Foto por Maya Dagnino, cortesía de XL Recordings
Hay un vínculo familiar que ata la música del dúo franco cubano Ibeyi. No solo son gemelas, sino que su padre, el famoso conguero cubano Anga Díaz, fue miembro de Buena Vista Social Club, y su madre también es cantante. De hecho, toda su familia tiene una inclinación por la música.
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Naomi y Lisa-Kaindé Díaz se espichan frente a la pantalla mientras skypeamos desde su casa en París. Apretadas, se puede ver que una complementa a la otra. Lisa-Kaindé es burbujeante y efervescente, mientras Naomi tiene una conducta un poco más relajada. Las dos emanan juventud, tienen 20 años después de todo, pero su música es otra cosa, otro mundo e historia. Cuando oyes sus sencillos “Mamá Says”, “Oya” y “River”, no creerías que un par de adolescentes compusieron y escribieron estas narraciones.
“Usualmente digo que nuestra música es de espíritu negro, pero contemporáneo”, dice Lisa-Kaindé, mientras busca las palabras para describir su sonido.
Ibeyi, como dúo, es multidimensional. Musical e intelectualmente atractivas, y en estética descaradamente experimentales. Su música fusiona el blues, el soul, la electrónica, e incluso los paisajes sonoros del hip-hop, creando un sonido hechizante.
Naomi, quien es la viva imagen de su padre, es la percusionista. Ella toca el cajón y el tambor batá (además de cantar coros). Lisa-Kaindé, es una imagen más suave de su padre, es la voz principal y toca el piano. Ellas hablan cuatro idiomas, español, francés, inglés y yoruba (lengua de África Occidental), lo que hace que su música conecte con un nuevo fluido emocional, cultural e histórico. El uso del cajón peruano, el batá, y el tambor y los rezos yoruba también hablan de su cultura híbrida.
La alegría en su música se puede encontrar a través de su cultura, su historia y sus antepasados. Durante su performance en vivo de “Mama Says”, mientras Lisa-Kaindé canta suave, “the man is gone, mama says, that she can’t live without him”, entre los riffs de su piano, Naomi toca de frente su cajón, intermitentemente golpeando sus muslos, su pecho y chasqueando los dedos. En el escenario, ellas pueden leerse, la música fluye orgánicamente, conectándolas.
Cuando están hablando, a veces coinciden diciendo lo mismo y en el mismo momento, como si se estuvieran leyendo las mentes; otras veces, sus respuestas son completamente diferentes y las dicen con distintos tonos: Lisa-Kaindé es pensativa y callada, mientras que Naomi actúa por instinto. Después, ellas me describen sus personalidades de una manera sucinta y bonita: “Lisa-Kaindé es la melodía, mientras Naomi es el ritmo”.
Como dúo, terminan creando armonía entre ellas.
El dúo firmó con XL Recordings el año pasado, después de que la cabeza del sello, Richard Russell, vio la versión en vivo de “Mama Says“, una incorporación ecléctica para la lista de XL. Su álbum debut, Ibeyi, que salió en febrero, es un poema para su hermana mayor y su padre.
Las gemelas nacieron para hacer música. Empezaron tocando instrumentos cuando tenían siete años; Lisa-Kaindé fue atraída por el piano, mientras Naomi por la percusión clásica. Naomi empezó a tocar el cajón y el batá cuando su padre murió en el 2006, y desde eso perdió el interés en los instrumentos de percusión clásicos. Ellas nacieron en París, pasaron una corta temporada en Cuba (dos años y medio), después volvieron a Francia para ir a una escuela de música clásica, visitando Cuba todos los años en vacaciones y feriados. No vivieron mucho con su padre porque el siempre estaba de gira.
“[Nuestro padre] estaría feliz sabiendo que estamos tocando música”, dice Lisa-Kaindé. “Él nunca nos dijo ‘Deben tocar música, deben trabajar’. Él no era así, en lo absoluto. [Nuestra música es] una forma de hacer que la gente piense en él y que la gente sea consciente de que él era un músico increíble y que lo que hizo fue muy, muy bonito. Es una alegría muy grande hablar de nuestro padre todos los días”.
