FYI.

This story is over 5 years old.

Identidad

Estas estudiantes quieren mejorar las barreras de látex para comer coños

Comerte unos genitales envueltos en látex no es muy agradable. Pero estas estudiantes de odontología quieren hacerte la vida más fácil.

¿Cuándo fue la última vez que usaste una barrera bucal de látex para comer un coño o un ano?

Si tu respuesta es, "¿De qué me estás hablando?", tranquila, no estás sola. Al menos entre mis amigas, las respuestas a esta pregunta iban desde "Ah, ¿todavía existe eso?" hasta "¡No sé de qué me estás hablando!".

Una barrera dental o bucal es una lámina de látex, a veces con sabor, que se pone en los genitales de tu pareja para poder lamerlos. Si no sueles hacer muchos cunnilingus o besos negros, probablemente no tengas que usarla, pero incluso aquellas personas que sí los practican a menudo muestran muy poco entusiasmo ante la idea.

Publicidad

Te puede interesar: ¿Qué pasa cuando las lesbianas van al ginecólogo?

"Mi exnovia y yo probamos una vez las barreras por diversión, pero poner una trozo de látex sobre las partes de tu pareja es sin duda una cortada de rollo", explica Susie. "Había leído que podías absorber y formar burbujas bajo el látex y en cierto modo la sensación era agradable, pero más que para algo erótico nos sirvió para echar unas risas. No la volvimos a usar".

Otras se mostraron más vehementes. "¡Me repelen totalmente!", confiesa Gryph. "Normalmente me considero una persona que practica el sexo de forma segura, pero las barreras bucales de látex no me gustan. Los condones y los guantes pueden ser divertidos… Pero, ¿una trozo de látex que parece sacado de la basura de una unidad de quemados? No".

Esta actitud no es ninguna sorpresa para Anisha Gupta, estudiante de cuarto curso de odontología en el King's College de Londres. Inspiradas por la obra del artista y dentista taiwanés Kuang-Yi Ku, que creó un aparato de ortodoncia que incrementa el placer durante las felaciones, ella y su compañera de clase Carly Billing decidieron diseñar una versión mejorada y más sexy de la barrera bucal de látex.

"El principal problema es que son engorrosas y poco intuitivas", me explicó. "Mucha gente no las encuentra sexis, ya sea por el sabor a goma o por la textura y además porque tienes que sujetarla para que no se mueva, de modo que no tienes las manos libres. Perder el tiempo con tonterías puede hacer que pierdas la concentración en la cama".

Publicidad

Lila es prostituta y utiliza estas barreras para hacer besos negros a sus clientes ("porque no confío en que se hayan lavado correctamente"), pero las encuentra complicadas de usar. "Si no presto suficiente atención al presionarla acabo restregando toda la cara en el culo del cliente", se queja.

Gupta y Billing trataron de diseñar una barrera bucal que pudiera llevarse como una mascarilla facial ―eliminando la necesidad de sostenerla en su lugar―, combinando al mismo tiempo texturas y materiales que incrementaran el placer.

"Queríamos que fueran bonitas. Añadiendo cosas como encaje y volantes, y combinando el rosa con el negro, no son muy diferentes a la lencería", afirma Gupta. "También tratamos de que fueran placenteras además de funcionales, así que para el diseño final incorporamos una goma texturizada. ¡En realidad es un trozo cortado de un gorro de baño rosa que tenía un diseño de burbujitas!".

Los diseños son solo conceptos y todavía no se pueden utilizar. El siguiente paso, según explica Gupta, sería crear prototipos para someter a prueba su funcionalidad y su seguridad. Entonces podrían pasar a mirar diseños y texturas y empezar a comercializar las barreras bucales. Pero, ¿quién las comprará? Aparte del factor de la repulsión que despiertan, las barreras bucales no se encuentran tan fácilmente en las farmacias y en las clínicas de salud sexual no siempre las ofrecen.

Diseño de un prototipo.

Lila afirma que nunca nadie le ha recomendado que use estas barreras. "Nunca las uso fuera del trabajo y no creo que jamás me hayan ofrecido una en una clínica de medicina genitourinaria".

Publicidad

"Las barreras bucales de látex sí que se veían más cuando era más joven", recuerda una de mis amigas. "Solían regalarlas en los Desfiles del Orgullo, pero no conozco a nadie que haya usado una. Ni siquiera he oído a nadie hablar de ellas desde hace por lo menos diez años".

El riesgo de contraer VIH a través del sexo oral es muy bajo, pero otras ETS como las verrugas genitales, el herpes y el VPH (virus del papiloma humano) sí pueden transmitirse con esta práctica. El año pasado, un estudio publicado en la revista médica JAMA Oncology (Oncología del Diario de la Asociación Médica Norteamericana) demostró que la presencia de determinado tipo de VPH en la boca hace 22 veces más probable el desarrollo de cáncer bucofaríngeo, siendo el sexo oral (especialmente el cunnilingus) la causa principal de transmisión. Y en 2013, una investigación publicada en el Journal of Clinical Oncology (Diario de oncología clínica) vinculaba un tercio de los casos de cáncer de cabeza y cuello con el VPH.

"Como dentistas, ofrecemos consejo sobre comportamientos relacionados con la boca como la ingesta de alcohol o el tabaquismo", afirma Gupta. "Pero el VPH está superando a estos como principal factor de riesgo para desarrollar cáncer de garganta. Todo el mundo debería estar informado".

El interés de Gupta también procede de que es una mujer bisexual que trabaja en un sistema sanitario que a menudo ignora a las mujeres que mantienen relaciones sexuales con otras mujeres. "Gran parte de los consejos sobre salud sexual se orientan hacia las parejas heterosexuales y los consejos para LGBT que existen tienden a centrarse en los hombres gais", afirma. "El hecho de añadir detalles más femeninos [al prototipo] como el encaje fue un intento deliberado de abordar esa cuestión".

Publicidad

La enfermera de salud sexual Emma Fletcher forma parte del equipo clínico en el servicio de salud sexual online SH:24 y ha trabajado en clínicas de salud sexual de todo Londres. Admite que los consejos suelen dirigirse al sexo con penetración. "El riesgo de transmisión de ETS a través del sexo oral es inferior al del sexo con penetración, pero yo siempre reitero que riesgo bajo no significa ningún riesgo", explica. "Suelo hablar sobre las barreras bucales de látex con personas que me informan de que el cunnilingus y el beso negro forman parte de su actividad sexual".

Gupta reconoce que la mayoría de la gente no considera que el sexo oral suponga suficiente riesgo como para molestarse en usar protección, pero espera que el rediseñar las barreras bucales anime a la gente a usarlas. "Lo ideal sería que fuera un dispositivo médico registrado, porque como profesionales de la salud para nosotras es muy importante", afirma. "Pero quizá la mejor manera de conseguir que la gente la use sea comercializándola como un juguete sexual".

¿Tentada? "Creo que hacerlas monas, coloridas y con diseños diferentes sería una idea maravillosa", afirma Lila. "Yo creo que la textura es lo que más necesita cambiar. ¿Quizá podrían hacerlas con un sobrecito de lubricante para imitar la humedad de una lengua?".

Gryph también se muestra entusiasmada y añade: "¿Podemos por favor inventar un nombre nuevo para ellas? Barrera bucal es horripilante. ¿Qué tal 'máscara coñil'?".