La lucha por salvar al basquetbol brasileño femenil de sí mismo

Si a alguien en las altas esferas le hubiera importado lo suficiente el basquetbol femenil en Brasil, la prueba olímpica del fin de semana pasado habría sido una vergüenza.

Aunque la selección brasileña aseguró dos victorias de tres en el calentamiento previo a Río 2016, los resultados en la duela enmascararon una debacle que está desestabilizando este deporte y amenazando su futuro. A tan sólo siete meses del silbatazo para los Olímpicos en Río de Janeiro, la Confederación Brasileña de Baloncesto (CBB) y la Liga Femenil de Baloncesto (LBF) no se han puesto de acuerdo sobre el manejo y dirección del deporte femenil, y el futuro del basquetbol en Brasil está en duda.

Esta relación deteriorada entre la CBB y la LBF ocasionó que siete jugadoras rechazaran sus convocatorias para el partido de prueba, obligando al entrenador nacional Antonio Carlos Barbosa a apoyarse en jugadoras no pertenecientes a la liga y novatas para llenar el plantel. Entre ellas se encontraba Lays da Silva, de 17 años, y Julia Carvalho, quien juega en el campeonato estatal de São Paulo.

"Los intereses individuales prevalecieron sobre el colectivo", dijo Barbosa, de 70 años, para VICE Sports la semana pasada después de nombrar a sus últimas dos jugadoras. "Habría sido una gran oportunidad para probar al equipo completo. Pero desafortunadamente, esa fue la postura no de la CBB, sino de los clubes, y el daño fue para el baloncesto brasileño." Con sólo seis equipos de élite en un país donde el basquetbol femenil se ha estancado, el deporte no puede darse el lujo de esta disputa. Aún así, lo están haciendo.

En el prolongado toma y daca, la CBB publicó en línea las cartas de disculpa de cada una de las basquetbolistas que se retiraron. Las jugadoras citaron "razones personales fuera de su control", pero se sospecha que hubo presión de los clubes después de que la LBF demostrara su descontento con los planes olímpicos de la CBB. La CBB anunció este martes que había iniciado una investigación con el Tribunal Superior de Justicia Deportiva de Brasil (STDJ) por el boicot del equipo femenil, calificándolo de una "acción orquestada" y exigiendo una investigación. Esa misma noche, la única jugadora de la LBF que terminó el boicot, la estrella centro Clarissa dos Santos, fue liberada por si equipo Corinthians/Americana; el presidente del equipo dijo a los medios locales que ella había abandonado a su equipo, y había sido despedida por violar su contrato. En resumen, la situación no se mejora.

Valter Ferreira, director de América de Recife, club de la LBF en el noreste de Brasil de donde las tres jugadoras se eximieron de la escuadra nacional, dijo que el evento de prueba había chocado con el campeonato oficial de la liga. "Hablamos con nuestras jugadoras y les mostramos que estábamos disputando una competición oficial, la LBF, y que la prueba ni siquiera era un evento oficial", declaró Ferreira. "Y además, no tuvimos contacto para reconsiderar las fechas y por eso el evento se quedó en pausa. Las jugadoras estuvieron de acuerdo, y cada una mandó sus cartas a la CBB para continuar representando a los clubes que les pagan y las mantienen todo el año."

Ferreira dijo que hubo escasez de comunicación entre la federación y la liga, lo que habría dejado el desarrollo del basquetbol femenil en la cuerda. "En el lanzamiento de la LBF, no hubo un solo representante de la CBB", añadió. "Prácticamente, la CBB ve nada de lo que hacemos con el basquetbol femenil. Nosotros hacemos una cosa, y la CBB hace otra, pero nadie se sienta para hablar. La mejora del equipo nacional no es una cuestión de los clubes, es de la federación."

Ambas organizaciones están inclinadas a no ayudarse mutuamente, y están estancadas. Se informa que una propuesta de la LBF sobre la selección nacional fue rechazada por la CBB, y la LBF estuvo ausente en la presentación de la CBB para sus planes de Río 2016 a principios de diciembre. "Es desafortunado que los clubes no asistieran a las pláticas y defendemos lo que ha sido acordado sobre nuestra falta de planeación y negligencia del basquetbol femenil", dijo el presidente de la CBB, Carlos Nunes. "Nuestra planeación para los Olímpicos es latente y muy bien hecha. Nuestro enfoque está en las Olimpiadas."

La frustración de la LBF tiene su origen en el declive del basquetbol femenil en Brasil desde hace dos décadas. La selección femenil brasileña fue campeona del mundo en 1994, pero apenas el año pasado cayó al lugar 17 en la clasificación de la FIBA. En las últimas Olimpiadas en Londres, Brasil quedó en noveno.

Los críticos han señalado la falta de inversión, el desarrollo de talento, y la organización dentro del deporte. La semana pasada, hubo reportes de que la auditoria superior de la federación descubrió deudas de la CBB por 3.2 millones de dólares, y hasta 37 irregularidades por gastos. De acuerdo al periódico d, los auditores atribuyeron el déficit a los gastos de viajes inflados, incluyendo los viajes de la esposa del presidente de la CBB.

