Música

Hablamos con The Urinals (ese grupo punk olvidado de los ochenta)

Un caluroso día, en una pequeña tienda de discos de Oakland que carecía de ventilación, The Urinals (ese grupo punk olvidado de los ochenta, también conocidos como 100 Flowers o Chairs of Perception), contemplaban el heterogéneo público que tenían enfrente. Punks viejos y cansados adornados con flácidos tatuajes de temática punk estaban de pie comportándose educadamente en medio de un concierto organizado para celebrar el primer aniversario de la tienda Stranded Records. Un grupo de punks adolescentes que crecieron escuchando a Blink-182 se abrían camino hacia el escenario, esperando ansiosamente a que el concierto empezara; estaban preparados para hacer slam y empujar a la gente de su alrededor hacia los amplis y cajas de discos. Pese a que Stranded es el sitio perfecto para mostrar respeto hacia el viejo punk, también es unos de los pocos locales que reivindican esta escena y que apuestan por vender viniles y organizar conciertos.

The Urinals viajaron desde Los Ángeles para hacer acto de presencia y compartir una alma máter. Yo sólo los había escuchado indirectamente a través de las varias versiones que se han hecho de sus temas, ya sean de The Minutemen, Yo La Tengo, Butthole Surfers o No Age. Esto resulta francamente impresionante si tenemos en cuenta que The Urinals solamente sacaron tres EP’s. A partir de ellos se puede hacer un trabajo de investigación perfecto para analizar la degenerativa influencia del auténtico punk rock. Hablé con la formación original de The Urinals, que consiste en John Talley-Jones, Kevin Barrett y Kjehl Johansen, antes de que subieran al estrecho y casi inexistente escenario.

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El primer 7″ que editaron The Urinals.

VICE: Empezaron el grupo en la Universidad de California [UCLA] como una broma. ¿Cómo evolucionó la cosa?
John: Bueno, creo que después del primer concierto nos dimos cuenta de que estaba pasando algo que no habíamos anticipado y que nos llevó por ese camino de rosas que es, uh, la música.

¿Eran parte de la escena punk?
John: Al principio no formábamos parte de esa escena. La UCLA era un remanso de cultura pop.

Y aún lo sigue siendo. ¿Cuál fue el punto de ruptura?
John: [Risas] Sabíamos que algo estaba pasando en Hollywood pero para nosotros era difícil llegar ahí y ver qué estaba sucediendo. Solamente rompimos con la burbuja de UCLA cuando Vitus Mataré de The Last nos vio tocar en nuestro primer concierto como trío, en la fiesta de Halloween en Dykstra, y nos dijo “hey, quiero grabarlos”, y pensamos “estás loco, pero bien, hagámoslo” y nos presentó al resto de grupos.

Kevin: Todos esos grupos como Black Flag y Circle Jerks eran fans de The Last, así que nos convertimos en el “¿The Last piensan que son chidos? Pues entonces es que son chidos”. Me acuerdo que Keith Morris de Circle Jerks me vio por la calle Sunset yendo a un concierto y vino y me dijo “¿Qué van a hacer este viernes? ¿Quieren tocar?” Y el tipo ya tenía flyers con nuestro nombre puesto, y me dijo “Sabía que no tendrían planes para este viernes.” [Risas]

¿Cuál fue su trayectoria una vez empezaron a tocar en directo y a sacar esos 7″?
Kevin: La escena, sin ningún tipo de duda, estaba empezando a solidificarse alrededor de un tipo de sonido y de actitud concreta. Nosotros tocábamos pero la banda nos odiaba. Hicimos un concierto en The Fleetwood donde nos gritaban “¡Apestan! ¡Apestan!”, y tuvimos que largarnos.

John: Llevabas ropa de tenista.

Kevin: Sí, llevaba ropa de tenista. Éramos un poco provocadores, no encajábamos con ellos. Pero todo el mundo pensaba, “Bueno, pero tienen que hacer esas pendejadas porque son The Urinals”, así que nos cambiamos el nombre.

¿Qué estaban buscando?
John: Hacíamos un punk influenciado por muchas cosas distintas; psicodelia, kraut rock, todo lo que habíamos estado escuchando empezó a filtrarse en nuestra música.

Kjehl: Nos dimos cuenta de que podíamos hacer mucho más de lo que originalmente habíamos pensado. Wire fueron una gran influencia, sus primeros discos. No es que intentáramos imitarlos, pero nos dieron un punto de partida para empezar a explorar, y por supuesto que lo que hacíamos estaba muy alejado de toda esa escena hardcore. Realmente nos preguntábamos por qué la gente no estaba yendo en la misma dirección que nosotros.

