la pesadilla immobiliaria

La pesadilla inmobiliaria del mes: Vive en la mente de un loco por 975 euros al mes

El piso es pequeño pero tiene una zona compartida que parece un "resort" nudista de los setenta.
Pesadilla Inmobiliaria
Todas las imágenes vía Idealista

'La pesadilla inmobiliaria del mes' es una sección en la que denunciamos los abusos más flagrantes y los pisos más sorprendentes del mercado inmobiliario en España. Si te has topado con algún palacio similar, escríbenos a esredaccion@vice.com .

¿Qué es?: Parece un apartamento de 35 m2 estilo “loft” con salón-comedor-cocina-dormitorio y un baño. Hay una espacio comunitario con jardín, zona “chill out”, barra de bar, barbacoa, piscina con jacuzzi y un montón de monumentos y estructuras extrañas, incluso demenciales. Digo que “parece” porque si lo miramos desde la distancia, es claramente como si alguien te estuviera ofreciendo vivir en la mente de un loco.
¿Dónde está?: Horta es un barrio entrañable que corona la ciudad de Barcelona. Está situado en la parte nordeste de la ciudad, bien lejos del centro y del infierno turístico que allí se vive. Poca gente de la ciudad va a pasear por Horta y poca gente de Horta va a pasear por la ciudad, es como el poblado ese de los Ewoks en El retorno del Jedi, una pequeña civilización independiente tierna y solidaria que vive al margen del progreso demencial de las culturas que la rodean.
¿Qué se puede hacer por ahí?: Por esa zona aún quedan bodegas y bares que no han sucumbido a la estética y moral de la internacionalización de lo hipster por lo que te puedes pegar un buen vermut con unas anchoas de puta madre a un precio decente. Y bueno, como en cualquier otro barrio de Barcelona, también puedes perder tu trabajo, vivir en cajeros y vivir a base de paquetes de Corn Flakes de marca blanca.
¿Cuánto cuesta?: El paraíso de la locura cuesta 975 euros al mes, cosa que no está nada mal por experimentar lo que se cuece dentro de la mente de alguien como Lex Luthor, el Joker o Manuel Valls.

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Bien, el piso en sí no tiene casi nada de raro. Es la típica mierda pequeñísima y carísima que encontraremos en cualquier otra parte de Barcelona: un estudio de un solo espacio en el que conviven el comedor, la cocina y el dormitorio.

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La inmobiliaria ha considerado que poner encima de la mesa una botella de vino medio llena acompañada de dos vasos de vino dulce dotará a la vivienda de un aura elegante y sofisticada que terminará de convencer a un posible cliente indeciso. Hasta aquí todo bien, todo clásicos.

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Lo que empieza a ser un poco raro es el baño. Si bien es pequeño, tiene un detalle que lo aleja de la mayoría de baños que encontramos en los pisos de mierda de Barcelona. ¿Es coherente que en un cuartucho feo y pequeño como este haya un baño enano con una ducha ultratecnológica con hidromasaje y Dios sabe cuántas funciones más? Aquí existe una desproporción salvaje, un sentido del equilibrio y la estética completamente roto. Es como ver por la calle a una persona andando con un gorrito posado en la cabeza extremadamente pequeño, de dos centímetros de diámetro. Raro, ¿verdad? Pues ese señor es este piso y ese gorro es esta ducha. Y este es el elemento que nos está avisando de que aquí está pasando algo raro y, echando un vistazo a la “zona comunitaria”, confirmaremos nuestras sospechas.

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Esta zona compartida que parece un bungalow abierto no sé si es la “zona chill”, pero tiene toda la pinta, aunque de “chill” no tiene nada porque parece más bien la sala de espera de la consulta de un dentista o la posada de Minnie en Los odiosos ocho, o sea, nada bueno puede salir de aquí.

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Luego está esta barra de aquí, cosa que parece indicar que este sitio era o es un bar privado donde gente selecta de Horta se reúne para festejar. Una especie de club privado para las élites pero en un barrio humilde, la respuesta popular a los clubes VIP de la zona alta de la ciudad. Aunque lo más probable es que todo esto sea como la sede de una organización extraña, incluso de una secta. Catad esto.

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En primer plano tenemos unos bancos con una mesa en medio pero, ¿qué coño es eso del fondo? ¿Qué diablos es esa cúpula? Miradla bien.

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¿Y este puto suelo? ¿Qué clase de persona ha diseñado toda esta barbarie? Es como si un chiflado hubiera construido un espacio donde desarrollar las actividades de su propia secta, un entorno donde poder hacer viajes astrales y mierdas, no sé, esta cúpula podría ser un “catalizador de energías” o “el fuego supremo de Kardin”, siendo Kardin la entidad a la que hay que venerar y que, evidentemente, está representada en la tierra por el chiflado que ha orquestado todo esto: Kardino.

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Los Kardinistas se reúnen alrededor de este obelisco de la derecha donde hacen el ritual iniciático para los nuevos inquilinos. Es que no puede ser otra cosa, ¿qué coño son todas estructuras pseudoespirituales? ¿Qué clase de magnate de Herbalife ha diseñado esto? Es la conjunción perfecta entre la locura neoliberal y la espiritualidad de Carrefour, y me atrevería a decir que hay una enorme cantidad de sexo en todo esto, porque parece el escenario ideal para organizar orgías bien jodidas entre hombres de 50 años y chavalas de 23.

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¿Qué coño es esto? Supongo que a través de esta claraboya se puede ver a Kardino follando con algunos elegidos. ¿Puede hacerse algo aún más hortera? Por supuesto.

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Contemplad la piscina comunitaria, equipada con columpios, cuerdas y mierdas para hacer todo tipo de entrañas actividades. No sé, este resort en medio de Barcelona parece maravilloso pero todo apunta a que algo muy demente está sucediendo aquí dentro, en esta especie de cápsula del tiempo atrapada en el boom de las comunidades turísticas nudistas europeas con coartada new age que aparecieron en los setenta.

Esta comuna es el resultado de la mente de un loco, es más, es exactamente la mente de un loco. Todas estas estancias, “zonas chill” y estructuras arquitectónicas decorativas son los pliegues de un cerebro desquiciado, la cueva mental repleta de dudas, delirios y sueños imposibles de un ser que no estaba preparado para vivir en el planeta Tierra.