No diré aquí que el uso de las iglesias en España no está bien pensado: con su rezo, sus canciones de misa, su confesión, esos niños que celebran la Primera Comunión… pero, desde que viví dentro de una neogótica en Holanda, estoy muy a favor de completar las funciones más tradicionales con otras extralitúrgicas. Por algo en el culto tienen ambigú con refrescos, los afroamericanos coros de gospel y los asturianos una rampa de skate. La iglesia de San Antón, en el centro de Madrid, es pionera en esta tendencia de realizar actividades extra: abre las 24 horas, tiene wifi, se puede entrar con mascotas a tomar un café, proyecta películas religiosas y ofrece conexiones en directo -—a través de cuatro pantallas— con el Vaticano.
El padre Ángel, fundador de la ONG Mensajeros por la paz, es el responsable de esta estrategia de modernización y el promotor de la velada en la que decenas de sin techo se tomaron un aperitivo y vieron el partido de la final de la Champions este sábado en la sacristía. Una iniciativa similar a la que ya organizó en Navidad en el Palacio de Cibeles para 200 personas sin hogar y que se completa con la promesa de Florentino Pérez, presidente del Real Madrid, de llevar la copa a la iglesia para gozo de los feligreses. Tuvimos la suerte de que nos dejaran seguir el encuentro allí, bajo su acogedora cúpula. Y esto es lo que vimos allí dentro.