FYI.

This story is over 5 years old.

Drogas

Dejar de fumar marihuana cambió mi vida

Tras la reciente publicación de informes que señalan que un tercio de los fumadores de marihuana han intentado dejarlo sin conseguirlo, hablamos con cuatro personas que sí lo lograron para que nos explicaran cómo mejoraron sus vidas desde entonces.
como dejar la marihuana
Foto del 4/20; la mujer fotografiada no ha sido entrevistada en este artículo. Foto: Michael McGurk/Alamy Stock Photo

Artículo publicado originalmente por VICE Reino Unido. Leer en Inglés.

Para muchas personas, la marihuana es un regalo del cielo. Puede ayudarlos a aliviar el dolor, manejar problemas de salud mental, inspirar creatividad o simplemente para relajarse después del trabajo. Sin embargo, obviamente no es lo mismo para todos, y aunque la hierba puede no ser tan adictiva como el alcohol o las benzopadinas, si puede convertirse en un hábito. Y para algunos, ese hábito no es saludable para el cuerpo o la mente.

Publicidad

El Global Drug Survey de este año descubrió que el 30 por ciento de todos los participantes que habían consumido cannabis informaron que querían consumir menos en el año siguiente, mientras que un tercio de los usuarios dijeron que habían intentado dejarlo al menos una vez en la vida. Es una preocupación para muchos, así que entrevisté a cuatro exmarihuanos para saber cómo cambiaron sus vidas después de dejar la mota.

Tom, 34 años.

Siempre he sido seguro de mí mismo, extrovertido y activo. Pero cuando entré a la universidad, comencé a fumar marihuana todos los días y cambié por completo. Pasé de ser el chico que salía todas las noches a apenas salir de la casa. Me veía muy mal y bajé de peso.

Ya cuando iba a terminar la universidad conocí a una chica que despreciaba las drogas de cualquier tipo. Me tenía que esconder para fumar. Tuvimos una relación a larga distancia durante tres años después de la universidad, así que no era tan difícil. En ese momento estaba bien, nada del otro mundo, fumaba todas las noches. Luego nos mudamos juntos, y ocultárselo se volvió imposible. Me fumaba un porro rápido cuando iba a la tienda y luego me bañaba, me cambiaba la camisa y me lavaba los dientes antes de que regresara. Nunca había estado tan limpio.

Hasta que se dio cuenta de lo que pasaba y dijo que me dejaría si no lo dejaba de hacer. Honestamente, me sentí aliviado porque había querido dejarla durante años y ya ni siquiera lo disfrutaba. Simplemente no podía romper el hábito. Ahora estamos felizmente casados, con dos hijos, en nuestra propia casa, y creo que la mayoría de las personas me considerarían un éxito. Sé que hay muchas razones por las que la gente fuma, pero personalmente creo que la marihuana te deja sin motivación.

Publicidad

Scout, 29 años.

Durante la mayor parte de mi adolescencia fumé mucha marihuana y también consumí otras drogas. Cuando tenía casi 19 años tuve un gran ataque psicótico. Fue lo más aterrador que me había pasado. Me imaginaba mensajes en la televisión diciéndome que la policía me perseguía por un asesinato. Veía monstruos en mi reflejo. Mi comida sabía amarga, así que dejé de comer. Todo esto culminó en un intento de suicidio.

En ese momento me diagnosticaron esquizofrenia, y luego me dijeron que era bipolar. Finalmente, llegaron a la conclusión de que tenía un trastorno llamado esquizoafectivo. En ese momento nadie me dijo que la mota podría estar relacionada con esto, así que seguí fumando durante un par de años. Luego un psiquiatra me preguntó a los 20 si yo fumaba cannabis. Cuando le dije que sí, me instó a dejar de hacerlo de inmediato. Dijo que, si bien había muchos factores para el desarrollo de mi enfermedad, la marihuana me estaba haciendo más mal que bien.

Cuando tienes una psicosis, te hacen preguntas sobre cómo te sentiste seis meses antes para que puedas comenzar a identificar los signos sutiles por los que se pudo haber desarrollado. Para mí, los dos principales indicadores al parecer eran el pánico y la ansiedad repentinos, y el hecho de que me volvía cada vez más paranoica y aislada. Fumaba para calmarme, pero es probable que eso haya hecho las cosas más profundas y peligrosas. Mi esquizoafectivo ahora está bajo control y mi trastorno de ansiedad finalmente se ha ido. Tengo el control de mi vida y tengo siete meses de embarazo. No creo que la marihuana hubiera sido algo positivo de todo esto si la hubiera seguido fumando.

Publicidad

Clara, 28 años.

Fumé durante siete años, tres de ellos básicamente todos los días. Cuando era más joven, todo era felicidad y risas con mis amigos. Para cuando tenía 23 años, fumaba la mitad de un porro cuando llegaba a casa del trabajo, pasaba media hora pensando que me iba a morir y luego me llegaba el "momento agradable". No salía mucho y no podía dormir sin fumar. Tenía mucho miedo de los sueños horribles que tenía cuando no fumaba que esperaba hasta que mi dealer llegaba, sólo para evitarlos.

Me ascendieron en el trabajo y eso me obligó a volverme más ágil, así que dejé de fumar y cambió mi vida. Estaba más alerta. En lugar de fumar después del trabajo nadaba. Dormía profundamente. No tener esa media hora de paranoia todos los días era una dicha que apenas había descubierto. ¡Empecé a recordar los cumpleaños de las personas! Creo que la marihuana debería ser totalmente legal y si el mundo fumara en lugar de beber, sería un lugar más agradable. Lamentablemente, no es para mí.

Guy, 26

Soy muy tímido y siempre utilicé la marihuana para romper el hielo: Para mi era mucho más cómodo decir "¿Quieres ir a fumar un porro?" que, "¿Vamos por un café?".

Al final del tercer año de la universidad me sentía muy mal porque no podía conocer a alguien. Tenía muchas ganas de tener novia, pero siempre hacía algo mal y no me arriesgaba. Me frustraba por no tener la confianza, y eso empeoró mi salud mental. Regresé a vivir con mis padres durante dos años y todo empeoró. Trabajaba en lugares de mierda. Empecé a fumar solo, que era algo que nunca había hecho.

Un día miré hacia atrás y pensé: 'Terminé la universidad hace dos años, ¿qué he hecho desde entonces?' Así que renuncié. Fue fácil. En dos semanas tuve una entrevista en otra universidad. Me quedé, renté un departamento y me mudé al centro del país. Me apasionaba lo que hacía. Por primera vez, tenía confianza en mí mismo. Me daba cuenta cuando las chicas estaban interesadas, algo que nunca hubiera notado cuando estaba drogado. Eso me causaba mucho dolor.

Ahora, fumo marihuana muy de vez en cuando, en las fiestas, y me encanta, pero hace que no tenga confianza y eso no me gusta, así que estoy mejor sin fumar.

@dhillierwrites