Cenar en la oscuridad total podría salvar tu relación

La mitad de un je ne sais quoi parecido a un alga viscosa cae al suelo. Una cuarta parte del brebaje entra en mi boca. Lo que queda termina en mi blusa.

Mi novio Raphael está tratando de darme de comer en una cena en pareja que tuvo lugar en la oscuridad total. Si hubiera habido luz, el derrame habría sido poco romántico, pero la habitación está totalmente oscura. Estamos en el sótano de una tienda de ropa de alpaca en San Francisco. Nadie me puede ver y yo soy incapaz de ver a las otras cinco parejas a mi alrededor, que se alimentan entre sí con el mismo platillo misterioso.

Rosh Rocheleau, el creador de "A Momentary Blind Cafe: A Relationship-Deepening Dinner in the Dark Experience for Couples" nos da instrucciones durante toda la noche, cambiando el tono entre las directivas inspiracionales y las sarcásticas. "No se preocupen, les diré cuándo volverse a poner su ropa", dice Rocheleau, inexpresivo, antes de añadir: "¿Saben?, cuando nos enamoramos nos arriesgamos, pero lo aceptamos". Por "arriesgarse" supongo que se refiere a todos los problemas que acompañan a una relación. Más tarde, revela que la nueva mancha grasienta con forma de lunar sobre mi camisa es de hecho una mezcla de piña, alioli, col roja, y papel de arroz.

Para llegar a la cena bajamos unas escaleras en grupos de cuatro con las manos en los hombros del de adelante. Rocheleau nos sienta en lo que llama "nido de amor", que es un rincón con un par de almohadas, un frasco de vino y una cesta llena de bocadillos secretos. "El espacio está diseñado para provocar la sensación de estar en una sala acogedora con un refrigerador bien surtido", explica la doctora Michelle Wang, especialista en terapias de pareja y co-directora de la cena.

Es difícil darse cuenta de qué tan lejos o tan cerca está la otra pareja. Sin luz, mi sentido de la distancia y el espacio se deteriora, pero mi apetito y el sentido del olfato se agudiza. Estoy prácticamente babeando mientras inspecciono el primer tiempo de la cena: un buñuelo con olor a tempura. El aceite cubre todo el plato y me pregunto si podrían ser cerebros de ovejas.

"¡Coman sus piñas!", dice Rocheleau, quien más tarde revela que la piña es una bola de mac & cheese frita con costra de trufa, queso parmesano añejo y panko mezclado con hierbas, elaborado por el chef Jamie Harrington. En lugar de morder la croqueta moderadamente, lo devoro, aprovechando al máximo el hecho de que nadie está mirando.

El propósito de la cena de pareja en la oscuridad es obligarlos a romper los hábitos desgastados y encontrar nuevas formas de conectar y confiar. Dice Rocheleau que "cuando ya no tenemos nuestra vista, nos damos cuenta de que tenemos que usar nuestros otro sentidos. No usar la vista elimina muchos de nuestros prejuicios y nos hace estar más atentos. Cuando nos metemos en la oscuridad no sabemos cómo comunicarnos porque no tenemos la comunicación visual del lenguaje corporal. Tenemos que escuchar más. Eso es bueno para una pareja".

Mi novio y yo estamos luchando por adaptarnos a una nueva ciudad y encontrar un equilibrio entre las vidas independientes, después de año y medio de estar juntos. Esta cena debe ayudarnos a estar mejor entre nosotros, aunque se siente como estar en una cita quíntuple.

Despojada de mi capacidad de ver, me salgo del modo piloto automático y me enfoco en la voz de Raphael, escuchando su cadencia e inflexiones. Pero con poca privacidad no somos capaces de hablar sobre temas sustanciales de la relación, y pasamos la noche bromeando, adivinando la comida y planeando nuestro próximo viaje de fin de semana.

Esta es la mayor cantidad de tiempo que he pasado despierta en un cuarto completamente oscuro. No hay distracciones que nos impidan desviar la atención de nuestras parejas, los monederos, los teléfonos celulares y los relojes se quedaron en la entrada. Y solo se nos permiten tres cocteles por persona, pues no está permitido la embriaguez en esta cena. No falta quien se ponga ansioso y claustrofóbico. "Respira profundo y toma la mano de tu pareja. No pasa nada, no es un lugar embrujado", dice Rocheleau.

Cuando no estamos comiendo, la Dra. Wang plantea cuestiones relacionadas con los alimentos, la psicología y las relaciones: "¿Cómo crees que se ve la comida? Como si fueras un niño, intenta averiguar qué es". Raphael adivina primero: "Es accra, ¿no?" (Accra, un aperitivo de África, es una bola frita de mariscos o de carne de res). Mi mejor conjetura es que el platillo misterio es falafel.

