Ronda Rousey o cómo volver a ganar cuando descubres que no eres invencible
Foto de Brandon Magnus, Zuffa LLC

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Ronda Rousey o cómo volver a ganar cuando descubres que no eres invencible

¿Hasta qué punto te puede afectar una derrota cuando te crees invencible? Hablamos con el Dr. Jim Afremow, psicólogo deportivo, para analizar cómo Ronda Rousey debe levantarse de su tropiezo.

¿Qué haces cuando te crees invencible, porque así te lo asegura todo el mundo, y te das cuenta de que en realidad no es así? ¿Cómo manejas el gozo ajeno, el descubrir que todos aquellos que te alababan hasta la saciedad ahora te atacan sistemáticamente con sus armas de 140 caracteres? Y después de haber vivido tu peor día en la oficina, ¿cómo reconstruyes tu confianza para comenzar de nuevo?

Poco después de la derrota de la teóricamente invencible Ronda Rousey a manos de Holly Holm, las dudas de la primera sobre su capacidad para recuperar el trono en el UFC están más vivas que nunca. ¿Podrá Ronda volver a tocar el cielo?

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Más lucha: Cómo Holly Holm machacó a la 'reina' Ronda Rousey

Buscando respuestas, VICE Sports habló con el Dr. Jim Afremow, un psicólogo deportivo autor de La Mente del Campeón: Cómo Piensan, Entrenan y Prosperan los Grandes Atletas. SegúnAfremow, que también es un preparador psicológico para atletas de alto rendimiento, el camino para el resurgimiento de Rousey empieza claramente en la cabeza de la excampeona.

VICE Sports: Durante los últimos años de Ronda en las MMA, mantenerse invicta era crucial para su narrativa. Cuando esa es una gran parte de tu identidad como atleta, ¿cómo das sentido y explicas esa primera derrota?

Jim Afremov: El éxito es una espada de doble filo. Cuando lo tenemos, las demandas que nos impone se vuelven incesantes: como mejor lo hagas, mejor tendrás que hacerlo… o de lo contrario será una decepción. Eso puede ser abrumador.

He trabajado con muchos atletas que me confiesan cosas como: "no quiero ser el número uno. No quiero ser como Tiger Woods. No quiero ser como Ronda Rousey. Quiero tener una vida normal". Es contradictorio, pero a veces cuando los luchadores pierden y termina su racha de victorias, en el subconsciente hay un poco de alivio.

Ronda Rousey frente a Alexis Davis en el evento UFC 175. Foto de Stephen R. Sylvanie, USA TODAY Sports.

Me sentí casi de esa manera con Fedor Emelianenko: ganó y ganó durante una década, y cuando finalmente le vencieron, pareció aligerarse. Fue un poco como "Vale, ahora ya no tengo todas esas expectativas, presión y demandas encima de mí". En realidad puede ser un alivio y una manera de empezar de nuevo.

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En este punto se encuentra Ronda ahora: de alguna manera se siente como si le hubieran quitado todo el brillo, pero tiene la oportunidad de escribir la historia de regreso más grande en la historia de los deportes de combate, reclamar su cinturón, hacer otra carrera histórica, y quién sabe, tal vez transformarse también como persona.

A veces una derrota puede ser una catástrofe personal, pero experimentar una derrota también puede desmitificar la falsa idea de que forzosamente deba ser una catástrofe personal. ¿Qué es lo que marca la diferencia?

No hay subidas más altas o caídas mas bajas que en los deportes de combate o las MMA, principalmente porque los combates se celebran una vez cada muchos meses y posteriormente hay mucho tiempo para pensar. No es como los deportes de equipo, donde tras una derrota ya llega otro partido sin tiempo para más.

Cuando se celebra un gran combate, para el luchar es casi como lo que llaman 'la melancolía del Ironman' en el mundo de los triatlones: incluso cuando haces tu mejor esfuerzo, te sientes deprimido después, porque tenías toda la vida organizada alrededor de un evento concreto. Tras vivirlo, experimentamos un bajón natural incluso cuando ganamos. Es doble cuando perdemos.

Ronda Rousey enfrentándose a Miesha Tate en el evento 168 del UFC. Foto de Jayne Kamin-Oncea, USA TODAY Sports.

La mayoría de los atletas, al final de una temporada difícil o una derrota dura como la que tuvo Ronda, pasan por un proceso natural que podríamos llamar de 'duelo'. Es una muerte psicológica, la muerte de una meta y un sueño. Hay negación o conmoción, puede haber un poco de negociación, y definitivamente hay ira.

