Una colección ilustrada de portadas de libros para niños nos revela los problemas de los adultos contemporáneos. Con ayuda de un cúter, pegamento y cinta adhesiva, el ilustrador y escritor Arthur C. Gackley creó lo que ahora se conoce como Bad Little Children’s Books (Libros para niños pequeños malos), que se publicará este mes vía Abrams Image. Gackley aplicó su propio estilo de comedia oscura subversiva a lo que hasta entonces no eran más que historias inocentes para niños, creando no solo nuevas portadas sino también historias completas para títulos como Can You Still Breathe, Grandma? (Todavía respiras, abuela) o Time To Feed The Piranha (Es hora de dar de comer a la piraña).
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Sin embargo, ninguna de estas historias llegó a ver la luz. En un pasaje de introducción a Bad Little Children’s Books, los editores citan un fragmento del diario de Gackley escrito en 1964: “Esos editores elitistas y engreídos de Nueva York no se contentan con juzgar mis portadas, sino que quedaron tan escandalizados que no pasan ni a la segunda página”.
Unos 37 años después, el albacea del patrimonio de Gackley, Schlomo J. Flaffstein, ha conseguido publicar 120 de las descaradas portadas de Gackley. Con títulos como The Botched Facelift (El lifting chapucero) y Peeping Tommy Goes Cougar Hunting (Observando cómo Tommy asalta cunas), Gackley considera con ironía la naturaleza infantil aplicada al mundo de los adultos. Los editores escriben: “En nuestra sociedad estas portadas provocan náuseas o incómodos resoplidos de incredulidad haciendo que el lector piense: “¡Qué coño!”. Aquí abajo tienes algunos ejemplos de las portadas para que juzgues por ti mismo:
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