John: Porque no era lo popular [risas], ellos estaban ganando dinero.


“Negative Capability” (In The Red) recoge todas las canciones editadas por The Urinals hasta la fecha.

Creo que cuanta más aceptación recibían esas bandas por parte del mainstream, más credibilidad perdían dentro del underground.
John: La credibilidad es algo que está por debajo de la superficie, no por encima de ella. Una vez que algo entra en efervescencia, pierde credibilidad. Bueno, claro que si pienso en el In Utero está claro que esa era una dirección muy distinta para Nirvana. Creo que Kurt Cobain fue capaz de trascender las limitaciones “percibidas” del modelo que los propios Nirvana habían creado. Kurt estaba yendo más allá de eso. Algunas personas no pueden hacer esto, alcanzan cierto nivel y piensan “bien, esto funciona, voy a hacer esto durante un buen tiempo”, así es como se pierde la credibilidad, cuando, como artista, dejas de moverte hacia delante.

Kjehl: Al principio todo era más amplio, pero se fue volviendo más y más pequeño, y este trozo concreto del pastel fue el que finalmente pareció tener un punto de apoyo comercial.

John: Creo que la gente estará de acuerdo en que el punto fundamental cuando apareció Nevermind. Hizo que todo esto fuera comercial. Mucha gente se sintió identificada y después vinieron Blink-182 y Green Day y muchas otras bandas que sonaban todas igual.

Kjehel: El underground es terreno fértil para la gente que dice “Puedo convertir esto en una máquina de hacer dinero, en algo comercial, para vender a grandes discográficas o a la MTV”.

Ahora muchas bandas están reuniéndose y el público resulta muy heterogéneo. ¿Veis que el público juvenil esté interesándose más por los grupos viejos?
Kevin: Es como cuando tocamos en The Smell, un club de LA, hará unos seis o siete años, con todos esos morros de 15 o 16 años. Eso nos recordó a esa época en la que la música era el centro de todo y la gente sólo hablaba de cosas como, “¿Qué vas a hacer? ¿A qué salas vas a ir? ¿A quién vas a ir a ver? ¿Cuál es tu banda favorita? ¿Y disco?” Y esos morros conocían a todas las bandas y toda la historia, nos decían “The Minutemen hicieron esa canción, ¡pero era un tema vuestro!” Daba la sensación de que en esa escena la gente amaba la música, que estaban metidos en este mundillo y que era la única cosa que importaba. Todo el mundo tocaba en uno o dos grupos.

John: Sí, tocamos con No Age, Audacity y un montón de bandas de chavitos.

Kjehl: Y aún sigue existiendo esa conexión entre lo que ustedes están haciendo y lo que hacen todos esos güeyes.

La escena de The Smell ha estado generando muchas propuestas interesantes que giran alrededor del punk; No Age, Mika Miko, Abe Vigoda y los recién llegados Moses Campbell o Traps PS. Incluso Heller Keller empezó como una parodia de un grupo de punk.
Kevin: La primera vez que los escuchamos pensamos “así es como un grupo se supone que tiene que sonar”. Cuatro de ellos se subieron al escenario, tocaron cinco temas y no podías saber muy bien qué estaban haciendo. La siguiente banda resuló ser totalmente distinta, dos baterías y una guitarra, sin bajo.

John: En un momento dado habían muchos grupos sin bajista y personalmente me sentí muy ofendido. ¿Qué te hace pensar que no necesitas un bajo? No Age, ellos no tienen bajo.

¿Qué diferencias veis entre haber hecho punk en esa época y hacerlo en la actualidad?
Kjehl: Antes era mucho más peligroso.

¿Por qué?
Kevin: Tocábamos donde fuera. En sitios que nadie en su sano juicio iría si no fuera porque tenía que tocar, sitios que no eran salas de conciertos pero que si te presentabas a las diez y te habías largado antes de la medianoche, podías tocar unos temas.

Kjehl: Al principio tuvimos mucho apoyo, pero este apoyo venía de parte de los otros grupos, eran un montón de pequeñas escenas. Lo que sí que es distinto es que ahora hay más sitios donde poder tocar de los que había antes.

¿Tienen trabajos normales?
John: Me encargo de comprar libros médicos.

Kevin: Administrador de bases de datos para un centro de salud.

Kjehl: Fiscal del Tribunal de Apelación de la ciudad de Los Ángeles.

¿Y van a mantener estos puestos?
Todos: [Risas], por supuesto.