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Guía del estudiante

Todo los recuerdos que te vas a llevar de la universidad

Deudas, una infección de transmisión sexual y un miedo atroz al mundo real, entre otras cosas.
Lauren O'Neill
London, GB

Si estás a punto de empezar la universidad, lo más probable es que dentro de tres o cuatro años tengas un grado, pero la verdad es que ese trozo de papel que te entrega un señor mayor es lo menos interesante e importante de todo.

Durante los próximos años, vas a acumular muchas cosas: gente, libros, relaciones, al menos un par de diademas brillantes con cuernos de diablo… y todo ello formará parte de un maravilloso viaje en el que vas descubriendo el mundo cual flor que crece al sol (por ejemplo, aprendes cuáles son las bebidas que te hacen vomitar). Igual que en la vida, no se puede saber con exactitud cómo será tu camino, pero, por si no te gustan las sorpresas, aquí tienes una lista de todo aquello con lo que te vas a encontrar en la universidad.

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SEISES Y SIETES

Lo más probable es que saques seises y sietes hasta conseguir un grado “de segunda categoría”. Siempre ha sido así y no lo vas a poder cambiar. Según la estadística, la mayoría de la gente saca estas notas. Puede que tengas la ambición de conseguir un título “de primera categoría”, en el que aparezca tu nombre con letras brillantes y una dedicatoria que diga que eres una persona especial, pero la realidad es que la vas a cagar: vas a salir un miércoles por la noche y te vas a perder la clase del día siguiente, vas a pasar de leer un artículo y vas a ir a la planta de abajo para no perderte una reunión en la que la gente está en mitad de un juego de beber con el FIFA (?), vas a tener que llevar la PS4 de tu amigo a arreglar antes de que vuelva de visitar a sus padres porque a alguien (a ti) se le ha caído el vodka encima, vas a colocarte tanto en nombre de la libertad de la juventud que tu potencial “de primera categoría” se va a ver frenado porque no te apetece dar un palo al agua y la cena romántica ya está en marcha. De todas formas, un seis o un siete tampoco está tan mal.

INFECCIONES DE TRANSMISIÓN SEXUAL

Es evidente que no te vas a pasar todo el día viendo Atlanta en algún sitio web de streaming pirata o haciendo trabajos que te encargaron hace dos semanas para subirlos a última hora (eso representa el 75 por ciento del tiempo). También vas a practicar sexo. La mayoría va a ser una mierda, pero no importa porque vas a aprender mucho sobre ti mismo y la manera en la que te relacionas con los demás: un descubrimiento personal.

Sin embargo, no te embeleses tanto el mundo mágico y misterioso de los polvos en una cama individual con un póster de Las vírgenes suicidas o Kids en el cabecero como para que se te olvide lo más básico. Hazlo con condón, ve al médico de vez en cuando y si tienes una ITS, no seas un capullo y avisa a las personas con las que te has acostado.

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UNOS DIECISIETE LIBROS DE COCINA TITULADOS “RECETAS PARA UNIVERSITARIOS HAMBRIENTOS”

Cuando seas universitario, te garantizo que en todas tus fiestas de cumpleaños y Navidad te van a regalar un libro de recetas con la palabra “estudiante” en el título. Parece ser que la razón está en que los familiares que no te conocen tan bien (tu tíos, por ejemplo, o la gente a la que llamas “tío” o “tía” pero que en realidad son solo amigos de tu madre) creen que has renegado de repente de tu personalidad y te has convertido en estudiante, como concepto universal: una persona que necesita instrucciones hasta para hacerse una tortilla francesa.

