Hace cinco años, Jonás Bel y Rafael Trapiello crearon el proyecto 2013. En el epicentro de la crisis económica, se plantearon fotografiar a una persona cada día laborable, completando los retratos con una ficha que cada retratado rellenaba de su puño y letra en la que expresaba su opinión sobre la situación de aquel momento. Completaron con aquellas fotos un mosaico enorme formado por 262 historias que humanizaban la crisis. Aquellas personas nos representaban a todos mientras pasábamos un momento muy duro.
Ahora se plantean tomar otra instantánea del país y esta vez no tan centrada en lo personal, sino más bien en el territorio. Para ello han elegido la Comunidad Valenciana, una zona asolada por la crisis y la corrupción, además de por problemas medioambientales como la desertización. Para ellos la Comunidad Valenciana es un reflejo de toda España. Esta vez el proyecto se llama Fueras Paraíso.
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VICE: ¿Cómo definiríais este proyecto y cuál es su origen?
Rafael Trapiello y Jonás Bel: Fueras Paraíso tiene tres líneas maestras argumentales que están íntimamente relacionadas entre sí: el cambio climático y la escasez de agua, la transformación territorial y los problemas económicos derivados de la crisis y la posterior transformación económica.
La verdad es que nos encantaría hacer esto periódicamente cada cinco años, como si fuéramos investigadores o científicos. Arrancamos en 2013 centrándonos en las personas y ahora estamos en 2018, fotografiando y hablando de la transformación del territorio. En 2023, si seguimos vivos, ocuparemos un año en volver documentar la situación de nuestro país, de forma diferente pero complementaria con respecto a los dos trabajos anteriores.
¿Cómo os lo estáis montando? Vosotros no vivís en la Comunidad Valenciana, ¿no?
Rafael Trapiello: No, pero tenemos una estrecha relación con ella. En mi caso la familia de mi mujer tiene una casa en el campo de Elche. Yo llevo yendo allí todos los veranos desde hace más de doce años. Desde entonces he hecho muchos amigos allí, ¡incluso me casé allí! También ha sido escenario de dos proyectos personales más modestos que el que ahora nos ocupa, uno sobre la presión turística en la Costa Blanca y otro sobre la Dama de Elche.
Al no vivir allí hemos de planificar muy bien los viajes que hacemos para poder hacer un buen mapeo. Afortunadamente hoy existen Google Earth e internet, lo que pone a nuestro alcance unos recursos magníficos para hacer esta planificación, que en parte se debe a la deformación profesional tras años de realizar Nación Rotonda, otro de nuestros proyectos.
Una vez planificado cada viaje, nos vamos unos días (entre tres y cinco) cada mes para poder hacer las fotografías que publicaremos al mes siguiente (publicamos una entrada al día durante todo 2018). Generalmente viajamos solos, aunque alguna vez hemos ido juntos. Tras el viaje viene el proceso de edición y la escritura de los textos, que nos lleva muchísimo trabajo porque requieren muchas horas de investigación sobre los temas que tratamos en cada entrada.
Jonás Bel: Mis padres nacieron en Valencia. Ellos llevan más tiempo viviendo en Madrid que el que vivieron en Valencia pero tengo a todo el resto de mi familia viva y muerta en la capital de la Comunidad Valenciana. He ido desde siempre a Valencia, he pasado largas temporadas allí y la he recorrido bastante bien desde que soy muy pequeño. Mis abuelos paternos y maternos no eran de Valencia, eran de Soria, La Rioja, Castellón y Cataluña, acabaron en esta ciudad por la Guerra Civil, así que no se puede decir que allí estén mis orígenes pero lo que sí es verdad es que este territorio es muy importante para mí. Y sí, en efecto, planificamos el viaje antes de ir, es fundamental. Yo, siempre que puedo, intento dividir el viaje e ir a primeros y a finales de mes.
¿Por qué esta comunidad?
Rafael y Jonás: Porque consideramos que es una representación de España a escala. Posee todas las virtudes y defectos del país al que pertenece. Mucho sol, largas playas de fina arena, altas montañas, un enorme patrimonio artístico y cultural… pero también corrupción política, turistificación masiva, excesos inmobiliarios, despoblamiento rural, problemas identitarios…
¿Qué es lo que os estáis encontrando al viajar allí?
