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Noisey

Fuimos a la manifestación contra el odio de los Beastie Boys

Cientos de personas se reunieron en Brooklyn junto a Ad-Rock para pedir el fin de una ola de delitos motivados por el odio, que había recorrido todo el país a raíz de la victoria electoral de Donald Trump.

Todas las fotos de Jason Bergman.

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No podíamos imaginar nada más contrario a Adam Yauch: esvásticas y el mensaje "VAMOS TRUMP", pintados con spray enel parque de Brooklyn Heights que fue rebautizado con su nombre el pasado viernes. Además de ser de ascendencia judía, Yauch era un conocido defensor del activismo pacífico y la no violencia. Y el domingo quedó claro que el grafiti lleno de odio había tocado la fibra de mucha gente.

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"Dibujar esvásticas en un parque infantil es de no estar bien de la cabeza", dijo por megáfono otro miembro de los Beastie Boys, Ad-Rock, durante una manifestación "contra el odio", que había ayudado a organizar junto con las autoridades locales y su esposa y líder de Bikini Kill, Kathleen Hanna. "Y para muchos de nosotros tiene un significado especial, porque este parque lleva el nombre de Adam Yauch, que fue mi colega y compañero de banda durante más de treinta años".

A pesar del viento y un frío glaciar, cientos de personas se reunieron el domingo en el parque Adam Yauch de Brooklyn junto a Ad-Rock para pedir el fin de una ola de delitos motivados por el odio, que había surgido por todo el país a raíz del triunfo electoral de Donald J. Trump, haciendo mención especial a aquellos que habían ocurrido en la ciudad de Nueva York. La manifestación sirvió también para mostrar el orgullo de Brooklyn por uno de sus ciudadanos más célebres, además de expresar la pena y rabia ante los resultados de las elecciones. Algunos de los asistentes llevaban carteles con mensajes en referencia a los Beastie Boys, como "No Sleep til' No Hate in Brooklyn", mientras que otros —"No es mi presidente", "Juntos somos más fuertes" y "2018"— eran más claramente políticos; hay que tener en cuenta que este parque está situado literalmente en el centro de la campaña de Hillary Clinton, que tiene su sede a solo unas manzanas.

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"No hay lugar para el odio en nuestro jardín ni en ningún lugar de nuestro país", dijo el senador del estado de Nueva York, Daniel Squadron. "Todo aquel que crea que el actual clima político puede permitir que la opresión gane en este país está muy equivocado. La esvástica representa el genocidio y las monstruosidades que nuestra nación ha conseguido derrotar permaneciendo unida. La diversidad de Brooklyn representa los puntos fuertes de nuestro país, y nos plantaremos ante cualquiera que quiera despreciar su valor".

Dado el lugar donde tuvo lugar la manifestación, el público estaba en su mayoría compuesto por padres con sus hijos, muchos de los cuales también llevaban carteles y otros observaban con atención desde las barras trepadoras. En el momento en el que se inició el acto, los niños ya habían cubierto el mensaje de odio del grafiti con flores y tiza, y continuaron con su trabajo mientras la multitud escuchaba el discurso de Squadron, la congresista Nydia Velásquez, el concejal Brad Lander y otros. (El ayuntamiento eliminó el grafiti por completo el viernes por la noche y desde entonces ha estado investigando quién pudo cometer el delito, sin haber nombrado todavía ningún sospechoso).

Con su hijo sobre hombros, Max Flatow, de 32 años, dijo que se había acercado para "enseñar a su hijo de dos años una lección de respeto", en el parque donde también se había criado él. "Estoy aquí para mostrar mi apoyo a la comunidad", dijo, "y a todos los que están aquí". Cuando le preguntamos si le sorprende la aparición de una esvástica en este barrio ultraliberal y acomodado, Flatow dice que sí y no, aludiendo a las tensiones raciales que se vivieron en Brooklyn en los 80 y 90.

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"Vivimos todos en una burbuja", explicó. "Sabía que no todos los que vivimos aquí tenemos ideas afines aunque pensemos que así sea".

Para ciudadanos como Ben Bardim, de 26 años, la razón por la que acudió a mostrar su apoyo el domingo es muy sencilla: "Estoy aquí para asegurarme de que las esvásticas no se vean como algo normal por aquí".

Sosteniendo una pancarta de la organización Brooklyn for Peace, Tara Currie, que lleva 32 años viviendo en Brooklyn, también expresó su preocupación ante lo que ella ve como una normalización de la violencia desde las elecciones. Mencionó un incidente que ocurrió el pasado sábado, en el cercano barrio de Boerum Hill, donde según se informó un defensor de Trump había golpeado a una mujer tras haber empezado una discusión.

"El tren llega a todas partes, así que está claro que va a detenerse aquí", dijo, expresándose en los mismos términos que Flatow. "Pero ese tipo de comportamiento no va a hacer más que empeorar en los próximos cuatro años".

En cuanto a las esvásticas dibujadas en el parque de Adam Yauch, dijo: "No son más que un inicio temprano".

Traducido por Rosa Gregori.