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Hey, Euro 2012: Poland's Football Fascists Want to Fight You in the Forest

Estos neofascistas polacos nos demuestran que los hooligans ingleses están en pañales.

Inglaterra alguna vez fue el hogar de los peores hooligans del mundo, pero los tiempos han cambiado. Mientras los ingleses con sobrepeso parecen sólo poder levantar sus vasos de cerveza en el pub, los polacos están participando en peleas brutales en el bosque o destazando a sus rivales a machetazos. Prácticamente todos los pueblos polacos tienen a su propio grupo de hoolingans, y cada mes se organizan cientos de "ustawkas", peleas preestablecidas. Todo esto, por supuesto, debió ser contemplado por los jefes de la UEFA, quienes decidieron que la Eurocopa se jugaría este verano en Polonia y Ucrania.

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Anticipando el torneo, me dirigí a Polonia para descubrir si realmente había neonazis en cada esquina. Es aterrador; los hay.

Lo primero que cualquier fanático que viaje a Polonia necesita saber, es que la cultura del futbol es completamente distinta. Por ejemplo, si traes puestos los colores equivocados en la calle equivocada, la gente no se limitará a verte feo y a hacerte señas obscenas con las manos, irán directo a los golpes. Y si eres homosexual, negro o alguien que disfruta de su playera del Che Guevara, quizá sea buena idea saltarte este país por ahora.

Antes de que empezara la Euro 2012, grupos polacos antifascistas intentaron sonar la alarma, advirtiendo que diversos grupos de hooligans altamente organizados habían caído bajo la influencia de organizaciones de extrema derecha, pero a las autoridades polacas pareció no importarles. Escuché que los grupos fascistas comenzaron a usar a los hooligans como soldados para controlar las calles, y que en algunas ciudades la situación se estaba saliendo de control, así que decidí viajar a Polonia para verlo con mis propios ojos.

Una vez en Varsovia, conocí a un organizador de fans de futbol, quien me explicó el choce de culturas que los fans podían esperar en el salvaje este. "Es mejor no mostrar tus símbolos en nuestras ciudades, ni siquiera en nuestro centros. En Polonia, las cosas son distintas que en un club inglés. En Inglaterra, ustedes no golpean a los fans del otro club sólo por sus colores, pero en Polonia eso es completamente normal".

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Los ultras polacos son la médula del futbol nacional; fanáticos que aman a su equipo y hacen grandes espectáculos en los estadios. Pero la violencia nunca está lejos. Me dijeron que el hooligan polaco promedio pasa 20 horas a la semana entrenando para las peleas en sesiones de MMA y ejercitándose, y la mayoría de las organizaciones considera que utilizar armas es un acto de "cobardía". Sin embargo, hay excepciones. "En Cracovia se mataron entre ellos con cuchillos. Hay grupos racistas, y hay algunos clubs para los que tener un jugador negro es impensable. Es una máscara, en esencia. Están diciendo: 'Somos tan agresivos, somos tan fuertes, somos tan blancos'. Es una especie de teatro".

Estadio Nacional de Varsovia En cuanto a los juegos de la Euro, los ultras polacos no tendrán que hacer mucho, ya que "hay otros grupos de fans en Europa que se estarán peleando entre ellos. Los hooligans ingleses pelearán entre ellos en el bosque, mientras otros grupos organizan puntos de encuentro bajo las estaciones del metro. Sin embargo, este no será el caso en centro de la ciudad. Dejan esa área libre para los seguidores regulares".

Aunque Polonia sufrió las autrocidades de la ocupación nazi, las cicatrices del régimen soviético no han terminado de cerrar y el sentimiento anticomunista de los neonazis resuena con los hooligans. Una generación anterior de fans de futbol jugó un papel importante en la lucha contra las autoridades durante las revueltas contra el comunismo. Las paredes del estadio de Varsovia están cubiertas con hermosos y bizarros murales que muestran el levantamiento de Varsovia en 1944, cuando la resistencia polaca se enfrentó una última vez contra los nazis, pero estas obras de arte comparten el espacio con graffitis de la supremacía de la raza blanca.

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Por otro lado, los antifa (antifascistas) polacos han luchado contra la extrema derecha en las calles, trabajando para cambiar la opinión de las personas cuando esto es posible, pero repartiendo guamazos a los cabezas rapadas cuando lo consideran necesario. Me dijeron que al menos 40 personas han muerto a manos de la extrema derecha en los últimos años, y que la gente ya no está dispuesta a soportarlo más.

