"Con Radiohead perdí casi 300 mil pesos": Oso de la Guerrero, el revendedor más famoso de la CDMX
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"Con Radiohead perdí casi 300 mil pesos": Oso de la Guerrero, el revendedor más famoso de la CDMX

"Yo ya no sé de música de chamacos. Me acuerdo cuando vino el tal Justin Bieber, ¿yo qué carajos iba a andar haciendo ahí?"

El Oso, un hombre corpulento y con la mirada perdida entre los automóviles de la avenida, me espera sentado a la sombra de un árbol. Estamos a unos pasos del metro El Rosario, en la delegación Azcapotzalco, en la Ciudad de México, y el calor arrecia.

Me saluda y me estrecha las manos. Lo primero que noto es que uno de sus ojos se encuentra apagado. Con un solo ojo útil y una voz rasposa y apenas audible, este hombre de más de 60 años se las arregla para seguir chambeando en los eventos más importantes de la Ciudad de México. Es el revendedor de boletos más famoso de la ciudad.

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A la sombra de un techo de lámina, platico con Marco Antonio González, como ya pocos recuerdan que se llama.

VICE: Primero lo primero, ¿de dónde viene este apodo, quién te bautizó como El Oso de la Guerrero?
Oso de la Guerrero: Cuando nací estaba muy grandote, gordote y muy velludo. Una tía, que en paz descanse, me puso El Oso. Así siempre me conocieron en mi casa. Desde chavo fui muy borracho y por eso fui a parar a la Escuela de Orientación para Varones de Tlalpan, a la que vulgarmente le dicen "La correccional". Ahí me apodaron El Oso de la Guerrero porque te ponían como apellido el nombre de tu barrio. "Fulano de Tal de Tepito", por ejemplo.

¿Cómo iniciaste en la reventa de boletos?
Empecé de muy chamaco, todavía era niño. En aquél entonces había promociones en las que comprabas artículos como jabones o leche y te daban cupones, y esos te los canjeaban por boletos en las taquillas. Iba al Palacio Chino, allá en el Centro, y los cambiaba. A la gente que estaba formada, para evitarles las filas, se los vendía al precio. Más adelante ya los compraba, pero aprovechaba que siempre se hacía fila en las taquillas y les decía a las personas “no te formes, tengo boletos, yo te vendo”, y ahí sí los venía un poco más caros, para ganarles algo.

Ya me contaste cómo le hacías en aquél entonces para conseguirlos. ¿Cómo le haces ahora?
Pues hay dos maneras: la primera es ir a formarme. Cuando son eventos de mucha demanda, de plano hay que acampar, me voy a dormir a la taquilla. Como está el límite de ocho boletos por persona, me llevo a mi esposa y ahí estamos los dos. Si no dormimos ahí, llegamos muy temprano, de madrugada, y ya con eso la armamos. Luego, cuando sé que son eventos que son importantes y que el boleto se va a vender bien, voy y le digo a alguna vecina que nos ayude. Tristemente en las casas mexicanas nunca sobra el dinero, entonces la señora se lleva su buena comisión por ir y formarse con nosotros y así ya tiene dinero para completar lo del gasto.

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¿El límite de boletos siempre es el mismo?
Por lo general sí. A veces, cuando el evento es muy demandado, sólo dejan comprar seis por persona y entonces le digo a algún amigo. En el futbol, por ejemplo, el límite de boletos que puedes comprar por persona es de cinco.

¿Cuál fue el primer evento para el que revendiste?
Fue el Holiday On Ice, en la Arena México. Mi mamá nos llevaba a esos shows cuando éramos chiquitos, también al Circo Atayde. También me llevaban a la ópera pero no me gustaba, ¡me aburría mucho! Quién iba a decir que años después, mi primera reventa de un espectáculo sería precisamente para el show del Holiday On Ice, en la Colonia Doctores.

No te gusta la ópera, ¿qué música prefieres?
¡Yo soy 100 por ciento rockanrolero! Me acuerdo que de chavo iba las tardeadas que se hacían en las vecindades en La Guerrero o en Tepito. No eran tardeadas de sonideros como las de ahora, era puro rock. Por eso le agarré cariño al género.

¿Prefieres revender en eventos de rock?
¡Sí! Me acuerdo de cuando fui a ver a Rod Stewart en Querétaro. También me fui a ver a Bon Jovi , pero no me gustó. Uno que siempre voy a recordar es cuando vi a Queen en Puebla. Esta última vez que vinieron los Rolling Stones, el lunes los vi hasta abajo en general, y el jueves también los vi, pero ya sentado, desde las gradas. Los años no pasan en balde.

