Después de declarar su intención de destruir la industria del opio en Afganistán, los talibanes centraron su atención en los consumidores de drogas pobres del país.
La semana pasada, armados con látigos y rifles, los combatientes talibanes visitaron el barrio más famoso por consumo de drogas en Kabul y detuvieron a 150 personas, muchas de ellas sin hogar y adictas a la heroína y a las metanfetaminas.
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La acción fue capturada en una serie de increíbles fotografías y entrevistas con periodistas que trabajan en la agencia Associated Press. “Son nuestros compatriotas, son nuestra familia y hay gente buena entre ellos”, dijo un combatiente talibán. “Si Dios quiere, la gente en el hospital será buena con ellos y los curará”.
Las pertenencias de los detenidos fueron recolectadas y quemadas, antes de que los llevaran al centro de rehabilitación más grande de la ciudad, el Hospital Médico Avicena, donde los desnudaron, bañaron y afeitaron.
“Esto solo es el comienzo; después perseguiremos a los agricultores y los castigaremos de acuerdo con la ley Sharia”, dijo el jefe de la patrulla, Qari Ghafoor.
Según los trabajadores sociales, hay entre 100.000 y 150.000 adictos a la heroína en Kabul. Muchos de ellos también son adictos a las metanfetaminas producidas localmente.
El hospital, una antigua base militar estadounidense llamada Camp Phoenix, abrió sus puertas en 2016 y tiene un programa de tratamiento de 45 días para hasta 1.000 pacientes. Pero los opioides que se utilizan para tratar la adicción, como la buprenorfina y la metadona, se han agotado y no se ha pagado al personal desde julio.
Mat Southwell, un trabajador social que se especializa en reducir los efectos nocivos del consumo de drogas en Afganistán, que visitó Avicena en 2018, cuando estaba bajo el control del gobierno anterior, le dijo a VICE News: “Estas personas básicamente han sido secuestradas durante tres meses. No recibirán un tratamiento médico adecuado y no se respetarán sus necesidades. Una vez que sean liberados, volverán a consumir drogas”.
“Es un lugar brutal rodeado de guardias armados. Parece un campo de concentración porque le afeitan la cabeza a todos y los hacen ponerse pijama. Cuando estuve allí, hablé con un soldado del ejército afgano que había sido detenido mientras compraba drogas. Temía ser castigado por desertar”.
Sin embargo, Southwell agregó que los talibanes permiten el uso de metadona en programas de rehabilitación en tres ciudades con tales centros, incluida Kabul. Él espera que el régimen pueda ayudar a los adictos. “Necesitamos educar a los talibanes sobre las mejores formas de gestionar el consumo de drogas. Si quieren ser conocidos como un gobierno que brinda a los ciudadanos más vulnerables un trato justo, entonces nos escucharán”.