Hace 20 años en un día soleado de septiembre en Harlem –justo un año después de la muerte de Biggie y dos años después de la de Tupac–, la revista XXL hizo historia musical con una fotografía. El equipo se acercó a cientos de pioneros del hip hop para recrear “Un gran día en Harlem”, la imagen icónica de leyendas del jazz como Dizzy Gillespie, Thelonious Monk y Gene Krupa reunidos en una calle de Harlem, registrada el 12 de agosto de 1958 por el fotógrafo Art Kane para la revista Esquire. Para la versión hip hop, XXL le encargó la misión al legendario fotógrafo negro, Gordon Parks.
El equipo editorial no tenía idea de cuántos raperos se verían, pero la participación superó sus expectativas. Más de 100 artistas de hip hop ––incluyendo raperos de la costa este y oeste, de la vieja escuela y la nueva escuela–– se apilaron en los escalones de cemento de la calle 17 East 126th, donde se tomó la foto original décadas atrás. Entre ellos se encontraban Rakim, Busta Rhymes, miembros de The Roots y A Tribe Called Quest, Pete Rock, Grandmaster Flash, Slick Rick y muchos otros.
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En un video grabado por Nelson George que documenta el día, Mos Def parece sorprendido por la gran cantidad de leyendas que asistieron, señalando lo surrealista que es ver a todos juntos al mediodía. La foto casi no se logra, porque el equipo de Parks luchó por sacar a los raperos de sus corillos para posicionarlos. Se esparcieron sobre un tercer escalón y, a medida que pasaba el tiempo, una sombra oscura se deslizó por la calle, amenazando con arruinar el disparo. Justo cuando una voz gritaba: “Estamos perdiendo a Jermaine Dupri”, el Reverendo Run apareció a último minuto, caminando lentamente y uniéndose al grupo, como si se tratara de la última pieza del rompecabezas antes de que Parks capturara el momento.
Las personas que estuvieron allí recordaron el día en un evento llevado a cabo en noviembre en el Schomburg Center de Harlem. El escritor Miles Lewis se refirió a la imagen como “la foto de graduación del hip hop”, y Fab Five Freddy la llamó el último momento de “la era dorada”, antes de que el género adquiriera una nueva vida en otras regiones del mundo.
Sin embargo, a pesar de todo el significado de la foto, simplemente no se había vuelto tan famosa como la original o alguna de las otras fotos de hip hop que llegaron a representar esa era en particular. Esa relevancia la vi por primera vez en las primeras páginas de Contact High, un nuevo libro de fotografía que narra el ascenso del hip hop, contado por fotógrafos que nutren sus hojas con sesiones icónicas y poco conocidas. “Fue como pedirle a alguien que vea su diario”, le contó la autora Vikki Tobak a VICE. “Estas hojas de contacto nunca fueron destinadas al consumo público. Muestra todos sus errores, y también muestra los errores de los artistas cuando están siendo torpes o tratan de ser de una manera determinada. Pero eso es importante en este momento cuando las imágenes son realmente perfectas, el decir que todo es un proceso”.
Más que eso, el centrar la atención en imágenes que son olvidadas y que no fueron publicadas, Contact High muestra cuánto más hay para aprender sobre una era de la que los fanáticos casuales creen conocer por las pocas imágenes que aún circulan en redes. Algunos de los fotógrafos incluidos en el libro incluso redescubrieron tomas que no habían observado en décadas, encontrando un nuevo significado en las fotos instantáneas que habían capturado.
Muchas de las fotos del libro son las que la autora Vikki Tobak recordó de sus años cubriendo el hip-hop como periodista en los años noventa. Más tarde, trabajando como productora, se inspiró en los archivos cuidadosamente guardados en CNN y CBS y comenzó a llamar a viejos conocidos para ver qué podían volver a sacar a la luz. “Muchas de estas hojas de contacto se guardaron en cajas de zapatos, en armarios o en sótanos”, dijo Tobak.
Además, muchas de las primeras fotos de los años 80 no fueron publicadas, porque “muchos de los fotógrafos no eran profesionales [en ese momento]. Ellos simplemente amaban la cultura [hip-hop] o eran parte de la cultura, al igual que los artistas”, agregó Tobak.
Tobak descubrió la primera sesión de fotos de Biggie cuando llamó al fotógrafo George DuBose en busca de imágenes de Big Daddy Kane. DuBose le contó una historia increíble sobre la época en que viajó a Bed-Stuy en 1992 para fotografiar a Biggie Smalls, un rapero desconocido por aquel entonces, para un collage de varios artistas impreso en la parte posterior de un disco de 12″. La foto desechada de Biggie presentada en Contact High es eléctrica. El artista apunta hacia las señales de la calle en la esquina de Bedford y Quincy en Brooklyn, mientras que los amigos enjambran espontáneamente el disparo y sacan un arma enorme (que finalmente asustó al fotógrafo). Está claro en la imagen, la energía auténtica que propulsó la carrera de Biggie estaba en plena vigencia.
El libro ofrece una visión más amplia de la trayectoria del hip hop, lo que facilita ver el desarrollo de los artistas a lo largo del tiempo y hacer un seguimiento a las tendencias estéticas y estilísticas. “Traté de mostrar muchas novedades en el libro”, dice Tobak. “Así que tengo la primera sesión de fotos de Biggie, la primera sesión de fotos de Jay, y luego los muestro de nuevo en el libro como a mitad de sus respectivas carreras, y luego más adelante. Puedes ver en las primeras fotos que todavía están como imaginando cuál es su imagen. ¿Serán duros o esotéricos, serán esto o aquello?”.
