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Música

Lucrecia Dalt, la ingeniera civil que triunfa en la música electrónica

La colombiana estará en el LEV Festival el próximo mes de abril.
Regina de Miguel 

Lucrecia Dalt nació en Pereira (Colombia) en 1980. Estudió Ingeniería Civil y, durante dos años, se dedicó a la geotecnia, pero hoy recorre el mundo para enseñarnos algo que nada tiene que ver con los pozos y las minas pero que, en su caso, resulta igual de profundo e insondable: la creación musical.

Lucrecia ha vivido en Barcelona y ahora reside en Berlín, desde donde ha producido Anticlines, su último disco, que se estrenará la próxima primavera. Y, entre el 26 y el 29 de abril podremos verla en el LEV Festival junto a artistas como Atom TM, Hiroaki Umeda, Zombie Zombie o Michela Pelusio. Con motivo de su paso por el festival, hablamos con ella sobre su último trabajo, sobre cómo se siente cuando tiene que ponerle palabras a la complejidad de su música y sobre lo que podemos esperar de su show en Gijón el próximo mes de abril.

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VICE: Estudiaste ingeniería civil y, durante dos años, ejerciste como tal. ¿De qué te sirvió esa experiencia para tus creaciones musicales? ¿Qué aplicas ahora de lo que aprendiste entonces?
Lucrecia Dalt: He estado veinte metros bajo tierra, donde la lluvia es de aguas freáticas, dentro de una perforación de un metro de diámetro, discutiendo con una persona que lleva picando roca desde muy temprano hasta dónde debería llegar su trabajo. Recuerdos como este ayudan a no perderme en realidades privilegiadas.

Haber estudiado y trabajado como ingeniera civil me permite trabajar con una complejidad conceptual mucho mayor y desde que colaboro con Regina de Miguel he aprendido a integrarla en mi práctica. Por ejemplo, conocimientos de geología los uso como herramientas de construcción de metáforas, recuerdos de teoría sísmica me ayudan a construir imaginarios de afectación telúrica.

Actualmente vives en Berlín. Leí una entrevista en la que decías que "en Berlín tienes que explicar mucho menos lo que haces". ¿Por qué te mudaste allí y qué sientes respecto a la ciudad, que te da que no te den otras?
Primero que nada, citar fuera de contexto es algo que suele llevar a equívocos. Realmente nunca he tenido problemas en justificar mi trabajo. Me mudé a Berlin porque me daba curiosidad trabajar y llevar mi vida en una ciudad con tanta complejidad, densidad y posibilidad. Fue una decisión en principio puramente intuitiva, animada por algunos amigos que ya vivían aquí. Hasta el momento, excepto el desajuste psicoemocional provocado por la falta de luz en invierno, todo me parece estupendo. Berlín me proporciona una buena carga de estímulos profesionales e interpersonales.

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Si tuvieras que explicarle a un extraterrestre quién es Lucrecia Dalt, ¿qué le dirías?
¿Qué se dicen dos aliens el uno al otro? "El otro día fue peculiar porque se reveló como una forma de consciencia, sin cuerpo. Yo intenté preguntarle si podría manifestarse donde y cuando quisiera, pero al hacerlo ya había desaparecido". El alien ha formado parte de nosotros desde siempre. Como el oro, que es extraterrestre.

En los vídeos de tus últimos directos te conviertes más en storyteller que en "cantante", como en algunas de tus canciones. ¿Por qué haces esta elección y cuál es el poder de la palabra en la música, de la prosa, de lo hablado?
Estoy explorando una etapa de fascinación por la voz hablada. Me encanta analizar por ejemplo la modulación inconsciente del habla según el contexto, la proximidad, el acento, etc. El habla sería una especie de canto elaborado y eso la hace mucho más interesante para mí en este momento.

¿Cuál es tu relación con las máquinas, que comienzan a verse como una amenaza al trabajo y al empleo en el futuro (la mecanización) y que tú, sin embargo, empleas para crear arte?
Sinceramente dudo que en el futuro toda la producción artística sea hecha por inteligencia artificial. Respecto al presente, con mis máquinas tengo una relación casi simbiótica, no sólo a nivel físico, de contacto, sino también a nivel productivo. Para mí, pensar en sonido es pensar en los procesos internos de mis máquinas y en cómo puedo intervenirlos para conseguir aquello que intuyo o imagino.

¿Qué nos vamos a encontrar en tu directo en el LEV y qué esperas tú encontrar en Gijón?
El directo en el LEV será muy probablemente una conferencia alienada y botánica. En Gijón espero encontrarme aquel maravilloso pastel de atún que probé un día, comer por fin oricios, saludar a los Fase, conocer a las Casi…

¿Dónde te mola más tocar? En salas, en festivales, en museos… ¿Cómo adaptas tus directos al espacio en el que se inscriben?
Todo depende. Cada espacio es una oportunidad única de recontextualizar mi trabajo, de darle más matices, añadir gestualidad y liberarlo del confinamiento doméstico. En general prefiero tocar en espacios cerrados porque es donde siento que puedo controlar mejor los ya de por si resonantes parámetros de mi banco de trabajo.

Regalamos dos abonos dobles para el LEV Festival de este año, solo tienes que responder a la siguiente pregunta, ¿cómo te imaginas el visual perfecto?. Lee las bases legales y rellena el formulario para participar.