Los drones nos han deslumbrado, despertando nuestra fantasía también en el ámbito laboral. Ser piloto de drones puede molar mucho pero no es la panacea ni un camino de rosas.Este artículo iba a ir en la línea de hazte piloto de drones que es la solución a todos tus males (laborales, los de amor ya si eso otro día). Y es que las cifras de los estudios son apabullantes. El incipiente mercado relacionado con el uso de los drones puede generar oportunidades de negocio por un valor total de más de 127.000 millones de dólares, según el informe Clarity from above, elaborado por PwC. Los sectores que más pueden beneficiarse de la implantación de este tipo de tecnología son los de infraestructuras, agricultura y transporte. También se habla de la cantidad de empleos que van a generar. Vaya que parece que vaya a solucionar todos nuestros males laborales.
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En fin, que es una profesión muy atractiva, no cabe duda, sobre todo para los que sean aficionados al radiocontrol o a la robótica. Es lo típico de hacer de tu hobby una profesión. Pilotar drones como trabajo por el que te paguen unos 1.500 euros al mes y con unas jornadas más reducidas, pues no vas a estar 8 horas pilotando RPAS, que es como se llaman en lenguaje técnico.¿Cómo es que se van a generar tantas oportunidades de negocio en el segmento de las aeronaves pilotadas por control remoto? Porque se están viendo que estos aparatitos pueden ser muy útiles para realizar tediosas tareas como comprobaciones en postes eléctricos, mantenimiento de placas solares,…pero también reducir costes para hacer levantamientos topográficos o servicios de fotografía aérea para los que antes se usaba una avioneta. También propone innovadoras soluciones para el campo o epatantes servicios audiovisuales.Para aprovechar este filón han surgido numerosas escuelas de pilotos de drones en España. No son escuelas cualquiera, tienen ser escuelas ATO, que significa que están acreditadas por la Agencia Estatal de seguridad Aérea (AESA), que es el organismo que regula el espacio aéreo y el vuelo de estas aeronaves hasta los 150 kg. Se trata de un requisito que tiene que cumplir quien quiera hacer volar un dron de forma profesional.
Teoría y práctica
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"Pilotar un dron es sencillo y al mismo tiempo complicado. Hay drones que son muy sencillos de pilotar porque se conectan con muchos satélites, tienen mucho posicionamiento pero es muy complicado a la hora de ser un profesional y hacer buenas tomas de video. Cualquiera que tenga ciertos conocimientos de radiocontrol puede volar un dron de manara más o menos rápida, otra cosa diferente es querer usarlo para tareas profesionales", comenta Jordi Accensi, que estudió recientemente el curso de piloto. Otra de sus compañeras de promoción, Espe León Hidalgo, aficionada a la montaña, y a los drones y tecnología, que aunque tiene otra ocupación laboral, considera que es una apuesta de futuro: "creo que los drones van a experimentar un crecimiento muy grande y quiero estar ahí y dedicarme a ello", sentencia.
¿Y después?
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De hecho en cuanto a las opciones de contratación, Guillot resalta que en su empresa, cuando se contrata a alguien no es a un piloto de drones. "Levantas una piedra y hay 10.000 pilotos de drones desesperados porque se han gastado el dinero en una formación y en un dron. Cada vez le doy menos importancia al hecho de ser pilotos porque entre otras cosas los drones son cada vez más automáticos". Sin embargo, aunque el vuelo del dron sea automático, la normativa dictamina que siempre tiene que haber un piloto disponible para tomar las riendas del aparato en caso de accidente.Así que hoy por hoy ser piloto de drones significa ser autónomo o emprendedor, que ahora está más de moda. Este ha sido el camino elegido por Jordi Accensi, informático y técnico de sonido e imagen. Cerró el negocio anterior y tuvo que plantearse otra fuente de ingresos y decidió optar por algo que siempre le había gustado (sí, también es aficionado al aeromodelismo y radiocontrol). Tras hacer el curso en HEMAV ha tenido que invertir para crear su empresa – Montsia Dron- y convertirse en un operador ATO que ofrece a clientes finales sus drones para trabajos aéreos. Esta opción no es barata: montártelo por tu cuenta de 10.000 a 12.000 euros pues hay que invertir en el dron (el dispositivo, baterías de recambio, las emisoras de control, la cámara, el estabilizador,… ).Además de no ser barata, esta opción es difícil. Para Guillot, esta vía ha de estudiarse con detenimiento y lanzarse a ella si tienen una serie de contactos, se han asegurado un nicho, una facturación…. "Pero si son gente desempleada o que trabaja en otras empresas y que quiere cambiar de rumbo les recomendaría que no se metieran", remarca el director general de Drone Spain. Para él clave es esta: un dron es una herramienta de trabajo y las grandes empresas las van a incluir como tal. "No se trata solo de pensar que hay un nicho de mercado sino de tener conocimientos y tener la capacidad de poder abordar esa oportunidad." En este sentido han surgido algunas iniciativas como Reimagine Drone, una incubadora dedicada a servicios de drones creada por Brinc e Incubio y ubicada en el Canódromo de Barcelona. El programa quiere ayudar a las startups que están buscando apoyo financiero y técnico con el desarrollo de tecnologías disruptivas aprovechando el uso de drones comerciales orientados a realidad virtual, realidad aumentada, experiencias de usuarios de 360º, análisis de datos, topografía y cartografía, sistemas de implementación o transporte y entrega.En este sentido, todo apunta a que no se va a valorar tanto el título de piloto de dron como otros conocimientos que pueda aportar el candidato. "Por ejemplo que tengan conocimientos electrónicos, sean ingenieros electrónicos, porque hay que hacer un mantenimiento a la aeronave. El valor viene de cómo recoges los datos, cómo los analizas y cómo los entregas al cliente. "Si hago tipografía, necesitaré un topógrafo". Este ha sido el caso de Trini, topógrafo de profesión que estudió el curso de piloto de drones con la esperanza de añadir una característica más a su CV y mejorarlo y para encontrar trabajo. "Los RPAS son una herramienta que se está introduciendo bastante en la topografía porque abarata costes para hacer levantamientos topográficos. Donde antes se usaban aviones ahora se pueden usar drones". "Ser piloto de drones no es una profesión de futuro, el dron es un complemento de tecnificación. Pero no es una profesión al uso ni lo va a ser", indica Jaime Guillot. "Posibilidades hay pero dentro de un realismo, no una fantasía".