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Cultură

Al interior del primer restaurante erótico de Taiwán

Si estás buscando un sitio mañé para tu despedida de soltero tienes que ir al Funny Sex.

Apenas si se puede caminar por las calles de Taiwán sin tropezarse con algún restaurante temático: cafés en los que atienden mucamas, restaurantes que sirven comida en retretes, cafeterías inspiradas en hospitales. No entiendo cómo la gente que frecuenta estos lugares puede llevarse tanto bocado excéntrico a la boca.

Era solo cuestión de tiempo para que la tradición culinaria comenzara a combinarse con lo más carnal de esta isla relativamente liberal. Entonces abrió sus puertas Funny Sex en la ciudad de Kaohsiung, el primer restaurante dedicado a los amantes de la buena comida y de los polvos rápidos. Me aparecí por allí un día para almorzar.

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La entrada no da muchas pistas de que se trata de un restaurante, podría ser cualquier otra cosa, aunque hay que otorgarle un piropo instantáneo a esa 'Y' del logo.

Adentro la decoración no es muy recargada, me esperaba algunos penes colgando del techo, columpios sexuales en vez de sillas y meseras modelando ligeras de ropa. Justo antes de que se llenara, el lugar parecía más una acogedora boutique londinense que un restaurante inspirado en sexo.

Pero mirando de cerca se revelan algunos letreros que ni en Halloween te encontrarías en una tienda de Carolina Herrera.

Fue reconfortante saber que el único empalamiento permitido era el que le hacían al pollo rostizado en la cocina.

¿Y qué como ahora? Sea lo que sea que pidas, es casi seguro que te llegará en forma de falo o de un par de tetas gigantes.

Casi cualquier ingrediente maleable es moldeado en forma de penes y testículos…

…y pudines de chocolate para gargantas profundas…

…y un helado en plena erección, hábilmente esculpido con venas y todo. Ah, y complementado con una salsa extraña.

Pero me decidí por un plato similar al que atrapó a este hombre: cazuela de mariscos (servido en un par de tetas, por supuesto). Por la naturaleza del lugar es poco probable que vaya a recibir una estrellita de honor de la guía Michelin de restaurantes.

Esta es la subgerente, la señorita Chen, quien explica que si bien la movida en el Funny Sex es fuerte ahora, les tomó un tiempo activar el negocio. “Al principio había muchos clientes que no tenían idea de que se trataba de un restaurante”, dice Chen, “nuestro logo es un calzoncito, y mucha gente pensó que éramos un tienda de juguetes sexuales y ropa guarra”.

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Como anfitriona consumada, la señorita Chen estaba feliz de compartirle a los clientes una muñequita inflable para que se divirtieran mientras comían, un detalle de fina coquetería para un solitario como yo.

La muñeca ha sido parte de la decoración del Funny Sex desde que abrió en marzo, y probablemente ha aparecido en más fotos de Facebook que ese cartel en los paraderos de buses de Brasil que da la impresión de que Luis Suarez está a punto de darte un mordisco.

Chen aclara que el restaurante va más allá de la broma con las muñecas inflables y las comidas con formas genitales. Es algo educativo también. Este cartel, por ejemplo, nos ilustra sobre los promedios del tamaño de los penes en algunos países: el Congo está a la cabeza con 18 cm, seguido por Islandia con 16.51 cm. Según el cartel, el promedio fálico en los Estados Unidos es de 12.95 cm, en Reino Unido de 13.97 cm y en China de 10.92 cm.

Puede que todo esto no ayude a combatir los estereotipos biológicos y nacionales, pero poder recitar de memoria los tamaños de los penes con dos decimales puede significar una buena manera de romper el hielo. “Queremos hacer del sexo algo divertido”, dice Chen, “queremos mostrarles genitales a nuestros clientes de una manera divertida”.

Después de terminar mi comida era el momento perfecto para darme un paseo por el baño, que precede esta miserable muñeca encadenada.

Estaba a punto de vomitarme con tantas referencias de penes, y se completaron mis náuseas con este dispensador de jabón.

Y cuando salía me encontré una pequeña tiendita de suvenires, me sentí como un vaquero de medio pelo contratado para despedir a una soltera.

Aunque la fatiga de tanto pene se me fue apenas salí del lugar, realmente disfruté mi visita a Funny Sex. Al ser un producto más del insaciable apetito de los taiwaneses por los restaurantes temáticos, es poco probable que se convierta rápidamente en una franquicia que invada el otro lado del mundo. Así que mientras esperamos que llegue aquí, siempre tendrás el consuelo de intentar darle la forma que desees a tu arroz casero.