Música

Francisca Valenzuela, la ruidosa más relevante de Latinoamérica

Francisca Valenzuela en su casa en Los Ángeles. Foto por Samanta Helou.

Esta nota fue co-creada con Escudo

Hace diez años muchas cosas eran distintas en Chile. Recién hace ocho se legisla sobre los derechos reproductivos de la población, liberando por fin el método de anticoncepción de emergencia (la pastilla del día después). El año pasado se reestableció la ley de aborto en tres causales, tras ser revocada por la dictadura y la iglesia en 1989. Y hace diez años, Francisca Valenzuela —nacida y criada en San Francisco, California, pero de padres chilenos– lanzaba su primera producción, titulada Muérdete la lengua, mientras escribía en su blogspot sobre el aborto.

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No es que un día se levantó y decidió vestirse de activista, aún cuando todos tenemos mañanas en las que salimos de casa con la convicción de cambiar lo que nos detona. “Esto es algo que siempre he sido, desde mi espacio de estudiante, como ciudadana, a artista, a alguien que tiene un poco más de visibilidad en el espacio público con sus contenidos o canciones”, dice la artista de pop.

La multiinstrumentista es también la cabeza de Ruidosa, el primer festival mediático femenino de Latinoamérica, donde se busca visibilizar talentos y congregar audiencias durante todo un día, entorno a actividades de la industria musical como talleres y conversatorios, que van desde la composición creativa hasta la producción y grabación.

Francisca Valenzuela por Samanta Helou.
Foto por Samanta Helou.

“Ha sido importante decir ‘¿qué puedo hacer yo?’ con todo el privilegio que tengo en el espacio laboral, con todos estos años y con mis herramientas, recursos y espacios, pudiendo perseguir mis intereses y estar creciendo como humano y artista. Qué puedo hacer yo para contribuir, qué micrófono puedo pasar, a dónde puedo dirigir la mirada o los clicks, de dónde o con quién puedo aprender, y aportar a la transformación de las causas que considero, como el aborto”, agrega Francisca.

Durante la promoción de Muérdete la lengua, del que se extraen las canciones “Peces” y “Dulce”, fue cuestionada durante una entrevista en la radio: “Me preguntaron si no tenía susto de perder seguidores por lo de mi blog, pero nunca había pensado en eso. Era tan lógico para mí apoyar las cosas que me parecían importantes socialmente”. Fue uno de los tantos hitos de su vida como artista, vitrina que explotó internacionalmente hace una década, y que la ha tenido en colaboraciones con comunidades LGBTTTI y otras organizaciones feministas, hasta Ruidosa, su hija nacida en 2016.

“Queremos cambiar cómo el mundo ve a las mujeres, queremos cuestionar cómo las mujeres nos vemos a nosotras, queremos romper normas inconscientes.”

“Primero, somos sinceras. Ruidosa es —y probablemente siempre será— una obra en construcción. Y es así porque su objetivo no es fácil: queremos cambiar cómo el mundo ve a las mujeres, queremos cuestionar cómo las mujeres nos vemos a nosotras, queremos romper normas inconscientes, sesgos explícitos, y todas las acciones cotidianas que sustentan y reproducen la desigualdad de género”, dice el manifiesto de la comunidad, que ocupa todas las redes sociales, para que el feminismo deje de ser una mala palabra. Bien sabe Valenzuela de ser apuntada sobre ser mujer, como si fuese algo incorrecto.

“Cuando saqué mis primeras canciones existía el tema y debate sobre la carga de perspectiva de género que tenían. Me preguntaban por escribir desde ser mujer, pero como algo negativo. ‘Qué quejumbrosa’, decían. Me llamaban feminista de manera ofensiva, y un montón de frases que traían a la superficie la idea de que ser mujer o tener una perspectiva de género era algo malo”. Sin embargo, Francisca se defendió, entendiendo y explicando que no podía sino escribir de ser mujer, porque ella es mujer.

Francisca Valenzuela por Samanta Helou
Francisca Valenzuela. Foto por Samanta Helou.

Y agrega: “La narrativa siempre ha sido ser hombre; eso es lo neutro, y al principio no era consciente, sólo presentaba mis canciones. Cuando empezaron a tener más tracción o visibilidad en Chile, me di cuenta que había un tema con que fueran de una mujer”.

No se puede obviar el crear desde la experiencia, y al momento en el que Francisca vio lo inevitable, descubrió el feminismo como fuente inagotable de inspiración.

