Un festival de cine para gente que se excita con bicicletas

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Sexo

Un festival de cine para gente que se excita con bicicletas

Hay una diferencia importante entre hacer de un objeto inanimado un fetiche y ver ese objeto como una entidad en sí misma que inspira amor y conexión.

Fotograma de Bitchy Tutorial #2, por Officine Sfera.

El género porno bicicletero puede ser tomado tanto literal como figurativamente, como prefieras. Sexo con bicicletas, sexo en bicicletas, sexo utilizando parafernalia para bicicletas… con la "pedalfilia" las posibilidades son ilimitadas. Sin embargo, pocos han explorado las bicicletas y la sexualidad tanto como Reverend Phil Sano, fundador del ​Festival de Cine Bike Smut.

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"Desde que las personas han estado montándose en bicicletas, las personas se han enloquecido por ellas", explica Sano mientras se sienta afuera de Velowood Cyclery, la tienda de bicis que hospeda el festival anual cuando pasa por Denver el primer fin de semana de noviembre. Sano, un ministro ordenado de algo llamado la Iglesia de la Bicicleta de Jesús en Seattle, se ha dedicado a difundir el evangelio del sexo y las bicicletas.

Ahora, en su octavo año, el festival de cine de Sano ha viajado a México, Canada, Turquía, Alemania, Grecia y por todo Estados Unidos. Tanto los realizadores como la audiencia tienden a ser de la comunidad queer y el movimiento sex-positive, aunque las películas van desde las animaciones cursis de romances sensibleros hasta el BDSM más hardcore que incluye cadenas de bicicletas y tubos neumáticos.

Fotograma de De-railed, por Quinn Cassidy y Creamy Coconut.

Sorprendentemente, Bike Smut ha estado consiguiendo a su audiencia más entusiasta en los lugares más conservadores y religiosos como la ciudad de Salt Lake, en lugar de ciudades más liberadas sexualmente como San Francisco.

"De gente que ha crecido con [la represión sexual] en esas zonas y luego la rechazaron, obtienes esta increíble fuerza contracultural", me dice Sano. "No hay muchos grupos sex-positive que vayan a esos lugares, así que tienen que hacerlo ellos mismos".

Para Sano, Bike Smut es más que la erotización de las bicis, aunque eso no escasea. Ve a las bicicletas como una llave a la liberación sexual, tanto histórica como actualmente. "El sufragio de las mujeres se produjo debido a la revolución tecnológica de la bicicleta", dice Sano. "A menudo, si una mujer en ese tiempo quería salir, debía ser acompañada por un chaperón, especialmente si iba para una cita. Se consideraba poco femenino que una mujer montara un caballo sola, pero la bicicleta fue esa cosa nebulosa. No sabían qué hacer con ella, se afianzó tanto a las mujeres que no hubo tiempo para decirles que no se les permitía usarla".

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Fotograma de The Hot, the Bold and the Foxy, de Mayssan y Simon.

De acuerdo con la madrina de la primera ola feminista, Susan B. Anthony, ​las bicis han "hecho más por emancipar a las mujeres que cualquier otra cosa". Su ubicuidad llevó a las mujeres a abandonar la moda restrictiva de la época victoriana de miriñaques y corsés, a los bombachos y, posteriormente, a los pantalones. De repente las mujeres podían ser atléticas y móviles, ampliando sus posibilidades de citas y fortaleciendo su sentido de poder en la sociedad. "La emancipación es una cosa muy sexy", me dice Sano, un sentimiento reflejado en el montón de fotos eróticas de mujeres y bicicletas tomadas a inicios del ​siglo XX.

"Cuando estás montando colina abajo, ese puede ser el sentimiento más sexy", dice Courtney Helen Linclau, coorganizadora de Bike Smut que actualmente viaja con el festival. "Para mí, esto es sobre el poder personal, te empoderas en tu transporte, te empoderas en tu comunidad, y sexualmente todo se trata de poder personal".

Sano permite a los cineastas que llegan al Bike Smut explorar el tema de la forma que consideren más conveniente. Este año se vio de todo, desde un asiento-dildo para bicicletas que se hunde en los pantalones vaqueros de un chico mientras anda por la ciudad, hasta un barbero que (sexymente) secuestra y afeita ladrones de bicicletas. Algunas películas simplemente utilizan el montar en bicicleta como preludio al sexo, mientras otras usan las bicis como compañeras sexuales, azotándolas, hundiéndose en el asiento, o dejando que los radios de una rueda en movimiento roza la punta de un pene erecto.

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Fotograma de Beaus and Arrows de Lala.

Hay una diferencia importante entre hacer de un objeto inanimado un fetiche (que se utiliza solo para jalársela), y ver ese objeto como una entidad en sí misma que inspira el amor y la conexión de una persona. Hay pocos datos científicos sobre los "objetófilos" o objectum-sexuales, gente que dice tener una relación íntima con objetos inanimados. Esto se debe principalmente al escepticismo de la comunidad científica del sexo y la manera en la que los medios de comunicación explotan la objetofilia en programas sensacionalistas y dementes, haciendo que aquellos que pueden amar un carro, un puente o un árbol se sientan prevenidos de hablar con periodistas.

