Todo iba a la perfección para Boca Juniors en la Jornada 26 de la Primera División de Argentina. Los xeneizes iban ganando por la mínima gracias a un gol de Darío Benedetto al minuto 75 de la segunda mitad, hasta que en el tiempo añadido del segundo tiempo, el árbitro del encuentro marcó un penalti inexistente a favor de Huracán. Existen dos explicaciones detrás de la polémica decisión del colegiado: necesita lentes o es hincha de Huracán. No hay más.
Fue tal el descaro y la molestia de los fanáticos de Boca que uno de ellos hasta se atrevió a llamar al número de emergencias para reportar que había sido “robado”. La breve conversación que el fanático sostiene con la operadora es un ejemplo de lo tonto que a veces suele ser el exceso de pasión por un simple partido de futbol. El partido terminó empatado al minuto 90+6, y Boca se quedó con un punto.
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En efecto, este tipo de episodios (para algunos chuscos, para otros estúpidos) sólo pasa en Argentina.