¡Entonces te la has rolado por todo el país!
Así es, más que oso, me gusta andar de pata de perro. En este país son dos personas las que viajan más: los que tienen más lana y no se preocupan por eso, o los que somos muy pobres y como no tenemos nada qué perder, nos vamos a cualquier lado con unos pesos y la bendición de Dios. Yo soy un pobre que le ha jugado al millonario.

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¿Qué haces con los boletos que te sobran? ¿Entras a los conciertos?
Aunque me gusta mucho ir a conciertos con los boletos que me quedan, ya cada vez es más caro ir. ¡Una pinche cerveza a más de 100 pesos! Cuando yo era joven dábamos portazo y metíamos el mochilón cargado de chelas. Ahora para entrar a un concierto te esculcan más que si fueras a un reclusorio. Y mira que sé de lo que hablo, porque voy seguido a los reclus a visitar a la banda.

Hablando de justicia, ¿te consideras delincuente?
No. A ver, cuando vas al súper, ¿le pagas al dueño de la vaca por la leche? Por supuesto que no. Ahí ya habido una cadena de reventa, que termina hasta que tú, como consumidor, la compras. Eso pasa con todo: con los coches, la fruta, todo. Lo que yo hago es lo mismo que hace un supermercado, que es facilitarte el producto. Ahora hay algo que sí es delito, que es vender boletos falsos. Yo mismo he sido víctima de eso. Por eso cuando llegan boletos falsos a mis manos, los rompo y no contribuyo con eso. Y ni modo: es dinero que yo pierdo, porque yo confío en la gente cuando me vende.

¿Qué dice tu familia de que te dediques a esto?
Mi mamá cuando me sacó de la correccional la primera vez que me llevaron por revender, me ofreció quedarme con un local en un mercado. Pero me sentía encarcelado, sólo era salirme de una cárcel para entrar a otra. A mí me gusta ser libre y de este oficio le he dado sustento y una carrera a mis dos hijas.

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¿Se gana bien?
Esto es una ruleta rusa. Como puedes ganar mucho, como puedes perderlo todo. Una vez en un evento en Toluca perdí aproximadamente 300 mil pesos. Lo mismo me pasó con Radiohead en el Foro Sol, más o menos la misma cantidad. ¿De dónde va a tener uno para perder todo ese dinero?

Si quisieras retirarte, ¿podrías hacerlo?
No, no tengo de qué vivir. Ahí voy a seguir hasta que el cuerpo aguante.

No pude evitar notar que ves con un solo ojo, ¿te dificulta el trabajo?
Claro que me lo dificulta. Y mira, eso me pasó por borracho. Una vez unos asaltantes me agarraron en la calle y como me puse loco, además de quitarme la chamarra, me quitaron también un ojo. Ha sido la borrachera más cara de toda mi vida. A eso súmale que cada vez hay más revendedores, ya no es lo mismo que antes.

¿Y a tu voz qué le pasó?
Viví un tiempo detrás de una fábrica de sosa cáustica en Ecatepec. El polvo que usaban en esa fábrica me empezó a dar molestias y al poco tiempo la voz me quedó así.

Con tantas limitaciones, ¿cómo le haces para enterarte de las tendencias y estar siempre al pie del cañón en los eventos?
Tampoco voy a todos, ya no puedo. Pero mucha gente me avisa a través de mi Twitter que va a venir tal artista. Yo ya no sé de música de chamacos. Me acuerdo cuando vino el tal Justin Bieber, ¡¿yo qué carajos iba a andar haciendo ahí?! Pero me avisaron. Lo mismo con One Direction, ¿yo qué voy a andar escuchando esas cosas? Pero para eso me avisan los que me siguen en mis redes y además también tengo tarjetas, mira: hay un modelo para los hombres y otro para las damas. Las de las damas está más tierna.

Mientras me muestra las tarjetas de presentación, su perro, El Loco, se le acerca para hacerle cariños y lamerle las manos. Cae la tarde aquí en Azcapotzalco y la figura bamboleante de este revendedor legendario atraviesa las calles. La gente lo saluda como si fuera un rockstar y él no se muestra sorprendido: se sabe famoso y no le causa problemas. Se ha adaptado bien a este barrio, pero nunca olvida de dónde viene. Puedes sacar al Oso de la Guerrero, pero nunca podrás sacar a la Guerrero del Oso.

@PaveloRockstar