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En el caso de Rousey, la luchadora aceptó el combate con poco tiempo para prepararlo, así que probablemente esté pensando algo como: "¿Por qué decidí luchar tan pronto cuando pude haber necesitado más tiempo?". También es probable que haya depresión: "Nunca podré deshacer lo que pasó y nunca podré terminar mi carrera invicta".

Con el tiempo, eso lleva a la aceptación. Sencillamente, debes aceptar lo que pasó y hacer un esfuerzo para sacar lo mejor y seguir avanzando. Es una encrucijada: o vas a apuntar el dedo y no aprender las lecciones que hay por aprender, desistir de ti mismo y ser auto-destructivo, o encontrarás la manera de convertirlo en algo útil para tu crecimiento.

Sé que es un tópico, pero todo lo que nos pasa en la vida no es necesariamente bueno o malo: algo que consideramos buenísimo en su momento puede terminar siendo perjudicial y viceversa. Si me permites el símil, es como el fuego: puedes usarlo para calentar alimentos o para quemar una casa. Depende del uso que hagas de él.

Ronda tuvo bastantes dramas alrededor antes de esta pelea: su entrenador se declaró en bancarrota, su madre dijo que quería arrollarlo con su automóvil, y Rousey tenía obligaciones alejadas del deporte que llegaron debido a su celebridad. Si fueras ella, ¿cómo podrías averiguar hasta qué punto esas circunstancias externas a la jaula jugaron un papel en la derrota?

Excelente pregunta. Si yo fuera Rousey, podría hablar con mi madre y ella me diría: "Es culpa de tu entrenador y necesitas deshacerte de ese tipo". Podría hablar con el entrenador en cuestión y él me diría: "Mira, fallaste aquí, aquí y aquí". El problema cuando te vuelves demasiado bueno en algo es que siempre habrá personas que querrán compartir sus opiniones.

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Yo soy parcial en este caso, está claro, pero mi consejo sería buscar un buen psicólogo deportivo, alguien neutral capaz de abstraerse y ver el caso desde fuera. No necesariamente te dará respuestas, pero te ayudará a encontrarlas por ti mismo.

Ronda Rousey y Bethe Correia en un combate del UFC en Río de Janeiro, Brasil. Foto de Ricardo Moraes, Reuters.

Otra idea sería acercarse a personas que han tenido circunstancias parecidas a las de ella. Por poner un ejemplo, los golfistas jóvenes podrían buscar a Jack Nicklaus y preguntarle, "¿cómo gestionaste la derrota en el US Open? ¿Cómo manejaste la negatividad de los medios?". Kobe Bryant se acercó a personajes como Michael Jordan; Rory McIlloy habló con gente como Arnold Palmer. Creo que eso es muy importante. Hay pocas personas que van a entender por lo que estás pasando y es importante que sean ellas mismas quienes te cuenten cómo superarlo.

Nunca habíamos visto a personajes como Donald Trump o Lady Gaga expresando abiertamente su satisfacción por ver perder a un luchador de MMA… y eso solo es la punta del iceberg de las burlas que está recibiendo Rona en Internet. ¿Cómo gestionas una cantidad de críticas tan brutal?

A Fritz Perls, un famoso psiquiatra de la Gestalt de los años 60, una vez le preguntaron sobre recibir críticas y comentarios de la gente. Perls dijo lo siguiente: "Si una o dos personas te llaman elefante, no lo tengas en cuenta. Pero si un montón de personas te llaman elefante, entonces tal vez necesitas comprarte una bolsa de cacahuates".

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Parte de la tarea de Ronda como persona y profesional es pensar lo siguiente: "Ahora me critican, pero… ¿qué son las críticas que estoy recibiendo? Si es porque no mostré deportividad, tal vez necesite admitirlo y probablemente necesite cambiarlo". Sin embargo, si la crítica es puramente destructiva, no vale la pena tenerla en cuenta.

Tenemos, pues, un lado personal y una lado social. ¿Se creía la propia Ronda que era más grande que la vida misma y mejor que todos? Si ese es el caso, entonces Ronda debe aprovechar esta oportunidad para reconsiderar su posición. Debe continuar sintiéndose mejor que nadie en la jaula, porque eso es perfecto para competir, pero fuera del octágono quizás deba bajar de los cielos y volver a la Tierra.