Uno de los temas más sorprendentes que aparece en el libro es la actitud del hip hop hacia la sexualidad masculina y la agresión. A principios de los noventa, el hip hop estaba asociado con una vulgaridad asertiva, pero Contact High complica la narrativa. Las fotos de la década de los ochenta muestra la inquietud que se avecina lentamente. Hay una vieja foto del periodista musical Bill Adler con un grupo de jóvenes raperos sin nombre. El fotógrafo le dijo al grupo que dijera “sexo” en lugar de “queso”, según Adler, y dado que aún era virgen, eso lo encendió con una sonrisa para la foto.
En el momento en que el maleanteo masculino se mostraba por doquier, como en una foto de prensa de Slick Rick en 1989, donde aparece agarrándose su entrepierna, la masculinidad agresiva todavía no era un capítulo importante de la historia. Durante los años más agresivos del hip hop se tomaron fotos sorprendentemente vulnerables, como la portada de Goodie Mob en 1995 para la revista Rap Pages, que mostraba a los cuatro hombres caminando sin camisa en el agua, como un bautismo.
Las hojas de contacto de varias tomas de la misma sesión revelan los lados más ocultos de las personalidades de algunas estrellas del hip hop, esa que preferían ocultar a su público. En ese sentido, se destaca una sesión de Vibe con Biggie y Faith Evans en 1996. La toma final es dura y mafiosa. Pero en las fotos que no se incluyeron en el corte final, el dúo sonríe dulcemente mientras se miran a los ojos.
Incluso algunas tomas antiguas que parecen definitivamente misóginas para los estándares actuales tienen historias complicadas. En 1995, la revista Rap Pages decidió recrear la portada de Janet Jackson en Rolling Stone en 1993, donde un par de manos masculinas sostenían sus pechos por detrás, pero usando a Old Dirty Bastard y una modelo. Pero en el set, cuando llegó el momento de disparar, ODB le pidió a los espectadores que se fueran. Se ve notablemente incómodo en las tomas.
Aunque los raperos son estereotipados como llamativos o superficiales, muchos fotógrafos y artistas presionaban para obtener imágenes más cinematográficas o minimalistas. A veces, los fotógrafos eran los que ponían el pie abajo, como cuando Jason Keeling se negaba a dejar que LL Cool J se quitara la camisa para una foto de portada de la revista YSB, porque quería capturarlo como artista y no como un símbolo sexual, o cuando el fotógrafo de bellas artes, Barron Claiborne, ignoró las protestas de P Diddy en las que decía que Biggie se vería como un Burger King en lugar del rey de Nueva York, cuando capturó el sencillo e icónico retrato del rapero con una corona de plástico. Biggie murió tres días después, y la imagen se convirtió en su foto más reconocible. Pero a algunos artistas también les fascinó el atractivo cinematográfico del medio, como Wu Tang Clan confiando en las fotos para dar vida a su fantasía de kung fu, o Tupac fascinándose con las cámaras antiguas de gran formato durante su icónica sesión de fotos para Rolling Stone.
Contact High también destaca las evoluciones de estilo de las raperas. En los primeros días del hip hop, las apariencias que rompían con la norma hicieron un gran revuelo. En los años ochenta, las icónicas chaquetas Dapper Dan de Salt n Pepa eran su vestimenta personal, porque no había estilistas en esas primeras tomas. Ese estilo era adecuado para ellas, pero la estética vibrante y femenina no funcionaba para todas las MC. Algunas mujeres parecían constreñidas por las opciones de la época. Cuando llegó el estilo tomboy con pantalones holgados y pañoletas, fue liberador. Y los estilistas que construyeron este look, como Misa Hylton, se convirtieron en sinónimo del hip hop.
Contact High aparece en un momento en que instituciones como Harvard, Cornell y el Google Cultural Institute estaban pensando en cómo registrar la historia del hip hop. El libro demuestra el tipo de reflexión que es necesaria para hacer justicia al trabajo. Tobak dijo que los fotógrafos se han acercado a ella en Instagram y le han enviado nuevas hojas de contacto de cosas como las primeras fotos de prensa de Wu Tang y los primeros retratos de Kendrick Lamar. El próximo mes de abril, las fotos de Contact High tomarán un nuevo rumbo en una exposición en el Annenberg Space for Photography en Los Ángeles antes de viajar por todo el país.
Para los fotógrafos contemporáneos, la era encapsulada en Contact High representa un tiempo en que las sesiones de fotos fueron más espontáneas, controladas por menos personas. “Es muy difícil para un fotógrafo joven hoy en día porque están sobre los hombros de todas estas imágenes, están lidiando con un ciclo rápido de noticias y los artistas se han vuelto mucho más protectores de su imagen”, dice Tobak. “No es más difícil obtener fotos icónicas, pero es más difícil obtener momentos auténticos e icónicos que no se hayan pensado en exceso ni se hayan planeado en exceso”.
Tobak dice que aprecia a los jóvenes fotógrafos que solo registran a sus amigos y cosas sencillas que encuentran significativas a su alrededor, y espera que no se desanimen si no tienen un momento de ruptura. “Para la gente en este libro, fue casi lo mismo. Tomó más de 40 años entender qué era ese momento. Así que diría que no lo pienses demasiado. Simplemente siga su instinto, y siga la belleza, y siga lo que crees que es importante en este momento”, asegura. Quizás la conclusión clave de Contact High es que lo que puede parecer aleatorio hoy en día, podría mostrar y enseñar mucho a la gente sobre esta era en retrospectiva.
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Este artículo apareció originalmente en VICE US.
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