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Floyd Mayweather se deja querer por dictador checheno, quiere a McGregor en Rusia

Hubo un tiempo en que los boxeadores se rebajaban al codearse con mafiosos, corruptos, y hasta mantones. Aquellos fueron tiempos más sencillos, como algunos les dicen.

Hoy en día, los peleadores se vanaglorian de sus amistades con dictadores, oligarcas y caudillos. Y quién puede culparlos cuando el mundo de cabeza en el que vivimos nos sorprende una semana con la noticia de que el direcctor del FBI le dijo al Congreso estadounidense que su institución está investigando la posible complicidad entre la campaña presidencial de Donald Trump y Rusia para minar las elecciones de 2016, y el ex director de dicha campaña (quien renunció luego de que saliera a la luz su participación en una operación secreta de cabildeo en Washington encomendada por el partido político pro-Rusia de Ucrania dos años antes) está siendo acusado de trabajar con un multimillonario ruso para erradicar la oposición anti-Putin en los ex estados soviéticos hace una década. Si el presidente de los Estados Unidos, quien ha pasado una buena cantidad de tiempo quedando bien con boxeadores y peleadores de artes marciales mixtas, está dispuesto a poner en riesgo su reputación y la de su país por sus nexos con Rusia, ¿por qué no los boxeadores? Todo indica que el primer paso en el plan de Rusia para dominar el mundo es seducir a todos los estadounidenses machos inseguros, ególatras, tercos y obsesionados con el poder para poder iniciar su jugada maestra.

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La semana pasada, el ex boxeador Floyd Mayweather Jr. viajó a Moscú para celebrar la inauguración de un gimnasio de boxeo y enseñar una clase maestra por la que recibió cerca de 86 mil dólares. Mayweather aprovechó su estancia para llevar su avión de lujo a la vecina República de Chechenia, donde fue recibido en el aeropuerto por políticos y secuaces del líder nacional, Ramzan Kadyrov. De acuerdo con el reportero Karim Zidan, el hombre que llevó a Mayweather a desayunar con Kadyrov fue el político Adam Delimkhanov quien “ha sido acusado por una serie de atrocidades” y quien amenazó a la leyenda rusa de MMA (y amigo de Putin) Fedor Emelianenko, luego de que el peleador se atreviera a criticar las peleas de niños organizadas por Kadyrov el año pasado.

Los expertos en geopolítica consideran a Ramzan Kadyrov un dictador con puño de hierro quien en los últimos 10 años, y con la bendición de Putin y su Kremlin, ha convertido a Chechenia en su territorio personal para realizar asesinatos políticos, torturas, corrupción, interrogaciones, intimidaciones, y represión en general. Los fans de MMA quizá los recuerden por ser el hombre que pagó a los ex campeones Fabricio Werdum, Frank Mir, y Chris Weidman grandes sumas de dinero para aparecer en uno de sus eventos en 2015. Después de aquel viaje, Werdum mostró su apreciación por la hospitalidad de los chechenos al firmar como el “embajador” oficial de la promotora de MMA de Kadyrov, Akhmat Fight Club (lema: Casa de las peleas de niños).

Ahora, Mayweather quiere seguir el mismo rumbo. De acuerdo con Zidan, después del almuerzo en el palacio de Kadyrov, el boxeador se sorprendió por el increíble diseño del gimnasio de la promotora en Grozny, donde pudo apreciar las instalaciones de 8 mil metros cuadrados y elogió a Kadyrov por su dedicación por los deportes de combate. Aún no existe un informe oficial de cuánto recibió Mayweather por su presencia, de la cual hay fotografías en la cuenta de Instagram de Kadyrov (la herramienta preferida del dictador). Sin embargo, “Money” comentó a los medios rusos al día siguiente que tenía planes de regresar para cerrar algunos negocios con el gimnasio y su dueño. “Por supuesto que tengo planes para el futuro qué cerrar con su equipo y amigos”, dijo Mayweather, “pero regresaremos cuando estemos acompañados de un entrenador estadounidense de élite y los mejores entrenadores de UFC”.

Esto es lo que ha sucedido en una semana extraña en la que el actual presidente estadounidense atacó al director del FBI (vía Twitter, por supuesto) por propagar “noticias falsas” sobre los vínculos de su campaña con Rusia mientras el director se encontraba testificando ante el Congreso, y en la que uno de los grandes del boxeo estadounidense comentó que si había un lugar donde querría enfrentarse a Conor McGregor “escogería Moscú”.