Sigue a VICE Sports en Facebook para descubrir qué hay más allá del juego:
Para muchos aficionados preguntar “qué equipo tiene el estadio más ruidoso” es lo mismo que preguntar “qué equipo tiene a la afición más ruidosa”. Pero la cuestión no es tan simple. El ambiente de un campo también tiene mucho que ver con su diseño. Uno bien diseñado puede amplificar los cánticos y repartirlos por todo el recinto, mientras que uno mal diseñado puede convertir el mismo cántico en algo imperceptible para el resto de espectadores.
Videos by VICE
Más fútbol: Lo que deberías saber para ganar a tus colegas en Comunio
Después de hablar con Garry Reeves, un arquitecto que trabaja con la firma Populous y que diseñó el recién estrenado y extremadamente ruidoso estadio del Olympique de Lyon, hemos establecido siete criterios clave para que un estadio consiga maximizar su atmósfera.
1. Una única, y gran, tribuna principal
Lo ideal es tener a los aficionados sintiéndose como uno solo: que puedan verse y escucharse entre ellos, cantar todos al unísono. La mejor manera de provocar esto es si todos están en una misma tribuna. En la Spion Kop de Liverpool, por ejemplo, hay 12 400 hinchas cantando y ondeando sus banderas juntos, lo que ayuda a crear esas noches mágicas en Anfield.
Los grandes estadios de Alemania también tienen supergradas a un lado, donde los hinchas más fieles pueden reunirse. En el Signal Idurna Park del Borussia Dortmund hay una tribuna (segura) con capacidad para 25 000 espectadores en el gol sur, el famoso ‘muro amarillo’.
Si no puedes tener una sola grada, lo mejor es que la segunda no se solape demasiado con la primera. “Aunque haya dos pisos a ambos lado, si todo el mundo puede seguir viendo al resto del estadio eso ayuda mucho. Si es así, tienes al doble de gente que forma parte del mismo ambiente”.
Lo que no es bueno es tener un campo como Stamford Bridge. Las gradas más ruidosas del Chelsea —la Matthew Harding y la Shed— están divididas en dos con un gran tramo superpuesto. Esto complica que los cánticos y el ambiente se transmita naturalmente entre ambos graderíos.
2. Tener a los fans encima de los jugadores
Cuanto más apretados estén aficionados y futbolistas, más ruidoso será el partido. Según Reeves, el mejor ejemplo es el pequeño estadio del Portsmouth, el Fratton Park. “Aunque tenga muy poca capacidad, en su día era un lugar donde se sentía la intesidad”, explica. “El ambiente era colosal, ya que todo el mundo estaba realmente cerca y el ruido se concentra”. Cuando diseñó el nuevo estadio del Lyon, tomó esto en cuenta y mantuvo la distancia entre la primera fila y el campo en el mínimo requerido de la UEFA, unos 10 metros.
Incluso el máximo organismo del fútbol europeo reconoce la importancia de estar cerca del terreno de juego. En su Guía para la Calidad de los Estadios, la UEFA asegura que “en el pasado, mucho estadios tenían una pista de atletismo en el perímetro. Esto no es bueno para crear un buen ambiente de partido, ya que reduce el efecto caldera. La estructura del estadio debería abrazar el terreno de juego para maximizar este efecto de olla de grillos sin, por supuesto, comprometer la seguridad de los jugadores y los espectadores”.
Aunque no es habitual en España o Inglaterra, en los campos alemanes e italianos es algo más común: el Hertha de Berlín, el Nápoles, la Roma, la Lazio… todos tienen campo de atletismo alrededor. Idealmente, las últimas filas tendrían que estar lo más cerca posible también. Eso implica reducir el espacio para las piernas. Otro método sería ir en contra de la primera regla y construir gradas con más anillos que se superpongan hacia arriba.
3. Laterales empinados
Los grandes estadios del continente europeo, menos en Inglaterra, acostumbran a ser mucho más empinados. Esto evita que el ambiente se diluya por arriba y mantiene al aficionado cerca del campo. Según Reeves, en San Siro la inclinación llega a ser de 40º según la localidad. El Camp Nou, el Bernabéu, Mestalla o el Juventus Stadium son otros buenos ejemplo de gradas muy empinadas.
4. Techo cerrado
Un techo cerrado ayuda a prevenir que el ruido se escape por la parte superior del estadio. En Europa hay muy pocos recintos de estas caraterísticas, algo más habitual en Estados Unidos y en especial en la NFL. El Millennium Stadium de Cardiff es quizás el ejemplo más ‘cercano’ junto a los estadios del Schalke 04, el Galatasaray SK y el Ajax de Ámstedram.
Si no tiene techo, la siguiente mejor opción es que haya un buen muro entre el anillo superior y la cubierta de las gradas, como en el nuevo Wembley. Esto evita que el ambiente se escape por ese hueco.
Lo peor, por supuesto, es que no haya techo. Además de dejar a los aficionados expuestos a los elementos climatológicos, cualquier sonido se desvanece rápidamente hacia la eternidad. Por suerte, esto es algo raro en las grandes ligas, aunque mucho más común en estadios de divisiones menores.
El material de construcción también importa. Un techo antiguo hará rebotar mucho el sonido, pero si te cuesta entender lo que suena o lo que dicen por la megafonía es que está hecho de zinc. “Un techo de zinc creará ruido, pero eso no quiere decir buen ruido”, dice Reeves.
5. Un estadio envolvente
Igual que por arriba, el sonido puede escapar por las esquinas del campo. Es un problema más común en las divisiones menores, sobre todo en los estadios antiguos.
La nueva moda es la de crear estadios ‘envolventes’ como el Emirates Stadium del Arsenal, el Etihad del Manchester City o el King Power del Leicester. A pesar de que podría decirse que son algo desalmados, sí que consiguen mantener bien el ruido.
6. La afición rival cerca del campo
Tener una ruidosa y evidente sección para la afición rival ayuda a construir un ambiente adecuado. No solo hacen mucho ruido de por sí, sino que además excitan a los hinchas locales e incrementan su rumor habitual.
La mayoría de campos no tienen mucha opción, ya que no son tantos los estadios con más de 30 o 40 000 localidades. En estos casos, hay poco espacio para alejar a la afición rival como pasa en megaestadios como el Camp Nou, por ejemplo. Aquí entran también motivos de seguridad, pero dar un puesto preferente a los hinchas rivales crea más bullicio.
7. Un estadio cerca de la comunidad
Favorecer un buen ambiente en los aledaños de un campo es complicado si la afición debe usar el coche para llegar fácilmente al partido. Lo mejor es propiciar el uso del transporte público y alimentar el comercio local —incluidos bares y restaurantes.
“Si el estadio no está en la comunidad, debes trabajar mucho para facilitar que la gente prefiera usar el transporte público y que no use el coche para aparcar e ir directos a sus asientos. Si está fuera de la ciudad, debes diseñar un entorno público más fuerte, para convertirlo en un lugar y no en un estadio con un parking”, explica Reeves.
Un ejemplo en España sería el del campo del RCD Espanyol, que históricamente estuvo en el barrio de Sarriá y, después de una etapa en Montjuich, se trasladó a Cornellá-El Prat, a las afueras de la capital catalana y al lado de un complejo comercial. Así no se podrá construir un ambiente de comunidad, pero al menos se han situado en un lugar que es más que un simple estadio. Algo es algo.
Sigue al autor en Twitter: @joeloyo