"Ellos tienen algunos de los mismos desafíos que otras minorías sexuales, como estrés debido a la falta de aceptación por parte de la familia, los compañeros de trabajo y los médicos", dice la doctora Amy Marsh, una sexóloga que ha estudiado la objectum-sexualidad. Marsh añade que no encuentra vínculo entre la objetofilia y la esquizofrenia o los traumas sexuales, aunque ve cierta predisposición al autismo y el Asperger.

En su ensayo ​"Love Among the Objectum Sexuals", Marsh realizó encuestas y entrevistas con 21 miembros de la OS Internacional, un grupo formado en 2008 para visibilizar a los objectum-sexuales. Un hombre transgénero describió tener una serie de relaciones con sus consolas de sonido, diciendo que amaba "sus filas de diales y faders", y su particular afición a los "volúmetros de cualquier tipo, sean barras gráficas o de balanceo. Amo sus formas, su olor, sus texturas".

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"Mi relación menos exitosa fue con una consola de sonido de una iglesia", continúa contando. "Me echaron de la iglesia por ser OS, porque decían que tenía la consola en mi corazón y no a Jesús".

Otro participante se sentía sexualmente atraído y sostenía relaciones con botones de ojo de pez, aunque detestaba enormemente los otros tipos de botones. "Mis objetos son convenientes y de bajo costo, puedo llevarlos conmigo", dice, añadiendo que lo excita "la sensación en mis dedos y labios. La frialdad contra mi piel. La sensación de poder que tienen para mí. El control que viene de su perfección".

Les Velobici, performace en Bike Smut. Fotografía de Rev Phil.

Los medios a menudo se enganchan con historias como la de las personas que contren matrimonio con almohadas en Japón o el hombre que ha tenido sexo con cerca de ​700 carros en Reino Unido. Cuando la fundadora de OS International, Erika Eiffel, se casó con la Torre Eiffel en 2007, se convirtió en la portavoz más pública de los objectum-sexuales y ha recibido una cantidad predecible de desprecio de aquellos que les parece raro su utilización de la palabra "matrimonio". Después de que Marsh apareció en Good Morning America en 2009, perfilando a Eiffel, se vio invitada a programas dirigidos por cristianos que querían usar el argumento "esta es la pendiente resbaladiza del matrimonio gay" en respuesta a los OS.

Mientras Marsh cree que todavía hay una gran cantidad de investigación científica que se necesita hacer frente a la OS, encuentra una base histórica para este comportamiento en lugares como el mito griego de Pigmalión, un escultor que se enamora de su creación (que tuvo eco en 1987 por la película Maniquí de Andrew McCarthy), o la relación entre Quasimodo y sus campanas en El Jorobado de Notre Dame: "Él las ama, las acaricia, les habla, las entiende".

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Si te calientan las bicicletas, los carros, las motocicletas, puede decirse que te atrae la mecanofilia, que actualmente es ilegal en el Reino Unido. Aquellos que sean encontrados expresando su amor a las máquinas pueden enfrentarse a una persecución y ser apuntados en el registro de delincuentes sexuales. Estas historias a menudo suelen ser recogidas por los tabloides británicos, convirtiéndose en las únicas referencias públicas para personas OS. En 2007, ​un hombre que vivía en un hotel en Reino Unido fue encontrado por una mujer de la limpieza mientras estaba "sosteniendo su bicicleta y moviendo sus caderas adelante y atrás, como para simular el sexo". El hombre fue arrestado y después se lo declaró culpable de "violación de la paz sexualmente agravada al comportarse de una manera desordenada". Fue condenado a tres años de libertad condicional.

​Phil Sano y Courtney Helene Linclau en el Bike Smut Denver. Fotografía por Josiah Hesse.

Al igual que con todas las facetas de la sexualidad humana, Marsh dice que cuando se trata de sexo y objetos inanimados "hay áreas grises en todo el tablero. En un extremo están las personas que utilizan vibradores, luego en el medio está la gente que simplemente tiene fetiches por objetos, y entonces en el otro extremo están las personas que sienten que tienen una relación multifacética con los objetos".

Algunas de las películas proyectadas durante la parada del Bike Smut en Denver, contenían temas relacionados con la objetofilia, pero el evento en su conjunto ofrece una amplia red en el océano de la sexualidad humana. El evento podría ser fácilmente comparado con una proyección moderna de The Rocky Horror Picture Show, con un público que abuchea y se ríe explosivamente de los personajes, aunque siempre con una reverencia cronometrada y amorosa.

"Estoy feliz de que el Festival de Cine Bike Smut arroje una luz sobre aspectos feministas a la cultura, y aliente una acitud positiva hacia lo queer y lo trans", me dijo después del show Donna Matrix, una residente de Denver que ha atendido los eventos de Bike Smut por varios años.

"Algunas de mis primeras experiencias de BDSM involucraban improvisados usos de candados en U y tubos de bicicleta", me dijo. "Definitivamente me excita la apariencia y el olor de la grasa de la bicicleta en mis manos. Y estoy cerca a un orgasmo con la vibración del asiento de mi bicicleta en algunos paseos particulares".

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