Fotos: No sólo de crimen vive Sudáfrica

La fotógrafa ​Jodi Bieber​ ha pasado los últimos veinte años tomando imágenes de algunos de los rincones más oscuros de Sudáfrica. A través de su trabajo ha visto de cerca la violencia doméstica, la imagen corporal y las vidas de los jóvenes que crecen en los suburbios de la ciudad. Y a pesar de esto, Jodi ha intentado no aceptar la típica imagen de que África es un lugar de caos total. Por el contrario, ha buscado la dualidad de Sudáfrica, mostrando un balance entre las realidades fuertes con los momentos leves de la vida diaria de las personas comunes.

VICE: Tu trabajo abarca diferentes temas. ¿Ves alguna narrativa que predomine en él? 
Jodi Bieber: Comencé mi carrera antes de las elecciones de Sudáfrica, en el 94, así que mis fotos oscilaban entre lo oscuro y lo iluminado. Mi trabajo fue una especie de reflejo de la historia sudafricana y de la historia de mi propio estado anímico. La fotografía me permitió explorar, realmente, a mi país. Las personas están bien; todos tenemos algo bueno y algo malo. Algunas de las que fotografié eran violadores y asesinos, o mujeres que habían sido violadas. Yo no entraba a un área sospechando o juzgando, simplemente estaba interesada en lo que las personas podían brindarme.

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Sudáfrica siempre es presentada como un lugar extremo. ¿Quisiste romper este estereotipo de manera consciente?
Definitivamente. Si ves mi trabajo más reciente, en ​Soweto​, intento romper ese estereotipo. No sólo se trata de un lugar polvoriento, criminalizado y pobre, sino de un territorio en donde viven tres millones de personas, orgullosas de su área.

¿Entonces, cómo lo presentaste?
La juventud en Soweto, comparada a la generación de sus padres, tiene su propia identidad. Hay moda y música. Si ves mi retrato, el de mi mamá y el de mi hija, detectas las vieja y la nueva generación de inmediato. Soweto es un lugar del que los jóvenes se sienten orgullosos.

En contraste a esto, también has tomado fotografías de mujeres que mataron a los esposos que las violaron. ¿Cómo fue eso?
Sólo podía hacerlo en un día. Hice unas entrevistas intensas y fotografié a las mujeres en la cárcel. De algún modo las comprendí y no me sorprendió. Estas mujeres pasaron por el peor abuso de sus vidas y sintieron que no tenían otra manera de escapar. Una de ellas tiene cadena perpetua; le pagó a alguien para que matara a su marido, pero él la hizo acostarse con su mejor amigo en frente suyo. Supongo que algunas personas no saben cómo librarse de situaciones así.

En ​Real Beauty​ te enfocaste en mujeres, tratándolas de manera diferente. En ese trabajo exploraste cuánto permitimos que los medios definan nuestra noción de belleza.
Supongo que, teniendo cuarenta años, logré sentirme más cómoda conmigo misma. Había escuchado, en un reportaje en la BBC, que las mujeres negras en Sudáfrica estaban anoréxicas porque querían el cuerpo occidental. Luego, en un avión yendo a París, conocí a una modelo. Abrió la revista VOGUE y me dijo que todas eran iguales, y que eso estaba mal. Todas estas experiencias me inspiraron a sacar pósters incentivando a que las mujeres valoraran su propia belleza, y que me permitieran fotografiarlas en ropa interior. 

Me gustó que incluyeras fotografías de hombres en ropa interior.
Actualmente, los hombres son tan vulnerables como las mujeres. Lo que es interesante es que, como es más común que las mujeres sean expuestas, entonces, esta obra fue incómoda para muchos. El proyecto se trataba de mostrar tranquilidad y no de poner a los hombres a actuar, porque siempre los vemos haciendo algo, siendo algo.

Gracias por hablar con nosotros.

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​@laurarc91​