Conocí a uno de los líderas de la antifa en Varsovia, quien habló para resaltar el surgimiento de una nueva generación de hooligans neonazis sin cerebro. "Esta joven generación de hooligans polacos no tiene una médula moral, no tiene pelotas, probablemente tampoco tenga respeto por ella misma", me explicó. "Gritan y hacen lo que sea que los líderes nacionalistas o fascistas les dicen que hagan. Las posturas neofascistas de algunos fans los convierten en una de las componentes más retrógradas de nuestra sociedad. Los fans de futbol pueden ser una especie de vanguardia social y todos están conscientes del potencial que hay en los estadios, en los hooligans, en los ultras; no sólo los partidos políticos de derecha. Así que tratan de convencerlos de que se unan a ellos".

El equilibrio de poder cambió de forma drástica después de que el desfile de independecia de noviembre pasado se convirtiera en un exitoso punto de encuentro para la extrema derecha. La antifa organizó barricadas para defender las calles de Varsovia, pero mientras bloqueaban las calles y se enfrentaban a la policía, los fascistas, motivados por el número de hooligans presentes, se lanzaron a la embestida; atacando a los espectadores e incendiando las camionetas de prensa. "Cuando [los de extrema derecha] invitaron a los fans de futbol a su marcha y organizaron transportes para los fans, perdieron el control de su marcha", me explicó mi contacto.

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"Los fans que asistieron a la marcha estuvieron ahí por varias razones; algunos están involucrados con grupos nacionalistas y neofascistas, algunos vinieron con sus amigos, algunos buscaban algo de emoción. Lo interesante es que después de la escalada de la violencia, algunas partes de los grupos nacionalistas y de extrema derecha no tenían idea de qué hacer, de cómo comportarse en esta situación que habían creado".

Los antifa temen que muchos miembros de la policía e incluso de los principales partidos políticos en Polonia, simpaticen con la extrema derecha. El problema más grave es que en la pequeña ciudad de Bialystok, cerca de la frontera con Bielorrusia, los hooligans han caído bajo la influencia del grupo neonazi Sangre y Honor, y la policía no ha logrado controlar la violencia.

Viajé a la desolada ciudad y le pedí a algunos locales que me llevaran al sitio de un asesinato reciente. Una vez ahí, me explicaron cómo una terrible noche de abril, una banda de matones neonazis desataron la violencia por todo el centro de la ciudad. La primera víctima fue encontrada inconsciente en la calle a las 10:30pm tras recibir una violenta paliza. Murió poco tiempo después en el hospital.

Para consolidar su reinado de terror, se cree que los neonazis de Bialystok asesinaron a uno de sus principales opositores a machetazos. Las cantinas también han sido atacadas por grupos que dicen estar "cazando a los de izquierda". Los miembros de la antifa local están extremadamente nerviosos y dicen no querer hablar por miedo a que lastimen a sus familias. Me llevaron hasta una ubicación secreta, alejada de la inseguridad de las calles en la ciudad, donde la antifa se prepara para defenderse pero también para cambiar la cultura de la ciudad.

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"Hay muchas disputas y peleas en las calles", me explicó uno de mis guías. "Los nazis usan machetes y cuchillos, a veces bastones, son los más peligrosos. Nosotros sólo cargamos con lo necesario para defendernos, pero no puedes salir a un bar solo. Te atacan, las personas han sido atacadas en el supermercado".

Por ahora, los extintores de gas pimienta ayudan a contrarrestar los cuchillos y bastones de los hooligans, pero el grupo está trabajando arduamente para promover la escena musical con la esperanza de construir una cultura joven más saludable. En un intento por proporcionar una forma de airear las frustraciones de los locales, traen a bandas de punk de todo Europa. Y no hay nada como escuchar a una banda bielorrusa hardcore cuando estás tan encabronado con los fascistas que no puedes ni hablar.

El pequeño grupo de antifas de Bialystok se niega a rendirse y huir a Varsovia, pero esperan que las cosas empeoren antes de que comiencen a mejorar. Lo cual podría implicar más muertes. Por ahora, y mientras el ojo de los medios esté en Polonia, sienten que el gobierno tendrá que hacer algo para lidiar con el problema. Sin embargo, después del 11 de noviembre, los nazis regresarán a las calles de Varsovia, y a menos que ocurra algo dramático, el ejército de hooligans será más grande que nunca.

Sigue a Brian en Twitter: @brianwhelanhack