La pistola a la que nadie hace caso en las masacres estadounidenses se llama Glock

Síguenos en Facebook para saber qué pasa en el mundo.

Omar Mateen irrumpió en la discoteca Pulse de Orlando en la madrugada del pasado 12 de junio y abrió fuego a discreción contra la multitud. Mató a 49 personas e hirió a otras 53. Iba provisto de una pistola y de un rifle semiautomático. Sin embargo, tras la masacre y después de un intenso rastreo, las fuerzas de seguridad estadounidenses solo lograron recuperar una de las dos armas.

La mayoría de informaciones publicadas hasta ahora han incidido en que Mateen iba armado con un rifle semiautomático del calibre 223, un Sig Sauer MCX, un modelo inspirado en el rifle de ataque AR-15.

El hecho de que armas similares hayan sido empleadas durante algunas de las últimas matanzas registradas en Estados Unidos — como en la mascare de la escuela de Sandy Hook, en Connecticut de 2012; la matanza registrada durante el mismo año en unos cines de Aurora, en Colorado; y en el atentado perpetrado en la localidad californiana de San Bernardino el año pasado — han vuelto a avivar el debate sobre la prohibición de las armas de asalto, y han espoleado la publicación de muchas informaciones que denuncian lo fácil que es hacerse con un rifle automático AR-15 en el estado de Florida.

Claro que lo cierto es que Mateen también llevaba consigo un revólver Glock, una marca de arma de fuego que también se ha visto involucrada en casi tantas mascares como el rifle semiautomático.

Los legisladores de Connecticut elaboraron hace unos meses una lista de asesinatos en masa registrados en Estados Unidos entre abril de 1999 y enero de 2013. Según el listado, los rifles habrían sido empleados en 10 tiroteos, las escopetas recortadas habrían sido utilizadas en otros 10 episodios, mientras que las pistolas semiautomáticas, como la Glock, habrían sido empleadas en 42 refriegas más. Y de esos más de cuarenta incidentes, 9 habrían sido orquestados con pistolas de la marca Glock.

En otro compendio de tiroteos masivos elaborado por el periódico The New York Times con un listado de episodios sucedidos a partir de 2009, se informaba que las pistolas habrían sido empleadas en 13 incidentes, en comparación con los 5 en los que el rifle habría sido el arma principal. Seis de los trece perpetradores habrían sido incriminados por posesión de una pistola Glock.

Mateen, que había trabajado durante 9 años para la firma especializada en seguridad G4S, se sirvió para su matanza de una Glock 17, un modelo que es habitualmente empleado por personal militar, agentes de policía y por miembros de empresas de seguridad privada. Así lo afirma David VanDriel cofundador de la empresa de armamento radicada en Miami Direct Action Industries, una compañía que suministra entrenamiento especializado en cuestiones de defensa tanto a miembros de las fuerzas del orden como a civiles. Según relata VanDriel las Glock son armas que se venden por su durabilidad, la seguridad de sus prestaciones y por su efectividad.

"La Glock 17 es un arma casi infalible", cuenta VanDriel. "No requiere demasiado mantenimiento".

Suleiman Yousef, un guarda de seguridad, instructor de armas de fuego y garante de fianzas de Miami, relata a VICE News que la Glock 17 es una de las pistolas que mayor vende el fabricante austríaco de armas semiautomáticas. Se trata de un modelo asequible — acostumbra a venderse por 500 dólares —, y emplea proyectiles de 9 milímetros, un tipo de munición que se produce a gran escala.

"Normalmente, en cualquier país del mundo en el que te encuentres deberías de poder encontrar tanto pistolas Glock como partes de las mismas", cuenta Yousef. "En julio viajo por trabajo a México y a Brasil. Y en ambos destinos me espera una Glock".

Las pistolas Glock fueron diseñadas originalmente para el ejército austríaco tras la Segunda Guerra Mundial por el fundador de la compañía, Gaston Glock. A mitad de la década de los 80 la Glock 17 empezó a emplearse en las fuerzas de seguridad de Estados Unidos. Sucedió después de que se registraran varios incidentes en los que los policías habían sido desbordados por la calidad de las armas de fuego de los criminales a los que perseguían.

Uno de los episodios que desencadenó el cambio se produjo en Miami en 1986, durante un tiroteo en el que se vieron implicados varios agentes del FBI y los asaltantes de un banco que iban provistos de armamento pesado. Aquel tiroteo terminó con la muerte de 2 agentes de los servicios estadounidenses. Hoy Glock se reivindica como un productor de "pistolas para cualquier hombre o mujer y para cualquier posible fin, para cada mano imaginable y en cada tamaño concebible", tal y como se afirma en un vídeo promocional de la compañía.

