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Este artículo fue publicado por primera vez en Motherboard.
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Investigadores de la Comisión de Justicia de la Vida Silvestre (WJC, en sus siglas inglesas) —una organización global formada por expertos en delitos medioambientales— se han infiltrado entre grupos de contrabandistas de animales salvajes. La operación ha tenido lugar en la ciudad vietnamita de Nhi Khe a lo largo de los doce últimos meses.
Sus investigaciones han concluido que las piezas traficadas equivaldrían a 53,1 millones de dólares en el mercado negro, y que la mercancía incluía cuernos de rinoceronte, marfil, partes de tigre y especies traficadas como el pangolín. La operación ha tendido su red sobre un total de 51 traficantes.
Esta semana, durante la celebración de un foro internacional en La Haya, Holanda, se ha concluido que el gobierno vietnamita podría hacer más por combatir el tráfico ilegal de animales salvajes.
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Durante un audiencia pública convocada por el WJC, una comisión de expertos ha sopesado las recomendaciones que se transmitirán a las autoridades vietnamitas. Sin duda, a la cabeza de las recomendaciones, estará la de intervenir y poner fin al intolerable tráfico de animales que se está llevando a cabo a través de Facebook.
La organización ha descubierto que grupos privados de Facebook, en los que los miembros tienen que ser invitados por el propietario del perfil, están siendo usados como mercados negros de hecho, para negociar y exigir las piezas de animales en cuestión.
En un informe publicado por el periódico británico The Guardian, que adelantaba los hallazgos de la investigación, se concluye que Facebook está siendo utilizado para la venta de productos de marfil.
Una vez el administrador del perfil de la red social da luz verde, clientes repartidos por todo Asia pueden contactar directamente con los traficantes gracias a mensajes directos. El intercambio de dinero se gestiona habitualmente a través de WeChatWallet, una plataforma de mensajería china diseñada para cobros.
Un portavoz de Facebook ha informado que “la empresa no permite la venta ni el comercio de especies animales protegidas, y que no dudará a la hora de fulminar los perfiles y el contenido que violen las normas de la Comunidad”.
Y según dictan las Normas de la Comunidad de la compañía, la actividad criminal que provoca el daño físico de los animales, incluida la coordinación del tráfico de los mismos, está rotundamente prohibida.
Desde Facebook también aseguran haber trabajado codo con codo con ONG y autoridades —un trabajo cuyo alcance se desconoce— para informarse sobre qué consejos sobre tráfico de animales salvajes puede facilitar a sus usuarios.
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La corporación se reserva el derecho a borrar los perfiles y los comentarios si el abuso en cuestión es detectado, por mucho que la manera en que la red social trata las denuncias de contrabando en cuestión sea realizada caso por caso.
A lo largo de los últimos años, las redes sociales y las webs de comercio virtual han visto cómo se disparaba el comercio de animales salvajes, tanto legal como ilegalmente.
En mayo, las autoridades descubrieron que especies ilegales de plantas estaban siendo vendidas en las fronteras vietnamitas a través de eBay y de Amazon. Y más recientemente, el tratado internacional por la vida animal, el CITES, ha fallado que sus autoridades tienen que detener el tráfico de crías de guepardo en Facebook y en Instagram.
Pese a todo, a pesar de las evidencias facilitadas por el WJC al gobierno vietnamita en relación a los grupos de criminales que operan en Nhi Khe, se ha hecho muy poco para fulminar a la red de delincuentes.
La Comisión advierte ciertas deficiencias en la manera en que el gobierno vietnamita ha abordado el problema
La Comisión ha concluido unánimemente que la audiencia de la WJC sobre Vietnam constituye una “descripción de los hechos justa y neutral”.
“Hemos suministrado a las autoridades vietnamitas un registro del caso provisto de toda la información necesaria para perseguir a los criminales y prohibir sus operaciones. Hemos ofrecido asistencia y hemos trabajado con accionistas para alentar a las autoridades vietnamitas para actuar, claro que hasta ahora, sin resultados”, ha concluido Olivia Swaak-Goldman, directora ejecutiva de WJC, a través de un comunicado.
Según WJC, los 579 rinocerontes con los que se habría traficado a través de la red criminal, representan casi el 50 por ciento de los rinocerontes surafricanos asesinados en 2015.
En sus recomendaciones, la comisión internacional ha alentado a que se ofrezcan más garantías para defender a los informantes y delatores y a que se pongan en marcha más procedimientos criminales además de las sanciones administrativas.
Además, también se recomienda abrir más investigaciones en relación a las violaciones de la ley de impuestos por los presuntos traficantes y el establecimiento de grupos de trabajo consagrados a detectar la presencia de delitos contra la vida animal en las redes sociales.
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