Después de 20 largos y poco fructíferos años en el banquillo del Arsenal, Arsene Wenger está a pocos meses de despedirse del club londinense. La tarea de reemplazarlo no será fácil, ya que el francés conoce de pies a cabeza cómo funciona el equipo desde las fuerzas básicas hasta el primer equipo y, por lo tanto, necesitarán a una persona que haya tenido esa cercanía con el staff, los jugadores, y la afición para sacar a flote este barco que no gana la Premier desde hace mucho y de la Champions mejor ni hablamos.
Cuando los clubes pasan por una crisis deportiva, las directivas suelen apelar a la historia, al pasado glorioso del equipo (por más ínfimo y efímero que sea) para despertar a la afición que, después de todo, es el motor de los equipos. Lo primero es tener contenta a la grada para enderezar el camino. Por ello, no nos parece nada descabellada la idea de Josh Kroenke, hijo y heredero del dueño del Arsenal, Stan Kroenke, quien ha sugerido que quiere ver a la máxima leyenda de los Gunners, Thierry Henry.
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Henry es el símbolo del éxito para los fans Gunners. No sólo es el goleador histórico del club, también logró poner a este equipo en el mapa internacional gracias a su efectividad y estilo cautivador para jugar al futbol. Al Arsenal no le haría mal cambiar de aires y experimentar poniendo en la dirección técnica a una leyenda del club; modelo que ha funcionado con muchos clubes, el más reciente el de Zinedine Zidane con el Real Madrid.
En la actualidad, «Tití» Henry funge como auxiliar de Roberto Martínez, estratega de la selección belga de futbol, y se rumora que el francés podría terminar a tiempo sus certificados como entrenador para arrancar la próxima campaña de la Premier League como el nuevo timonel del Arsenal. A pesar que es sólo un rumor, ya que Josh Kroenke no es director ejecutivo del club del norte de Londres y Henry no cuenta con experiencia como director técnico más allá del trabajo que ha hecho como auxiliar en varios equipos, la mística de dicha contratación podría funcionar como un revulsivo para mejorar los ánimos en el conjunto rojiblanco.
Es una arma de dos filos porque, por una parte, aventar al ruedo a un inexperimentado Henry , por más legendario que haya sido, sería una apuesta a ciegas. Pero por el otro, ¿quién puede asegurarnos que no tendrá una primera campaña a la Pep Guardiola? Sólo el tiempo dirá.
