Identidad

¿Existe la feminidad tóxica?

feminitate toxica, masculinitate toxica, sexism

“Existe la masculinidad tóxica”, escribió una usuaria de Reddit en agosto, “pero entonces, ¿qué ejemplos hay de feminidad tóxica?”. La pregunta claramente tocó una fibra sensible: más de 5.000 personas respondieron tratando de desentrañar el concepto del popular foro de preguntas y respuestas.

“Una mamá que trata a otras personas de la mierda y luego lo justifica diciendo que es una madre dominante”, respondió unx usuarix. “Humillar [a alguien] por cuestiones naturales. Creo que las mujeres son más propensas a juzgar el vello corporal, las arrugas, las canas, etc”, sugirió otrx. Alguien más comentó: “Para mí, son las mujeres que critican a otras mujeres por ser diferentes a ellas”.

Videos by VICE

El término “feminidad tóxica” se ha utilizado durante casi una década, pero ha cobrado fuerza en la era post Me-Too. En 2013, un artículo del Times lo utilizó para describir una pintura de Vivien, la astuta seductora que destruye a Merlín en un poema de Tennyson; en 2014, el New York Times lo contrastó con la “masculinidad del chico rudo” en un artículo.

Poco después, el término comenzó a evolucionar en significado a medida que la frase “masculinidad tóxica” cobró fuerza. En una publicación de Medium de 2018 titulada Toxic Femininity Holds All of Us Back, le psicólogue y autore, Devon Price, describe que en su escuela una maestra le decía a las niñas que se sentaran “como damas”, y en su adolescencia le dijeron que no querer tener hijos le hacía “poco femenine”.

“Todo era feminidad tóxica”, escribe. “Era una enfermedad cultural. No era culpa de nadie. Y todos a mi alrededor también la sufrieron… El problema nunca fue solo la masculinidad. Era, y son, los roles de género inflexibles tanto para hombres como para mujeres”.

Price le dijo a VICE: “No pretendo ser el punto de partida para el término. Creo que mucha gente que lo usa lo descubrió por su parte, igual que yo, porque se sobreentiende que si la masculinidad tóxica es una fuerza social, pues, la feminidad tóxica también debe serlo”.

“Pensé que era importante resaltar que así como la cultura nos impone muchos estándares restrictivos sobre lo que significa ser hombre o ser masculino, también lo hace con respecto a la feminidad”.

Hannah McCann, profesora de estudios culturales de la Universidad de Melbourne, escuchó el término por primera vez en un artículo de 2018 de la periodista del Sydney Morning Herald Jane Gilmore y, en 2020, publicó un artículo al respecto en la revista Psychology & Sexuality. Señala que las discusiones en línea sobre el término a menudo son “muy antifeministas” y se “usan para argumentar que las mujeres pueden ser ‘tóxicas’”.

“Este uso de la feminidad tóxica es una reacción violenta contra las discusiones feministas sobre la ‘masculinidad tóxica’”, le dijo a VICE. “Estas definiciones antifeministas promueven estereotipos negativos de la feminidad, como la idea de que las mujeres son chismosas o ‘perras’ por naturaleza, y a menudo sugieren que los hombres son ‘víctimas’ de esto”. Es posible que aquellos en el hilo de Reddit no hayan llegado a ese extremo, pero algunas de sus interpretaciones del término —sobre todo aquellas arraigadas a estereotipos de comportamiento femenino y acciones cuestionables de mujeres— tampoco están tan lejos.

Es mucho más productivo y justo observar cómo “ciertos enfoques del género son tóxicos, en lugar de algunas expresiones o rasgos individuales, porque esto nos permite ver el panorama político completo”, argumenta McCann.

“Por ejemplo, podríamos hablar de cómo las feministas radicales trans-excluyentes tienen un enfoque ‘tóxico’ de la feminidad, porque promueven: el control del cuerpo de las mujeres y un binarismo de género inflexible basado en la biología”, dice. “O podríamos considerar cómo la derecha conservadora aboga por una versión de la feminidad que es estrictamente heterosexual”.

Como hombre trans, Price dice que su propio comportamiento ha sido controlado constantemente “en nombre de defender una forma binaria particularmente restrictiva de feminidad”, y agrega: “Hoy en día, también estoy muy consciente de lo mucho que esto afecta a las mujeres viriles que conozco”.

“Incluso tener una expresión facial neutral puede hacer que una mujer masculina sea tachada de ‘enojona’, simplemente porque se niega a mantener la feminidad que nuestra cultura espera”.

Lo más importante, añadió, es que el término no debe ser percibido como “culpar a las víctimas del sexismo por su propio sufrimiento, sino de cómo tanto nuestras opiniones sobre la masculinidad como las de la feminidad son impuestas por la sociedad, no son inseguridades individuales que surgieron de la nada”.

Entonces, si quieres encontrar el término correcto para describir a tu mala jefa, evita usar la frase “feminidad tóxica” y pregúntate si estás poniendo demasiado peso en su género. Puede ser que solo sea una mala jefa y punto, en cuyo caso, ¿por qué no culpar al capitalismo?

@Iolachristina