"La CBB es la peor federación deportiva en términos de finanzas", declaró Fabio Balassiano, experto en baloncesto que dirige el blog brasileño Bala na Cesta. "La confederación funge como si fuera el segundo o tercer actor involucrado y no es el caso. Brasil nunca ha tenido una buena confederación, sólo buenos jugadores. Tenemos seis equipos en la liga con 10 atletas cada uno. Sólo hay 60 mujeres jugando. Es ridículo."

Balassiano calificó el juego de prueba del fin de semana pasado como algo "sin sentido" para el equipo nacional y criticó la falta de promoción entre el público. "El equipo que juegue en los Olímpicos no será este", añadió. "No ganarán una medalla con estas chicas. Hay una de 17 años, y no podrá estar en el equipo nacional en tres años. Ni siquiera es divertido para ella. No es justo." Balassiano también dijo que si las jugadores quieren más respeto por parte de la CBB, entonces tendrán que exigirlo ellas mismas.

Entre las jugadoras que enfrentaron a Venezuela el primer día del evento de prueba hubo una que desafió el consenso de la LBF para representar a Brasil. Clarissa dos Santos, quien fue dada de baja por su equipo después de terminar con el boicot, es oriunda de Río de Janeiro y se espera que participe durante los Olímpicos en su ciudad natal. Dos de las compañeras de dos Santos, Gilmara Justino y Joice Rodrigues, fueron dos de las siete jugadoras que se salieron del evento. Durante los partidos del fin de semana, la amigable dos Santos lideró el ataque junto con la veterana Erika de Souzza, de 33 años, para evitarle a Brasil una vergüenza. Apalearon a Venezuela 112-41.

Santos no quiso entrar a la disputa entre la CBB y los clubes, pero declaró: "Creo que lo más importante aquí es el basquetbol brasileño. Estamos tratando de armar un equipo fuerte en Brasil, sin importar si es varonil o femenil. No estoy para juzgar o comparar. Soy una atleta, tengo que estar lista para jugar y hacer un buen trabajo dentro de la duela. Fuera de ella, hay mucho que resolver. Así que sólo me enfoco en eso."

El apoyo de Brasil sobre Santos y Souza fue evidente en el torneo de cuatro equipos que incluyó a Australia, Argentina y Venezuela. Souza, quien acaba de dejar al club turco Adana Aski, fue convocada después de unirse a la escuadra Chicago Sky de la WNBA. "Todos saben que soy patriota y que amo al equipo nacional", dijo Souza. "Cuando sea y como sea estaré en la escuadra nacional, siempre daré lo mejor de mí."

Los comentaristas brasileños han señalado que el equipo femenil no podrá crecer al sólo jugar amistosos en contra de vecinos menor clasificados. Y aunque Brasil pasó por encima de Venezuela en el reciente torneo, apenas pudo ganarle a Argentina, y perdió la final contra Australia. Al equipo de Barbosa le llovieron críticas en la final por ser incapaz de romper la aguerrida defensa de Australia.

Las "Aussies" llevaron a varias de sus jugadoras estrella, mientras que la mayoría de las de Brasil se habían quedado fuera, lo que se tradujo en los marcadores. Brasil echó mano de Souza, Santos, e Iziane Marques, quien juega para Sampaio Basquete, el único equipo de la LBF que prestó a sus jugadoras para el combinado nacional a lo largo del torneo.

Después del primer partido, Marques insinuó que se necesitan mejores instalaciones e mayor inversión en el basquetbol femenil. "Nos hace falta un centro de alto rendimiento", dijo en la arena Carioca 1, la cual formará parte del Olympic Training Center después de los Juegos de Río 2016. "Les exigen mucho a los atletas pero no nos dan las instalaciones adecuadas. Este centro de entrenamiento es un paso más para poder competir con los mejores del mundo." La adolescente Lays da Silva, que juega para São Bernardo en el campeonato de São Paulo y fue convocada por primera vez a la selección nacional, declaró algo similar en cuanto a la inversión y las reformas.

Por lo mientras, la CBB armará al equipo nacional para los preparativos olímpicos en mayo, cuando la competición de la LBF haya terminado y una buena cantidad de jugadoras estén disponibles. Para ese entonces, Brasil tendrá que trabajar para conformar una verdadera escuadra nacional. El coach Barbosa dijo que tres meses son suficientes para entrenar para los Olímpicos, y que el equipo tiene la oportunidad de ganar una medalla, algo que no han logrado desde el 2000 en Sídney.

"No podemos entrar a la competición si no pensamos en ganar una medalla porque si no entremos con esto en mente, entonces nos debilitamos. Tenemos que pensar en esto todo el tiempo", expresó. "En los últimos años, hemos tenido rankings negativos. Tuvimos rankings muy alejados de la tradición brasileña de basquetbol, la cual siempre estaba entre los primeros cuatro del mundo. Mi mayor objetivo es rescatar al basquetbol brasileño."