Rafael y Jonás: La Comunidad Valenciana es la más seca de España. A pesar de las abundantes lluvias de esta primavera en España, sus reservas de agua se encuentran al 30,04 por ciento, 15 puntos por debajo de la media de los 10 últimos años. Alicante es una de las provincias, junto con Murcia y Almería, en riesgo extremo de desertización, según datos del Ministerio de Medio Ambiente. Y sin embargo es la Comunidad Autónoma que tiene un mayor consumo de agua por habitante y día del país, un dato que nos habla claramente de que algo no se está haciendo bien.
Por otro lado tenemos una región con una presión turística brutal. En 2016 la Comunidad Valenciana fue, con 25 millones de visitantes, el tercer destino turístico de España en número de viajeros y pernoctaciones, teniendo en cuenta turismo nacional y extranjero, solamente por detrás de Andalucía y Cataluña.
Es un sector que da muchísimo dinero y tiene un poder gravitatorio gigantesco, pero también es causa de enormes inestabilidades económicas, desequilibrios territoriales y consumo desmedido de recursos como el agua.
La crisis económica ha acentuado más si cabe estos problemas, porque el turístico es el sector económico en el que han tenido que refugiarse muchísimas personas para poder seguir llevando dinero a casa a fin de mes.
Nos encontramos con una realidad que poco tiene que ver con las postales turísticas a las que estamos acostumbrados. Desde los años 60, con el franquismo, la Comunidad Valencia ha vivido y sigue experimentando una transformación extrema.
En aquella época se inició un crecimiento económico basado en el turismo de sol y playa que ha llegado a nuestros días sin prácticamente cambio alguno y ha llevado a esta zona a un momento de agotamiento. Y nosotros buscamos y nos encontramos con esas situaciones que narran este proceso de extenuación de una región que en muchas zonas empieza a asemejarse a un desierto.
El proyecto tiene mucha forma de diario de viaje, ¿no? Un viaje en el que de alguna forma os dejáis llevar.
Rafael y Jonás: Quizás puede dar la sensación a veces de azaroso, pero en realidad hay mucha preparación detrás. Tenemos intención de fotografiar los 22 embalses de la Comunidad Valenciana, las instalaciones más relevantes de generación de energía eléctrica, los centros turísticos y ciudades más importantes, los parques naturales, las zonas con mayor peligro de despoblamiento a corto y medio plazo y aquellos lugares en los que los efectos del calentamiento global son ya evidentes (zonas afectadas por grandes incendios, riadas, erosiones costeras por efecto del aumento del nivel del mar, etc.), todo esto en un total de doce viajes, cuatro a cada una de las tres provincias.
Así, todos estos lugares de los que hablamos son puntos de obligada visita en el mapa. Pero sí es cierto que frecuentemente nos encontramos con muchas historias en el trayecto que no conocíamos y que merecen ser contadas. Digamos que, por cuantificarlo, más o menos la mitad de las imágenes que tomamos tienen origen en el viaje en sí, y no en la preparación del mismo.
Hemos dejado en vuestras manos que nos hicierais una selección de imágenes del proyecto, ¿por qué habéis elegido estas y no otras?
Rafael y Jonás: Las imágenes que nos suelen gustar tienden a ser más metafóricas que descriptivas. Hacer una selección reducida de diez o quince a estas alturas del proyecto (ya hemos completado la mitad del mismo) empieza a ser difícil por la enorme cantidad de material producido. Hemos escogido aquellas fotos que a nuestro juicio ilustran mejor las líneas maestras del proyecto que antes hemos mencionado (escasez de agua, turismo y poscrisis).
Los criterios tienen que ver más con cómo funcionan entre sí, como se interrelacionan estas imágenes, que por las historias que individualmente contiene cada una de ellas. Si queréis saber la historia que hay detrás de cada una de ellas os recomiendo buscarlas en la web del proyecto, en Facebook o en Instagram. Cada foto que publicamos lleva asociado un texto que nos ayuda a comprender su contexto.
Y para acabar, ¿por qué el nombre de Fueras Paraíso?
Rafael y Jonás: En origen pensamos en llamarlo Fuiste Paraíso, pero no nos gustaba el portazo que daba el pasado en el verbo ser. El subjuntivo nos habla de un momento pasado pero también del presente, nos abre la posibilidad de volver a ver un Paraíso en la Comunidad Valenciana, si se dan los pasos atrás necesarios. “Fuiste Paraíso” sería un poco muerte y destrucción. Nos sentíamos más cómodos dejando espacio para cierta esperanza.
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