No podrás evitar que te acribillen a libros titulados RECETAS FÁCILES PARA ESTUDIANTES y GUÍA DE COCINA PARA ESTUDIANTES, como si la comida para estudiantes fuera un género en sí mismo. Los ojearás educadamente mientras asientes con la cabeza y después los ignorarás y te harás macarrones con tomate dos veces a la semana durante tres años.

recuerdos de la universidad

Foto: Simon Hadley / Alamy Stock Photo

DEUDAS

Justo en este momento, mientras estaba escribiendo esto para ti, me he dado cuenta de que no tengo ni idea de a cuánto asciende mi deuda universitaria.

MUCHOS DISFRACES

Me temo que no hay forma de conseguir pasar por la universidad sin tener que disfrazarte de algo. Siempre te engañarán para que lo termines haciendo y el disfraz que elijas nunca será bueno porque la gracia de los disfraces universitarios es que sean una mierda. Ya sé lo que estás pensando: “Yo no me voy a disfrazar, obviamente, ya soy una persona adulta y esas cosas me la pelan… ¿por qué iba a hacerlo?”, pero después, a las tres semanas, sigues sintiéndote raro en público y vas con la gente a una fiesta romana. Piensa en mí cuando te vistas con una toga hecha con una sábana de Primark atada con unos nudos mal hechos, ¿vale?

CUATRO AMIGOS, VEINTE COLEGAS Y UN CONOCIDO QUE ESTÁ FORRADO DE PASTA

Te va aparecer una locura conocer a cientos de personas cuando estés en la universidad, ya sea en los seminarios, en las clases, en los pasillos o de fiesta, y solo te interesen de verdad cuatro como máximo. Estas personas se van a convertir en una parte fundamental de tu vida diaria, ya que van a ser tus compañeros de piso y, en definitiva, tus mejores amigos. Es probable que encontrarlos sea la razón definitiva para ir a la universidad.

Además, también tendrás colegas de universidad (unos veinte, más o menos), que te siguen en Instagram y a los que darás “me gusta” a sus fotos de vacaciones. Hablarás con ellos cuando te los encuentres por la calle, quedaréis para tomar una cerveza de vez en cuando y te lo pasarás bien. Por otro lado, uno de estos colegas será la persona más rica que jamás habrás conocido. Esa persona a la que sus padres le pagan todo, va a comprar a tiendas caras como si fuera lo más normal del mundo y pasa los veranos en varios países en lugar de estar tirado en el sofá de su madre. Si alguna vez vas a conocer a una persona rica, será en la universidad. Recuerda acabar de buenas con esa persona porque puede que en unos años te invite a su boda de lujo.

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recuerdos de la universidad

Foto por Jake Lewis

MUCHOS CONOCIMIENTOS TEÓRICOS Y NINGUNO PRÁCTICO

“¿Has leído La muerte del autor?” Claro, tío. “¿Y sabes hacer la declaración de la renta? Jajajaja.

CRISIS EXISTENCIALES

Han pasado cuatro años. El sol brilla y te duele la cara de sonreír haciendo cola para entrar a un edificio grande y antiguo. El traje que has alquilado te da calor y pica un poco, pero no te importa porque es un gran día y estás con la gente a la que quieres, que han venido a celebrar contigo tu título. Es tu graduación, estúpido.

Mientras estás en la ceremonia con tus amigos (los de verdad), te inunda un solo pensamiento. Piensas en los últimos años de tu vida y lo bien que te lo has pasado. Es una sensación rara y triste darse cuenta de que esos años han volado. Quizás demasiado rápido. Madre mía, cómo pasa el tiempo. Sin embargo, también es bonito pensar que ahora tienes todo el tiempo del mundo para poder decidir qué quieres hacer con tu vida. Ahora puedes hacer cualquier cosa con tu grado, que te lo has ganado, pero no sabes muy bien el qué. Probablemente pienses en algo después del verano, como hacer unas prácticas de posgrado, ir a Londres o… ¿qué hace la gente que se gradúa? ¿Qué hace la gente en general? ¿Qué hace la gente con su vida? ¿Algo de todo esto tiene sentido?

¡Bienvenido a la universidad!

@hiyalauren