Conforme avanza la noche, la Dra. Wang nos lleva en una conversación más seria: "¿Qué preguntas acerca de relaciones tienen para las otras parejas?" Al principio, la sala está en silencio. La mayoría de las parejas están a mediados y finales de sus treinta años y son profesionales que trabajan, sin niños. Pero hay una pareja a finales de sus sesenta años, y la conversación se desplaza inmediatamente hacia ellos en busca de respuestas. "¿Qué ha cambiado en los 40 años que llevan juntos?", pregunta una pareja joven a la pareja mayor. "Hemos cambiado en el nivel individual. Nos encontramos con situaciones nuevas en las diferentes fases de nuestra vida, pero algunas cosas no cambian como pareja", responde el marido. "Hay consuelo en saber que has pasado por problemas en el pasado. Si mantienes una mente abierta, a veces sigues recibiendo sorpresas. Me recuerda que seguiremos evolucionando", secunda la esposa.

La cena en pareja en la oscuridad evolucionó de las cafeterías para ciegos, donde los meseros ciegos le sirven comida en la oscuridad a los clientes. Rocheleau se encontró con una cafetería para ciegos en Islandia y decidió importar la idea a los Estados Unidos. Desde que abrió el lugar sin fines de lucro en 2010, ha servido a 11 mil clientes en todo el país. Inicialmente su objetivo era aumentar la conciencia acerca de la comunidad ciega y llamar la atención sobre los problemas sociales relacionados con la ceguera y la discapacidad, pero recientemente amplió el programa en una nueva dirección. La cena de esta noche es un programa piloto, inspirado por una mujer que dijo que el tiempo que pasó en la oscuridad con su marido en una cafetería para ciegos salvó su matrimonio. "Se sentía vulnerable, segura, y se volvió hacia su compañero con energía debido a que cenar en la oscuridad puede dar bastante miedo", recuerda Rocheleau.

La meta de Rocheleau y de la Dra. Wang para la noche es promover el crecimiento emocional. En el futuro espera poder utilizar también la oscuridad para mantener conversaciones sobre el sexo, el género y la raza, y llevar a cabo terapia sexual y albergar conciertos. Pero la cena en pareja se perfuma con privilegio. La comunidad de ciegos es un grupo muy marginado, constantemente intentando superar la falta de infraestructura y apoyo de la sociedad. Por ejemplo, en San Francisco, los mapas en braille en los lugares públicos son una herramienta esencial para moverse libremente y de forma independiente, pero apenas existen. Aunque las cafeterías para ciegos emplean normalmente a miembros de la comunidad de ciegos, esta noche no hay representantes ciegos para compartir su perspectiva. Los asistentes al evento pagan para involucrarse en su batalla por tan solo 120 minutos, mientras comen entremeses gourmet y beben bebidas alcohólicas por unos geniales $150 dólares.

Rocheleau nos advierte que los primeros 15 minutos son los más espantosos. Una de mis principales preocupaciones es no poder tomar notas adecuadas en la oscuridad y me preocupa que mi grabadora falle. (Rocheleau insistió anteriormente en que la envolviera en una capa gruesa de tejido antes de ponerla en el bolsillo de mi abrigo para ocultar la pequeña luz roja). Si no hubiera tomado tres pre-entrevistas antes del evento, podría haber reconsiderado el tambalearme en un habitación oscura con desconocidos que me prometen vino y queso caros.

La posibilidad de tener que hacer frente a mis problemas de relación es más intimidante que la presentación de mi informe, pero el evento de la cena ni siquiera trata eso. Sin embargo, sí me entregan la mejor pasta con albóndigas y pesto de albahaca que he probado jamás.

La Dra. Wang me pide que me abstenga de etiquetar el evento como "terapia de pareja" debido al estigma negativo asociado con el término. "Son ejercicios experienciales terapéuticos", dice la Dra. Wang. "¿Quieres buena comida y vino? ¿Quieres una experiencia muy cool de cenar en la oscuridad? Eso es más accesible. Esto no es realmente para las parejas que están en estado de crisis, o al borde de la destrucción, es para las parejas que tienen problemas leves o que no tienen problemas, pero simplemente quieren fortalecer y profundizar su relación". Antes de que comenzara la noche, las parejas también recibieron este mensaje en un contrato que decía en letras negritas y subrayadas: "Este evento no es psicoterapia".

Después de sentarse en la oscuridad durante casi dos horas, Rocheleau enciende dos velas. Alcanzo a ver el segundo egg roll de col que Raphael no se comió. Parece un Twinkie de naranja. Antes de esta noche, mi experiencia de intentar funcionar en la oscuridad se limita a un par de minutos en los que se fue la luz, esos momentos de pánico antes de encontrar una vela, o, en la actualidad, un smart phone. Ya con un mínimo de luz, estoy distraída por las expresiones de los que me rodean y la decoración de la sala, que es trivial, pero de alguna manera la siento personalmente significativa. "¿Qué se siente volver a la luz?", pregunta Rocheleau.

"Quiero volver a comer y hablar en la oscuridad", respondo. Solo por unos minutos más.