Ser familiar de un niño otaku no debe ser nada fácil. Lo paran a uno a las nueve de la mañana un domingo para ir al SOFA a ver cómo mi hijita se ve disfrazada de Naruto. Luego, el trancón, los precios, la gente adulta disfrazada de Batman, las mujeres en látex rojo. Tampoco debe ser fácil atender un stand en Corferias plagado de geeks cuando uno lo odia o cuando quería verse todo Narcos el fin de semana. Mucho menos que tu novia te termine cuando habían coordinado el disfraz de League of Legends.
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Aquí un breve homenaje visual a quienes no fueron hipócritas y mostraron su cara de culo en la convención geek más grande de Colombia.