La primera masacre de la que se tiene registro en la que se habrían empleado revólveres de la marca Glock fecha de 1991, cuando un marino mercante desempleado, George Jo Hennard, atravesó con su furgoneta el escaparate de la cafetería Luby, en Kileen, Texas. Hennard salió de su vehículo tras embestir la cristalera, desenfundó sendas pistolas, entre ellas una Glock 17 y abrió fuego indiscriminado contra el público que se encontraba en el recinto en aquel momento. Hennard mató a 24 personas e hirió a otras 27.

En los últimos 9 años, las Glock han sido empleadas en, al menos, cinco matanzas. En 2007, Seung-Hui Chi, un estudiante estadounidense de último año de la universidad tecnológica de Virginia se sirvió de una Glock 19 y de una Walther P22 para asesinar a 32 personas y herir a otras 17 en sendos atentados coordinados perpetrados en el campus de la universidad.

La Glock 19 es una pistola aún más pequeña, que resulta fácil de ocultar. Tres años después de la masacre de Virginia, Jared Lee Loughner utilizó idéntica arma, una Glock 19, para disparar contra 20 personas en Arizona. En aquel atentado murieron 6 personas, entre quienes se contaba una niña de 6 años, y también resultó herida de gravedad la política estadounidense Gabrielle Giffords.

En 2013, Pedro Vargas la emprendió a tiros en el interior del complejo de apartamentos en el que residía en Hialeha, Florida, armado con una Glock 17. Vargas mató a 6 personas y retuvo a dos vecinos como rehenes durante 8 horas, momento en que miembros de las SWAT (las fuerzas especiales de asalto de la policía estadounidense) irrumpieron en el edificio y le abatieron fatalmente.

Hace poco más de un año, el pasado 17 de junio, el adolescente estadounidense Dylann Roof asesinó a nueve personas con ayuda de una Glock del calibre 45 en una legendaria iglesia afroamericana de Charleston, en Carolina del Sur. Dos meses después, Vester Lee Flanagan II asesinó en directo a una reportera televisiva y a su camarógrafo en Viriginia con una Glock 19 mientras ambos se encontraban retransmitiendo en directo para la televisión local.

A tenor de todo este escabroso historial, VanDriel considera que a día de hoy no importa demasiado si el asesino en serie comete sus masacres con una pistola, con un rifle de asalto o con una escopeta recortada. "Puedes perpetrar auténticas masacres utilizando cualquiera de las tres", razona. "Yo supongo que Mateen había aprendido sobradamente a disparar con las armas con las que irrumpió en la discoteca Pulse de Orlando".

Mateen había adquirido el rifle de asalto Sig Saue en una tienda de armas cercana a su casa, en el la localidad de St Lucie, en Florida, el pasado 4 de junio. Al día siguiente regresó al mismo establecimiento para comprar la Glock. Mateen regresó a la misma tienda el 9 de junio para comprar munición para ambas armas.

El asesino no tuvo ningún problema para completar las tres transacciones, por mucho que su nombre estuviera contemplado en sendos listados federales de vigilancia sobre presuntos sospechosos de terrorismo. Este lunes, el senado estadounidense ha firmado una ley para prohibir la venta de armas a las personas incluidas en esos listados, además de nuevas regulaciones sobre el control de armas.

VanDriel espera que la masacre de Orlando provoque un nuevo dramático incremento de la compra de armas de fuego fáciles de ocultar en el estado de Florida. El último recuento de armas elaborado en el estado del sur de Estados Unidos revelaba que solo allí hay expedidos 1'6 millones de permisos de armas.

Pero si bien VanDriel está completamente a favor de que todo ciudadano tenga derecho a disponer de su propio arma por cuestiones de defensa personal, también considera que la mayoría de compradores de armas del millonario mercado estadounidense no está preparada para emplearlas en situaciones de vida o muerte. Y ni siquiera los ejercicios de tiro al blanco logran disminuir la estadística.

"El mayor error de la gente es que arrancan con el entrenamiento para utilizar armas de fuego y que luego lo abandonan", relata. "Es necesario entrenarse en un ambiente de presión para asegurarte de que cuando llegue el momento decisivo no cometerás ningún error".

Sigue a Francisco Alvarado en Twitter: @thefrankness

Sigue a VICE News En Español en Twitter: @VICENewsEs

Mira el dispatch de VICE News Después de

Orlando: