La emblemática moto italiana Vespa guarda un lugar importante en los corazones de los motociclistas indonesios. Sin embargo, pocos llevan su obsesión al nivel de los Vespa gembel —o vagabundos con Vespa— de ese país. Para los punks, rastas y metaleros del pueblo de Desa Tukadaya, en Bali oriental, las Vespas son simplemente un punto de partida para la creatividad desenfrenada.
Sus Vespas Piaggio son la versión motorizada del monstruo de Frankenstein: la fiel muestra de la inocencia de los kampung y la personalización al más puro estilo DIY. Viajan por el país, reuniéndose en encuentros para Vespas y recolectando piezas para modificar sus motos hasta volverlas irreconocibles, convirtiéndolas en máquinas con calaveras, 20 llantas y plataformas de madera a modo de asiento.
Las Vespas usadas más económicas pueden llegar a costar 700.000 rupias indonesias (alrededor de 49 euros), y las piezas de repuesto se consiguen fácilmente. Esto significa que cualquier persona con una mente creativa y conocimientos básicos de bricolaje podría convertir una moto oxidada de los setenta en una pieza completamente única. Se puede formar parte de la comunidad Vespa siempre y cuando tu creación tenga un motor de fábrica Piaggio de dos tiempos y 98 cc. Los bastidores se construyen con acero y bambú; las motos son despojadas de prácticamente todo y luego se adornan con huesos animales, basura, y repuestos de motos.
S. Gamboa y Orly Even, de VICE Indonesia, se unieron a un encuentro de motociclistas en las selvas de Bali oriental.