La alérgica al cloro que se convirtió en campeona olímpica

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Entró en una piscina con cuatro años para corregir una escoliosis por recomendación de los médicos. No había más pretensiones en esos primeros chapuzones, pero ella se quedó prendada.

Ahora, a los 25, es la campeona olímpica de los 200 metros mariposa y, mucho más importante, la primera medallista de oro española en una piscina de los Juegos Olímpicos. Mireia Belmonte ya es historia del deporte español, una leyenda.

Ella solita ha llevado a un país que nunca había estado en la élite de la piscina —con la única excepción de Martín López-Zubero en Barcelona 1992— a una nueva cota.

A pesar de ser asmática y tener alergia al cloro, luchó para aprender de algunos errores del pasado y superar algunas carencias físicas que en Londres la apartaron del ansiado metal. De 7 de la mañana a 11 de la noche, cada día de la piscina al gimnasio y del gimnasio a la piscina.

Mireia representa a la perfección los valores y el sacrifico en el deporte y, aunque ya era una heroína, su remontada y su 2:04:85 en la final del 200 mariposa en Río de Janeiro —que ganó por tres centésimas a la australiana Madeline Groves y la japonesa Natsumi Hoshi— es una recompensa merecida y un gran alivio, ya que toda campeona sueña con el oro olímpico.

"Todo lo que he soñado lo tengo aquí ahora", explicó Belmonte en rueda de prensa tras dominar la emoción del momento.

La primera nadadora de la historia —española o no— que gana con más de 24 años esta prueba ya piensa en su próximo reto. Insaciable y tozuda —como prueban sus 41 medallas internacionales e incontables triunfos en España—, así es la chica que soñó en hacer historia.