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Los científicos del SETI en Berkeley reciben a diario decenas de gigabytes de señales de radio procedentes del telescopio de Arecibo, en Puerto Rico, y del de Green Bank, en Virginia Occidental. Filtrar toda esa cantidad de ruido cósmico en busca del menor indicio de inteligencia es una tarea mastodóntica, incluso contando con la tecnología computacional más puntera. Sin embargo, gracias a la unión de la potencia de procesamiento de miles de ordenadores de todo el mundo conectados en red, abordar esa tarea resulta infinitamente más sencillo, e implica que incluso mientras descansamos podemos estar buscando vida extraterrestre.Actualmente calculamos que entre el 5 y el 10 por ciento de las estrellas poseen al menos un planeta similar a la Tierra en su zona habitable
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