En Cuba no hay cursos de tatuaje, no se encuentran libros sobre el tema, no se producen máquinas de tatuar ni tintas, y nada de eso se puede importar legalmente. Ser tatuador no se considera una profesión oficial en el país. Tatuar es algo clandestino.
Foto: Gabriel Uchida
Pero Fidel debería saber que lo prohibido es más atractivo. Por las calles de La Habana es muy fácil encontrar tatuados, sean 'cuchos' o jóvenes, e incluso algunos estudios de tatuajes (con entradas poco seductoras). En las 33 noches que pasé en la isla, el tipo con los tatuajes más poderosos que encontré fue un dealer que estaba en todas las fiestas. Él me recomendó un estudio en la avenida 23 del barrio Vedado. "Diga que es mi amigo". Eso siempre ayuda.
Ni bebiéndose todo el ron de Cuba daría coraje para hacerse un tatuaje en este lugar. Foto: Gabriel Uchida
Llegando al lugar me encontré a Rioger Martínez, de 23 años de edad y dos de profesión. Rioger estudió diseño y comenzó como todos los cubanos: "Tenía una máquina casera y tinta improvisada, todo el mundo aquí pasó por eso". El problema, según él, son los equipos y la tinta porque depende de alguien que los traiga del exterior. No se pueden comprar por Internet y pedir que los entreguen en la isla.
Rioger Martínez. Foto: Gabriel Uchida
En el estudio, Rioger atiende en promedio dos personas por día a un precio medio de 80 reales (cerca a 70.000 pesos), dependiendo del tamaño del diseño y de la nacionalidad de la persona. Para los turistas todo es más caro. Como ya había terminado los pajaritos en la espalda de una chica y el lugar estaba vacío, pedí algo para mí.
Foto:Yoel Mayor
Cuando era niño, mi familia extremadamente conservadora decía que si me hacía un tatuaje perdería el derecho a la herencia, algo que probablemente ni existe. Ya me hice algunos garabatos en el cuerpo, entre ellos la sigla ACAB (All Cops Are Bastards) que me rayó el vicepresidente de una torcida organizada. Supongo que no estoy en la lista familiar de beneficios. Entonces, ¿por qué no llevarse un recuerdo especial de Cuba? Como quería algo local, fui a buscar inspiración en la propaganda revolucionaria de Fidel, que tiene como lema "Estudio, Trabajo y Fusil". Escogí el último y recibí el dibujo de la famosa AK-47, la preferida de los guerrilleros.
Foto:Yoel Mayor
Con aguja en mano, Rioger me contó que los tatuadores de la isla ya no hacen temas comunistas o revolucionarios, a no ser que sea para los turistas. "Siempre que tatué el Che Guevara fue para un extranjero, los cubanos no se relacionan más con esas historias, ellos quieren otras cosas".
Para que no pagues como turista en Cuba, pilla lo que solo los locales se tatúan:
Foto: Gabriel Uchida
Foto: Gabriel Uchida
Foto: Gabriel Uchida
Foto: Gabriel Uchida
Foto: Gabriel Uchida
Foto: Gabriel Uchida