lo posible".

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La situación puede empeorar según el tipo de caca en cuestión, agrega Philip M. Tierno, profesor de microbiología y patología en la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York. "Si tienes excremento suelto, puede extenderse más", dice Tierno. Naturalmente, tales heces se filtran en la ropa y rompen esa barrera fuera de tus pantalones con mayor facilidad.

El riesgo es mayor para las mujeres. Un ano sucio está posicionado peligrosamente cerca de la vagina, creando una entrada a las bacterias en la uretra, lo que lleva a una posible infección del tracto urinario. Esta es una de las razones por las que Tierno recomienda a las personas, especialmente a las mujeres, que vayan a mejores lugares, bien reabastecidos, que lleven al menos un paquete de pañuelos desechables y desinfectante a base de alcohol. En otras palabras, planifica con anticipación si vas a un festival, un área natural remota o un área de descanso en la autopista.

¿Qué transmiten las heces?

Debido a que las heces son desechos del cuerpo, todas las enfermedades infecciosas y bacterias que uno lleva se fabrican al momento de su expulsión. La E. coli, el enterococo, los parásitos diarréicos y otros gérmenes cuyos efectos van desde simples molestias hasta la muerte se propagan a través del excremento. El norovirus, la principal causa de enfermedades y brotes de alimentos contaminados en Estados Unidos, es un parásito intestinal.

Puede ser reconfortante saber que si tienes acceso a un agujero sobre el cual puedes acuclillarte y una ducha en un futuro cercano, eres —en términos globales— afortunado.

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En su libro The Big Necessity: The Unmentionable World of Human Waste and Why It Matters (2008), la periodista Rose George cita estadísticas de la ONU que indican que 2,6 millones de personas carecen de acceso a servicios de saneamiento. "No me refiero a que no tengan baño en su casa y deban usar uno público… o que tienen una letrina o una choza desvencijada que desemboca en un desagüe o pocilga sucios", escribe. George quiere decir que "cuatro de cada diez personas no tienen acceso a ninguna letrina, inodoro, balde o caja". Nada. En lugar de ello, defecan en las vías del tren y en los bosques. Lo hacen en bolsas de plástico y las arrojan en callejones estrechos".

Los problemas de salud pública asociados con la falta de desinfección y eliminación de desechos pueden ser sorprendentes. El mal saneamiento, la mala higiene y la contaminación del agua en su mayoría por fuentes fecales causan una de cada diez enfermedades en el mundo, según investigadores de la Organización Mundial de la Salud que George cita.

La popó puede plantear graves riesgos, pero en áreas con sistemas de saneamiento y alcantarillado más avanzados, nuestro sistema inmunológico está librando una batalla continua contra un aluvión de gérmenes (comparativamente) de bajo nivel propagado por partículas fecales y nuestro sistema inmunitario generalmente gana.

Así que tienes razón si te alarmas con una emergencia por papel higiénico, pero en términos de cotidianidad —en donde nuestra sociedad y cuerpos luchan contra las partículas fecales y los gérmenes que propagan— es un factor de riesgo pequeño, pero desagradable, afirma Tierno.

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¿Qué tan extendidas están las partículas fecales?

"Nosotros, como sociedad, estamos sumergidos en heces", dice Tierno. "La gente se lava las manos de forma incorrecta, aún cuando tienen acceso a un baño diseminan esas partículas a otras áreas del cuerpo".

No es difícil googlear algunos artículos donde dice que las huellas fecales son comunes en elementos como colchonetas de yoga, tazas de café, grifos de cocina. Como leí una vez en un libro viejo, todo el mundo caga. Y eso crea diferentes niveles de población bacteriana en las sociedades e individuos, mismos que a su vez tienen diferentes niveles de éxito al combatirlas.

Esto significa que unas cuantas horas caminando sin limpiarte está sólo en un nivel más incómodo que soportar la carga fecal invisible en tus manos y superficies cada día.

"Claro que causa irritación para esa persona", dice Tierno. Sin embargo, como molestia para la salud, es "pequeña", dice. Tu cuerpo ya está luchando y generalmente gana la batalla contra los gérmenes y microorganismos que acompañan la contaminación fecal habitual de un área relativamente bien desinfectada en un mundo desarrollado. Aunque un trocito colgando de tu culo sin limpiar intensifica esa lucha, lo más probable es que también puedas ganar esa pelea.

Tienes aún menos posibilidades de desarrollar E. coli o norovirus a partir de la propagación de materia fecal en un gran evento público, porque "las personas enfermas se quedan en casa", dice Tierno.

Si no te puedes limpiar porque estás en un festival de música o al equipo de mantenimiento de la playa le dio flojera trabajar, o si estás haciendo caminata y necesitas liberarte, es malo. Las heces son un importante portador de enfermedades y nuestra repulsión hacia ellas está justificada. Esta es la razón por la cual los pañuelos y el desinfectante son excelentes adiciones a cualquier bolso, cangurera, mochila o bolsillo que tengas. Pero en un mundo en el que las huellas fecales siguen circulando como el spam en las partículas ambientales, una hora más o menos sin limpiarte quizá no represente problemas. Sólo ve a casa de tu amigo más cercano o al baño algún lugar público tan pronto como puedas para una limpieza adecuada de tus regiones privadas.