Cuando les pregunto si su padre cantaba, se les sale lo gemelas. “¡Oh no!”, exclaman. “Él era tan desafinado”, explica Naomi, mientras Lisa dice: “¡Tan desafinado! No sé cómo… porque lo hacia tan…”… “terrible”, Naomi termina. A menudo una termina la frase de la otra.
A pesar de su estrecha relación y extensos antecedentes musicales, las hermanas empezaron a hacer música juntas hace relativamente poco. Lisa-Kaindé empezó a cantar hace cuatro años y empezó a componer primero, con la ayuda de su madre. Las gemelas oficialmente comenzaron a trabajar juntas hace dos años y medio, cuando Naomi empezó a cantar. En un principio Lisa componía y escribía su música sola, después empezó a trabajar con su hermana y miembros de la familia, es decir, su mamá y su tío. “Amamos trabajar con la familia”, dice Naomi.
“Siempre la familia”, está de acuerdo Lisa-Kaindé. Su madre es mitad venezolana y mitad francesa, mientras que su padre era afrocubano. Esa parte de su linaje proviene de África Occidental, el pueblo yoruba de Nigeria y Benin. Las gemelas crecieron alrededor de la cultura yoruba, que ha tenido un gran impacto en su música. Los primeros idiomas que ellas aprendieron fueron francés y español, pero sus idiomas favoritos para cantar son inglés y yoruba. El nombre Ibeyi traduce gemelas en yoruba: los hermanos gemelos son importantes en la tradición de esta cultura. “Los gemelos en los pueblos yoruba son muy importantes porque le ganaron al diablo”, explica Lisa. “Entonces en la mitología ellos son importantes, están bendecidos. Y la gente canta para ellos. No son dioses, pero realmente están bendecidos. En Nigeria, puedes ver que los gemelos son importantes. Cuando eres madre de unos gemelos, la gente lo festeja”.
Ellas no se consideran nigerianas o beninesas, pero creen que su legado viene de esos países. Muchos de los yorubas fueron esclavizados y enviados a países como Cuba, Brasil y Trinidad y Tobago durante el comercio de esclavos en el Atlántico. En Cuba, hay pueblos y ciudades donde la gente habla yoruba, y de ahí es de donde ellas han tenido acceso a la lengua y a la cultura. Cuando les pregunto cómo sienten que tienen una conexión con la cultura yoruba después de cientos de años, la respuesta de Lisa-Kaindé es firme: “Hemos estado en esta atmósfera y sentimos que es nuestro legado y es una forma de conectarnos con nuestro padre y con nuestro país, y una forma de conectarnos con nuestros ancestros. Realmente es gran parte de nosotros”. Las letras yoruba aparecen en sus canciones. Al final de su canción “River”, por ejemplo, aparecen rezos antiguos con los que crecieron. Los cantos yoruba de las gemelos es lo que queda de la cultura oral de los esclavos, los rezos que cantan durante las ceremonias religiosas en Cuba.
Las gemelas usan más la sabiduría tradicional yoruba en su música. Su sencillo “Oya” lleva el nombre de la mujer Orisha que “responde en los sepulcros”, dice Lisa-Kaindé. “‘River’ era la visión de Oshun, que es el Orisha de los ríos y la fertilidad, y además es nuestra madre”, dice ella, “nuestra madre es la hija de Oshun…”.
Naomi termina: “los ríos y la fertilidad. Yo soy hija de Shango, el trueno; Lisa es hija de Yemaja, el mar”.
Ibeyi mezcla música e historia, lo suyo es una reflexión de su herencia mestiza. Les pregunto sobre las capas en su música, su sonido, historia, cultura, familia y espiritualidad. Lisa-Kaindé dice: “es algo más natural, nunca pensamos en eso, pero cuando terminamos el álbum, nos dimos cuenta que sí, que el tema principal es el amor y la familia, y sí, un montón de espiritualidad, y sí, rezos”.
Luego continúan pensando acerca de la pregunta, juntas naturalmente.
“Encontramos inspiración en…” dice Naomi.
“Situaciones de amor y corazones rotos. Y en la alegría también”, responde Lisa-Kaindé.
“En la Familia y la muerte”, dice Naomi.
“En lo que tienes en el corazón”, dice Lisa- Kaindé.
“Y en la muerte”, Naomi insiste.
“Sí, y en la muerte. Y en la vida. Encontramos inspiración para la vida”, termina Lisa-Kaindé.
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