Desde lo personal hasta lo externo. De ese lugar nacen sencillos como “Mujer modelo”, una celebración a la mujer, que al mismo tiempo es un juego burlesco sobre los estereotipos. Actualmente viene más de eso, sobre todo en la línea de las presiones y expectativas que envuelven al género, porque Francisca está preparando ya su nuevo lanzamiento, que viene a suceder a Tajo Abierto, del 2014.

Francisca Valenzuela por Samanta Helou
Foto por Samanta Helou

Cuatro años en los que, además de formarse y perfilarse en el activismo, ha utilizado la experiencia para atreverse a los sonidos. “Obviamente, en el centro de todas las canciones que publico hace diez años estoy yo, mi identidad, mi visión, pero como toda persona, he crecido y mi búsqueda es una exploración de cómo ir desarrollando una voz coherente con quién soy”.

Hay cosas que prevalecen, como el piano, las letras, lo testimonial, aunque también hay cambios asociados a dejar de privarse. Si alguna vez sintió que su espectro sonoro se limitaba a la música de cantautor, vivencial, hoy amplía sus propios límites para refrescar la paleta de sonidos. Factura pop de primera gama.

Hay diez años de diferencia entre “Dulce” y “Tómame”, su último estreno, y hay un mundo de crecimiento entre ambas piezas. “Es una evolución vocal e interpretativa; quiero que se refleje todo lo que he aprendido de este tiempo tocando y cantando”. Eso es la provocadora “Tómame”, estrenada hace unas semanas: un juego, un disfrute, pasarlo bien con la voz y no tomárselo tan a pecho, con menos límites.

Ahora entiende la canción como un todo, más allá de esa frase que comprendió y le llegó. Redescubrió la música desde lo extra lírico, lo valioso que son los elementos de producción y la comunicación de un track. “Puede haber un tema con una frase que se repite 18 veces, pero se dice de cierta manera que comunica, o quizás es evocativa en su proceso de producción, con esa cosa envolvente que es este arte”. Todo comunica: cosas que abrazó en el activismo y en sus canciones, el vehículo entre un destino y otro.

Transferir conocimientos, contar historias, conectar con otra persona. Siempre ha pensado sus textos —desde la poesía que escribió durante el 2000— en el activismo, esas inquietudes sociales que puede poner en la palestra. Lo ha hecho consciente, como es el caso de “Salvador”, donde en primera persona relata esta carencia de liderazgo político de verdad, “casi poético que moviliza con este sueño de un colectivo en sociedad”.

“Más allá de usar mi música como este vehículo, lo que me conecta más es usar la vitrina que tengo para levantar cosas que considero importantes”. Y Ruidosa llega como guante a esta necesidad de desarrollar sus aspiraciones, con el crecimiento que significa tomar herramientas y repartirlas.

Foto por Samanta Helou.
Foto por Samanta Helou

Ruidosa la inspira; quizás sea la experiencia más enriquecedora de su vida. Hitos emocionantes y nutritivos que le vienen a dar vida a su creatividad: los conversatorios, los talleres, las escenas ruidosas que han pasado por su plataforma, que todos los días crece un poco más, y que ya tiene en sus planes la activación en otras regiones de Chile (o el extranjero) y la participación en conjunto con otros colectivos, como sucedió durante agosto en Lima, junto a una nueva organización de mujeres en la música, llamada María Landó.

Francisca no descansa. Habla todos los días con mujeres, comparte relatos en la misma medida en la que trabaja por construir los suyos, prontos a recibir nuevos invitados a la fiesta reflexiva que es su historia musical.

“Vienen más shows, más sencillos, un eventual disco, colaboraciones, todo interdisciplinario: los videos, la puesta en escena, las comunicaciones”. Un proyecto de 360º que la mantiene demandada y entretenida. A finales de julio estrenó el video de “Tómame”, giró por un buen grueso de Chile, y llegará a Estados Unidos. Y por estos días se encuentra en plena promoción de “Ya No Se Trata de Ti”, “una canción confesional íntima que salió de una sentada, que habla sobre una relación tóxica -que puede ser romántica o no-, y sobre la superación de eso”.

Es en el clip en el que Francisca vuelve a rescatar tópicos como el amor propio y las redes de contención. “Quise hacer un video que elevara el tema, con un lenguaje colorido, expresivo, emocionante y bello, pero con arco más aislado, reflexivo y minimalista que fuese creciendo, que diera a entender ese proceso y viaje de liberación”. Así continúa la chilena puliendo su carrera, todo siendo mujer, una que hace tan sólo diez años escribía inocente y ferviente por el derecho reproductivo de las mujeres en su blog.