Ronda Rousey manda al suelo a Alexis Davis en el UFC 175. Foto de Stephen R. Sylvanie, USA TODAY Sports.

La deportividad es una cualidad de la que creo que Rousey anda escasa. Debe aprender a pelear, acabar el combate, darle la mano al rival y salir del ring como amigos. Este es el apartado donde Ronda recibió más críticas, y probablemente muchas tuvieran razón. La extravagancia puede dar recompensas en los deportes, pero si no ganas, la fama y el dinero se terminarán muy pronto. Si hubiera ganado, tendría barra libre para seguir pavoneándose: ahora tiene la oportunidad de reconducirse.

Por otro lado, en lo referente estrictamente al combate, podemos criticar su estrategia, pero no sabemos qué pasaba por su cabeza. Tal vez tenía un plan diferente, un plan ganador, pero se salió del mismo para volver a sus antiguos hábitos de forma inconsciente. El reto de avanzar es que los grandes campeones no piensan demasiado en el resultado: se centran en el momento, sin más. No obstante, una vez has perdido es normal que pierdas un poco el paso en ese sentido.

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Lo fascinante del caso de Ronda es ver qué hará a partir de ahora a nivel técnico: ¿peleará con la misma audacia de antes? ¿Cambiará su forma de luchar? ¿Logrará salir reforzada? Descubrirlo será maravilloso desde el punto de vista del análisis deportivo y psicológico.

Tenemos curiosidad por saber qué te pareció Holly Holm: entró en el UFC con grandes expectativas, pero su primer combate terminó con una victoria bastante tibia. La propia Holly admitió que los nervios la habían superado. En cambio, frente a Rousey todo fue distinto: llegó como no-favorita y se llevó la victoria con claridad.

Holm mencionó la visualización: es una habilidad mental que todos tenemos, pero no la usamos en todo su efecto. Habló sobre visualizarse noqueando a Rousey con una patada en la cabeza. Es increíble la cantidad de veces que he trabajado con atletas de élite que no son capaces de alcanzar su mejor nivel: entonces les pregunto, "¿Te visualizaste ganando antes de empezar?", y me contestan que no. Eso evidentemente es terrible. Imaginaos a un nadador que va primero en los Juegos Olímpicos cuando nunca lo había imaginado: se asustará, por supuesto, porque jamás se había planteado cómo reaccionar ante esa situación.

Ronda Rousey celebra su victoria frente a Alexis Davis. Foto de Stephen R. Sylvanie, USA TODAY Sports.

El reto de Holly era en realidad pelear contra una leyenda más que contra una persona. Todo el mundo creía que Ronda era invencible, pero ella entendió algo vital: nunca debes poner a tu oponente en un pedestal. Respeta sus cualidades, pero respeta las tuyas más aún. En estos casos es fácil caer en profecías autorrealizadas en las que creemos que el rival es invencible y perdemos antes de comenzar.

Creo que Holly hizo un buen trabajo al lidiar con el tamaño del pabellón, el alboroto y todo lo demás antes de la pelea. Cuando Ronda se adelantaba hacia ella y no le funcionaba, casi se podía ver a Holly volviéndose más grande. Está claro que las cosas podrían haber sido distintas: si Ronda hubiese conectado un par de golpes o la hubiese llevado al suelo, todos estaríamos diciendo que es invencible. Pero lo que somos realmente capaces de hacer es mucho mayor de lo que nos creemos, y en eso Holm estuvo perfecta.

¿Qué viene ahora para Rousey, pues?

En nuestra sociedad, somos muy buenos a la hora de elevar personas y despuésdestruirlas. Ronda protagonizó una carrera histórica que nunca nadie podrá quitarle. Ha hecho cosas que casi nadie ha logrado en los deportes —y en la vida en general—; a nivel económico seguramente no tendrá problemas nunca más, y detrás ya ha dejado una gran historia. Para seguir en lo alto, Rousey necesita mantener esta perspectiva.

Ronda, además, es una campeona. A todos les gustan las historias de regreso: este es el relato que Rousey debería asumir, la del regreso del campeón. La derrota frente a Holm fue la peor noche de su vida, pero a la vez le arrojó un gran reto: "¿Cómo voy a derrotar a Holly? No puedo esperar para descifrarlo". A nivel tanto personal como profesional, eso la ayudará a seguir avanzando.